«No sólo lo reconocieron, sino que lo relacionaron con toda una serie de informaciones acerca de mí que habían leído en un libro. De hecho, les pareció magnífico que no pretendiera ser un vampiro cualquiera. Ni, por supuesto, el conde Drácula.

Todo el mundo estaba harto del conde Drácula. Los jóvenes consideraron maravilloso que me hiciera pasar por el vampiro Lestat. —¿Cómo que «hacerme pasar»? —protesté, pero ellos se burlaron de mi exagerada teatralidad, de mi acento francés.

Les contemplé durante unos instantes y probé a sondear sus pensamientos. Por supuesto, no había esperado que me creyeran un vampiro de verdad; pero que hubieran leído algo sobre un vampiro de ficción con un nombre tan insólito como el mío..., ¿qué explicación tenía? Noté que empezaba a perder la confianza en mí mismo. Y cuando pierdo la confianza, mis poderes se resienten. El pequeño estudio de ensayo pareció empequeñecer, y los instrumentos, los cables y las antenas tenían algo de insectos amenazadores. —Enseñadme ese libro —dije entonces.

Los chicos trajeron de la otra habitación una pequeña novela en edición barata que se caía en pedazos. La encuadernación había desaparecido, la cubierta estaba rota y el libro se mantenía junto gracias a una goma elástica. Tuve una especie de escalofrío sobrenatural al contemplar la cubierta.

Confesiones de un vampiro. Trataba de un muchacho mortal que conseguía la historia de un no muerto. Con permiso de los jóvenes, pasé a la otra habitación, me eché en la cama y empecé a leer. Cuando llevaba leída más de la mitad, cerré el libro y dejé la casa de los músicos. Me detuve de pie con el libro bajo una farola de la calle, y allí permanecí hasta que lo hube terminado. Luego lo guardé con cuidado en el bolsillo interior de la chaqueta.»

Extracto de Lestat, el Vampiro

Anne Rice



Adiós

Salió de casa dispuesto a comerse el mundo y al doblar la esquina, un coche lo atropelló. Los semáforos en ámbar; las cuestas hacia abajo, los músculos hechos polvo y el Citizen, frenó.

Despertó en una cama
apenas vivía...
caminando por la calzada con su pitillo
y su cerveza
a la par que miraba el sol.

No recordaba su nombre ni tampoco su amor. Sabía que le gustaba un perfume y una bata de algodón. Se dispuso a seguir soñando para detener la vida en ese preciso instante.

Aspiro el oxígeno de sus pulmones
movió a la inversa
las manillas del reloj
volvió al patio
que no recordaba
y regresó a la casa que evitó.

Sintió en sus pómulos el beso de alguien sin rostro a quien amó. El esfuerzo le produjo un coágulo: la sangre voló. Ni temía a la muerte ni temía al horror.

Los sonidos infernales de los vehículos
los tumultos repletos de gente
los centros comerciales oscuros
su miedo, huyó
cerró los ojos.

El ataúd quebró la tapa, el hoyo siguió su curso; las notas musicales envolvieron su cuerpo extinto entre el musgo de las flores yermas y las lágrimas de una dama.

Estaba muerto y enterrado. El vehículo anaranjado, lo partió en dos. Los clichés de su vida, recordaron los últimos momentos; el beso no dado; el abrazo no sentido: el adiós.

©Anna Genovés
04/01/2014
Modificada
19/09/2015
Propiedad Intelectual V― 490 ―14
Imagen tomada de la red. Modelo, Tilda Swinton


Trance to the Sun – Homewrecker


Adiós

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«No sólo lo reconocieron, sino que lo relacionaron con toda una serie de informaciones acerca de mí que habían leído en un li...







        Las cicatrices mudas: un thriller neo-noir adrenalínico

Os presento mi nueva novela: Las cicatrices mudas. Ya podéis leer los primeros capítulos completamente gratuitos, desde este enlace de Amazon.
Al margen, si habéis leído la novela Tinta amarga, Las cicatrices mudas os cautivará por ser la segunda entrega de la que he llamado «thriller neo-noir». Cizallada, suavemente, la parte erótica, para cederle el protagonismo al ambiente policiaco. Si no habéis leído Tinta amarga, no pasa nada; Las cicatrices mudas es una historia que, pese a partir de la anterior, es completamente independiente y cuenta con un ‘previous’ que muestra a los personajes principales. He de reconocer, que me ha salido bastante Tarantino. Me lo pasé genial al escribirla. Y, además, tiene muchas sorpresas... Al ser una colección, he tomado el mismo tipo de portada que la anterior.

Sinopsis de la novela:
El cadáver de una mujer sin identificar, aparece flotando por el Guadalquivir. El inspector Juan Utrera, encargado del caso, tiene que determinar si se trata de una muerte fortuita o de un asesinato. A medida que descubre datos sobre la fallecida, surgen personajes de un pasado casi olvidado en el que era agente de Asuntos Internos y cooperante del CNI, junto a su compañera Vera Carmona, la Espía. Un thriller neo-noir trepidante, rodeado de acción, intriga y antihéroes que recorren los oscuros pasadizos del hampa y esconde una relación de amor/odio truculenta, donde nada es lo que parece. 

Las cicatrices mudas es atrevida, moderna, turbadora y divertida: un chute de adrenalina con una ‘previus’ que muestra a los personajes principales y 68.000 palabras para alegrar la vida a cualquiera; nadie bostezará mientras la lea. Vamos, que entretiene un montón. La trama comienza en Qatar, se planifica en Sevilla, se resuelve entre Río de Janeiro y Shanghái, y se finiquita en España… más concretamente en Valencia. ¿Qué más se puede pedir? Que tenga una chica peligrosa y un policía atractivo: los tiene.

Sobre la autora
Anna Genovés es licenciada en Historia Antigua y en Arqueología-Prehistoria por la Universidad de Valencia. Desarrolló gran parte de su trayectoria profesional trabajando como profesora de Sociales en diferentes IES de la Comunidad Valenciana. Así mismo, trabajó en RTVV. En ocasiones, ha ejercido de monitora deportiva y encargada de moda. Escribe desde la infancia, tiene publicadas en Amazon (formato e-book y papel)  las novelas Tinta amarga, Las cicatrices mudas y El Legado de la Rosa Negra. Amén del libro de relatos, La caja pública |relatos. Asimismo, ha trabajado en distintas publicaciones editoriales y colabora en diversas plataformas digitales.

Las cicatrices mudas, es la segunda novela de la serie thriller neo-noir de la autora. Tinta amarga es la primera obra literaria de esta saga.



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Enlace de LAS CICATRICES MUDAS papel


Enlace de todas las publicaciones de Anna Genovés en

©Anna Genovés
01/10/2015

P.D. Si vives en otro país, ve a la plataforma Amazon del mismo y búscame. Las ediciones son a nivel mundial. Y, por favor, si alguno de vosotros se decide a leerla y me pone una reseña, se lo agradecerá enormemente. Mil gracias.

Jackie Brown





En el avión, ocupé un asiento junto a Nak. Durante parte del vuelo, me relató una historia sorprendente acerca de Khalid cuyo tema principal era un enigma antiquísimo que se remontaba hasta el Antiguo Egipto. En un flashback acelerado, miles de clichés de mis años universitarios se sucedieron constantemente. La leyenda me sorprendió. No era para menos. Recuerdo, al detalle, todos los pormenores de aquella charla…

Cuenta la leyenda que en el Egipto faraónico, a finales del Imperio Nuevo[1], existió una rama de la nobleza dignificada por encontrar el secreto de la vida. Dicha casta subsistió paralela a los faraones ―comenzó a relatar en tono enigmático mi guía.

―Me fascinan los cuentos. Sigue, por favor ―interpelé con sorna.

―Sin interrupciones y con seriedad ―protestó Nak alzando el cuello.

―De acuerdo, pensaré que escucho una narración histórica.

―Lo es  ―contestó mi cicerone.

Su rostro mostró satisfacción al ver que permanecía callada y seria, momentáneamente. Un minuto más tarde, retomó su diálogo…

―Khalid es uno de sus príncipes: posible heredero. A su casta, se les conoce con el nombre de Los guardianes de La Rosa Negra ―pensé en las flores que me había regalado.

―Interesante… ―musité.

―La sucesión es compleja. Tienen harenes. Sin embargo, sólo una de sus mujeres les da hijos. Éstos, nacen con una mácula ―junto al corazón― que florecerá en el pecho del heredero.

―¿Cómo, florecer?..

―Se convierte en una hermosa rosa negra. Como si fuera un tatuaje en el pectoral.

―¡Es increíble! ―dije asombrada.

―Pero cierto. Es una especie de prueba divina. Será sucesor del rey vivo, el hijo varón que encuentre la verdad de la vida ―prosiguió Nak.

―Muy peculiar ―declaré mordisqueando mis labios.

―En la actualidad existen dos delfines. Uno es Khalid.

―¿Y el otro quién es?

―Su hermano mayor: el primogénito. No por ello el heredero.

―¡Ahhh!!! ¿Y se parecen? ―pregunté, asombrada, pensando en la existencia de dos hombres tan exuberantes.

―Un poco…

―¡Qué pena!

―¿Comprendes a qué te enfrentas? ―concluyó Nak mirándome a los ojos.

―Pues no.

 ―En breve lo descubrirás. Es un linaje muy discreto. No obstante, tienen más poder de lo que podamos imaginar…


Extracto de El Legado de la Rosa Negra
Anna Genovés

[1] Imperio Nuevo se conoce al periodo histórico que comienza con la reunificación de Egipto bajo Amosis I (1.550 a.C.) y termina hacia el 1.070 a.C., con la llegada de los soberanos libios.




4 Rosas


Cuatro rosas negras, rojas
sangre espesa que se desliza por tus venas
duras, ásperas, sin tregua
titanio  endurecido entre músculos
congelados y entrañas viejas
sangrando tu cuerpo
sangrando tus penas.



Cuatro rosas negras, rojas
piel putrefacta que te quema
estriada, rugosa, pétrea
diamante amarillo entre pies y cabeza
sangrando tu corazón
sangrando tu honor.



Disyuntiva que rugue
entre el fuego y el hielo
entre el agua y la arena
entre la tierra y el cielo
entre las agujas de tu hígado
y las lanzas de tu corazón.



Duelen, se quejan
virgen que se apaga entre los muslos
de un hombre que no te ama
de un naufrago de la vida
deshojando alimañas
asesinando tu nada.



Las margaritas se marchitaron
los árboles perecieron
los animales huyeron
mientras tú alzabas el vuelo
de mariposa sin alas
de polilla atormentada.



Cubre tu organismo
con pétalos de flores
cubre tu imagen
con algo que no conoces
miente a quien te vea
di que eres feliz, inmensa.



La noche es blanca
el día negro
la lluvia abrasa
el fuego congela
las nubes espesan
el agua roja.



Eres una esponja
llena de agujeros
un colador infectado
de gusanos
y huesos
sola
olvidada
vendida
ajada
muerta
enterrada
ataúd
blanca
ataúd
negra
cementerio
alejado
cementerio
de hierba.



Tus ojos son verdes
y tus labios fresas
tu nariz perfecta
tus pómulos marcados
tus caderas manzanas
tu cintura prieta.



Mujer perfecta
hombre demonio
joven bella
hombre odioso
adiós
princesa
adiós
ogro.




©Anna Genovés
10/04/2014
Prop. Intelectual
V― 490 ―14


  
Gabinete Caligari - 4 rosas




4 Rosas

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En el avión, ocupé un asiento junto a Nak. Durante parte del vuelo, me relató una historia sorprendente acerca de Khalid cuy...

Nuestras queridas mascotas

Que el perro se parece a su dueño, es un refrán muy conocido. Cuando lo escuché por primera vez, paseaba por la playa y vi a un caballero con un buldog. Los miré y me entró la risa floja: eran iguales.

Bromas aparte, el mero hecho de abrir las puertas de casa a una mascota, puede cambiar radicalmente nuestras vidas. Además, conlleva muchas responsabilidades. Ellas piden poco y saben recompensarnos. Tienen la capacidad de animarnos cuando lo necesitamos. Suelen comprendernos mejor que nadie y se convierten en un miembro más de la familia al que mimar, cuidar, pasear, amar y comprar todo lo que necesite.

Tener un animal de compañía nos hace menos egoístas y nos enseña a dar lo mejor de nosotros. A ellos no les importa nuestra economía ni nuestros defectos; sólo nos piden cariño. Algo que puede ser muy positivo. Pero, ¡ojo al elegirlos! Cuanto más exóticos sean más cuidados requieren. Los expertos se decantan por los canes o los gatos. Se dice que el perro es el mejor amigo del hombre, ¡por algo será!

En el presente, es fácil encontrar espacios dedicados exclusivamente para ellos: guarderías, servicios de acicalamiento, clínicas y hospitales, ferias, exposiciones, concursos, asociaciones para su defensa y protección, y lugares públicos de esparcimiento. Aunque no todos los dueños están concienciados para su uso.

No obstante, en algunas ocasiones, el mero hecho de adquirir una mascota es puro capricho, y pasado un tiempo, se descuidan: sobre todo, en verano. Las asociaciones de protección de animales, alertan de los múltiples abandonos. Recordemos que el desamparo de cualquier animal en la vía pública puede provocar accidentes graves. Por no hablar del maltrato que sufren algunos… La tortura, es algo aterrador que ningún ser vivo debería padecer. ¡Qué fácil es aprovecharse de los más débiles!

Los entendidos indican que la mejor mascota, es el perro labrador; una raza canina originaria de Terranova que se ha extendido por todo el planeta hasta convertirse en el linaje más popular y prolífero. El perro labrador es afable, inteligente, enérgico, gentil, bondadoso y trabajador. Suelen formar parte de las brigadas caninas de la policía en operativos antidroga, antiexplosivos, búsqueda y rescate de víctimas… Comportándose como verdaderos héroes. 

Adiestrados, los perros labradores son una de las especies más dóciles, obedientes y talentosas que existen. Ideal para convivir con los niños. Sin embargo, necesita mucho cariño. Para educarlo se requiere paciencia y autocontrol. Al mismo tiempo, hay que tener cuidado con la comida porque es un perro muy comedor que necesita paseos diarios prolongados.

Mis consejos

Si te has decido por un cachorro de perro, al principio echará de menos a su madre; para contrarrestar la falta de afecto materno, puedes ponerle una bolsa de agua caliente envuelta en una toalla o cojines para que se sienta mejor.

Si has elegido un gatito, recuerda que son tan mimosos y juguetones como independientes. Para que no se afile las uñas en los muebles, deberás ponerle una cesta de mimbre.

Mahatma Gandhi era un fiel amante de las bestias, y decía: “Un país, una civilización, se puede juzgar por la forma de tratar a sus animales”.

©Anna Genovés
Modificado 15/08/2015

Neil Young - The loner (sub - español)



Tópicos y personajillos veraniegos

He pensado muchísimo sobre el tema… Y, al final, me he decidido a escribir esta entrada repleta de tópicos, comediantes y experiencias, mayoritariamente graciosas, relativas a esa estación del año tan especial llamada verano. Sobre todo, porque la mayoría de personas tienen unos días de asueto.

Peculiaridades del estío que recuerdas por lo entrañable del momento o por el mero hecho de olfatear la fragancia preñada de sol que te acuna en sus faldas. Sea como fuere, en verano estamos más alegres que de costumbre; quizás nos favorezca un pelín de bronceado sobre la piel o simplemente que la sonrisa aflore sin motivo aparente.

Y, ¿quién no recuerda a esos especímenes sui géneris que florecen cuando aumentan las temperaturas como los champiñones? Pero, ¿qué sería el verano sin ellas y ellos? pongamos por ejemplo a los…

1. Los tanoréxicos: los adictos al bronceado –más proclives en hembras que en machos—, que no contentos con los bronceados de cabina, están esperando la primavera para lanzarse a la playa y adquirir ese moreno maleta que tanto les agrada. Les importa un rábano que los dermatólogos repitan hasta la saciedad que hay que tomar precauciones: ellos a los suyo.  Se han convertido en piezas imprescindibles de sombrillas y tumbonas.

2. Los cerveceros: personajes que se pasan el verano en las hamaca o los chiringuitos circundantes; bañata ajustado, cadenas al cuello y bebiéndose toda la cerveza que su hechura aguante: barriguita incluida. La mujeres no se libran: haberlas ahílas. Este año tenemos un nuevo ejemplar que entraría dentro de este rol: los llamados fofisanos. Que, en parte, han puesto de moda los hollywoodienses por aquello, digo yo, de estar hasta los mismísimos cataplines de pasarse horas en el gimnasio para marcar body después de los 40… ¡Ayyy…! Qué se la va hacer… la vida nos pasa factura a todos y, Héroes de Marvel, solo se puede ser en la pantalla grande.

3. Los metrosexuales y Barbies chulescos: esos que se pasan el día sin respirar paseando por la orilla de la playa o la piscina, luciendo musculitos y broceado dabuti. Centro de atención de hombres y mujeres de a pie, como tú y como yo, por aquello de, ¡menudo cuerpazo! Pero, ¡ajjj…!!! Lo que tendrán que currárselo en el gym para mantener la tableta de chocolate abdominal o los glúteos redondeados y sin pizca de celulitis: nada de cerveza, ni helados, ni pizza, ni na de na. Cristiano Ronaldo, for ejemplo… Y hay que reconocer que tienen su mérito.

4. Los guiris socarrados: blanquitos mantecoso y reflectantes que pasan, en pocos días, a parecer gambas rojas del Mediterráneo. Achicharrados con aceite de coco sin protección y, en muchos casos, ingresados en urgencias hospitalarias por quemaduras superficiales o más. Y todos los años, sucede lo mismo… y no augura cambio alguno. Además, ya forman parte de ese museo cañí tan typical spanish.

5. Los superabuelos: rodeados de tropecientas sombrillas, bolsos, fiambreras, protectores solares, toallas, mudas de ropa, neveras portátiles, y, cómo no, numerosos renacuajos chillando porque unos quieren jugar con las olas y los otros hacer castillos en la arena con el cubo y la paleta. Ellas con batas de tirantes estampadas; ellos con pantalones cortos, camisetas y gorras. Cuando llega la siesta, los abuelitos echan alguna que otra cabezadita, y las yayas, a tejer algún que otro suetercillo para el bebé que está en camino o una colcha de ganchillo: no tienen precio.

Podría pasarme la tarde nombrando animalitos estivales con el mismo regusto que acabo de tomarme un café granizado con una bola de merengada. Pero solo mencionaré a los protagonistas veraniegos de la city: los Rodríguez. Una especie en extinción. Los conocemos de toda la vida; la mujer y los niños salen de estampida cuando acaba el colegio; hacia el apartamento, el chalé o la casa del pueblo… Los maridos se quedan solos y, separados de cónyuge y crías, comienzan la buena vida: nada de comida sana, de acostarse temprano, de ver programas de cotilleo o de olvidar la tasca con los amigotes y los pinchitos. Al cabo de unas semanas, son el vivo retrato del desaliño; se cambian los gayumbos de uvas a peras y engordan más de la cuenta... Pero, desde que la mujer se ha incorporado al mercado laboral, esta especie ha entrado en involución a la par que han aparecido las Rodríguez.  Y ellas, se cuidan, salen con las amigas a divertirse y terminan el verano más guapas que cuando empezó. Quizás con algún que otro affaire entre manos…

Y es que, en verano, el amor es más sencillo. Nada que ver con los amores otoñales y desgarradores; los invernales y suicidas, o los primaverales como las montañas rusas del parque temático de turno. En verano la cosa va de sexo espontáneo como las burbujas de champagne, que, igual que suben la moral, finalizan. Sin malos rollos, se va a lo que se va y punto.

Sin embargo, el verano significa mucho más… Olvidar el trabajo, el reloj e incluso el día de la semana; leer lo que no has podido durante el invierno, juegos de mesa, comer helados, olvidar la tecnología, sentir que las prendas se adhieren a la dermis, conocer gente, sombreros de paja, verbenas, mojarte bajo una tormenta de granizo caliente, utilizar chanclas, no pegar ojo en toda la noche, llevar el cuerpo molido de picotazos de bichejos, emborracharte y dormirla bajo una palmera, desayunar espaguetis y cenar café con tostadas. Enamorarte de un atardecer, de un pueblecito perdido, de la amiga de siempre o del hijo de tu vecino…

Se podría decir que, el verano, es dejar de pensar, tumbarte a la bartola o hacer todo lo que no haces el resto del año, olvidando que el tiempo existe: dedicarte a vivir.

Para el poeta japonés Yosa Buson, el verano se reduce a…

“Es un placer atravesar el río en verano con las sandalias en la mano”.

©Anna Genovés
08/08/2015


Major Lazer (feat. MØ & DJ Snake) - Lean On (Traducido al español) subtitulado






Releyendo los artículos publicados en otras plataformas digitales –el presente, editado hace tiempo en el diario El cotidiano—. He decidido reformar, con un Laser Resurfacing completo esta entrada. Viva y adaptable a la tecnología que nos rodea. 


WhatsApp, tecnología y palabros

Estamos de enhorabuena, la ortografía española se ha puesto las pilas para aceptar vocablos inconcebibles en nuestra lengua. Ejemplo necesario, es la incorporación de la palabra wasap en la RAE. Todos conocemos su significado: mensaje gratuito e instantáneo enviado por la aplicación WhatsApp. En plural, le añadiremos una “s” y servidos.

Del mismo modo, se admite el verbo wasapear: intercambio de mensajes. Motivo por el cual, ambas palabras pueden escribirse sin necesidad de cursivas o comillas. Su pronunciación, al igual que otros anglicismos (walkman, whisky…), será /gu/. Por tanto, es lícito, escribir guasap, guasaps guasapearQue no sea necesario escribirlas entrecomilladas o cursivas, no quiere decir que si lo haces sea un error tipográfico. Allá cada cual con su estilo…

Parece que la vieja guardia dobla el lomo ante lo evidente. ¿Qué haríamos sin los mensajes que incluyen esos emoticonos tan divertidos y sugerentes? En realidad, ¿Qué haríamos sin la tecnología? A fecha de hoy, poco. Bien poco. Seamos francos, ¿quién no se ha llevado alguna vez el móvil al retrete, a la cama…? Raro es que salgas a la calle y no tropieces con algo por enviar un guasap... Aquí, cero patatero para todos. Nunca debemos poner en peligro nuestras vidas o las de otros. 

Claro, WhatsApp, es tan atractivo y fácil de manejar que es imposible resistirse a su sexapil. Puedes conectarte con cualquier persona del globo terráqueo y disfrutar de una especie de pseudovídeoconferencia, incluso simultánea, con distintos individuos; enviar fotos, vídeos… Un mar de ventajas. El mayor inconveniente: la curiosidad y la excesiva confianza. Por lo general, no intento saber de los otros más de lo que muestran y tampoco suelo ser indiscreta…

Mi consejo: no muestres tus intimidades. Todos sabemos que los hacker existen; y los amantes, amigovios, follamigos… indiscretos, también. Pudiendo convertir tu vida en una verdadera pesadilla. Si eres más revelador de lo debido o simplemente demasiado confiado: ¡ojo al parche! Puede sucederte algo parejo a lo sufrido por Olvido Hormigos Carpio. A tener en cuenta, que meses después del agravio, todo hijo de vecino deseaba leer el libro que había publicado. Habría que preguntarle a la víctima qué fue primero si el huevo o la gallina.

Es obvio que WhatsApp te permite tener muchos datos de tus amistades, conocidos, pareja… Lo que puede generar más de un conflicto. Son muchos los/las “ex” que controlan a sus antiguos partenaires tras la ruptura. Se impacientan mirando la pantalla para ver a qué hora enviaron su último guasap; la tardanza en una respuesta que se supone ha leído la otra persona, resulta clave para dudar sobre la motivación o el desinterés del sujeto espiado. Incluso lo que han podido ver terceros, es motivo de angustia para el voyeur despechado. Esto es algo enfermizo que por desgracia sucede. ¡Chicos!: “Ni calvo ni tres pelucas”.

Cuando Facebook compró WhatsApp por más de 13.800 millones de euros, temblé; sabía lo que significaba: WhatsApps le hablaría a FB de nosotros. ¿No os da qué pensar que las siglas se parezcan a las del Buró Federal de Inteligencia? Sí. Ya sé que soy perico fantasías. Perdonadme: el calor me mata. Esperemos que Mark Elliot Zuckerberg se apiade de nosotros y mantenga la mensajería gratis y sin Scribd.

Os recomiendo el visionado o la revisión de los films: Her  y Un amigo para Frank. En la primera, un Joaquin Phoenix pletórico, se enamora de la sensual voz de Scarlett Johansson; su programa informático. En la segunda, un magnífico Frank Langella; un ex ladrón con demencia, estrecha un angosto vínculo con su robotcuidador. No hablan de WhatsApp, lo hacen de otras tecnologías con diversificación de funciones y nuestros sentimientos. Todo llegará…

El poder de la tecnología, nos invade. Introduzcámonos en la RED o muramos con las botas puestas. Yo me dejo llevar... Total, nos tienen fichados.

WhatsApp…
“Ahora tus minutos son de otro reloj”.
Anónima.

©Anna Genovés
26/07/2015