La nieve cubre el féretro


Miles de pétalos envuelven su cuerpo. Bruno. Lóbrego. Tétrico. Cien noches de muertos. La piel nacarada; recubierta del rigor mortis que la suavizan. Acerada. Brillante. Patena maldita.


Las flores se marchitan
El cuerpo se corrompe
El escenario vomita
La nieve cubre el féretro
La montaña tirita




Estrías postreras que caminan. La carne deja de ser carne. Los ojos se cubren de larvas cíclicas. Expiar. Fenecer. Morir. Renacer. La madera cruje bajo los pies. La tierra se abre, lícita.


Las flores se marchitan
El cuerpo se corrompe
El escenario vomita
La nieve cubre el féretro
La montaña tirita




Años pasados, muertes benditas. Savia fresca que pasea por la vereda de la ermita. Sonrisas y lágrimas. Piernas desnudas. Sol. Vida. Vegetación que germina entre girasoles y canciones limpias.


Las flores se marchitan
El cuerpo se corrompe
El escenario vomita
La nieve cubre el féretro
La montaña tirita




El círculo se cierra. Un cuerpo de virgen se envuelve por corolas vivas. De nuevo los mayores desean fluir por el espacio, mientras los jóvenes, agonizan. La belleza de la muerte, materializa su vida.


Las flores se marchitan
El cuerpo se corrompe
El escenario vomita
La nieve cubre el féretro
La montaña tirita





Anna Genovés
27/03/2015
P.D. Dedicada a las víctimas del accidente aéreo de los Alpes y del atentado en la universidad de Kenia.




Where is my mind - Placebo (Subtitulada)




                         










Gimnasios: posibilidades infinitas

Viendo un capítulo de Ray Donovan (una notabilísima serie cuyo argumento poco o nada tiene que ver con el artículo. Pero que recomiendo), el actor Jon Voight, dijo: “En un gimnasio hay posibilidades sin fin”. En el serial, encarna a un anciano de muy buen ver, mordaz y malévolo; imaginároslo…

Me hizo tanta gracia, que me reí un buen rato a su costa, visualizando los caretos de mis compañeros deportistas ―incluido el mío―. Sí, soy habitual de un mega gym. Son tan nuestros como las fruterías paquistaníes. Todos tenemos uno cerca, y muchos de nosotros, por mantenernos en forma, por motivos de salud o simplemente, por vernos un poco más guapos: los utilizamos.

A fecha de hoy, lo cierto es que les cambiaría el nombre. Los llamaría los clubes sociales del siglo 21. Como tales, abarcan a todo tipo de individuos: amas de casa, aburridos de la vida, optimistas, deportistas de élite, discapacitados, universitarios en paro, y por qué no: ligones y ligonas.

Y es que, la decisión de ir al gym para encontrar pareja es otra de las muchas perspectivas. Tan digna como otra cualquiera. Eso sí, cortar por el mismo rasante, tampoco. Hay que tener en cuenta que son lugares cerrados, repletos de hombres y mujeres con indumentaria más o menos ceñida... Por no hablar de las feromonas que libera el mero hecho de ejercitarse físicamente.

Si entramos en la etimología de la palabra, gimnasio deriva del griego gymnos, que significa “desnudez”. De igual modo, gymnasium, significa “lugar donde ir desnudo”. Los antiguos griegos eran muy sutiles. En estos centros ejercitaban educación física los chicos ―sí, las niñas eran (como en la mayoría de civilizaciones antiguas y no tan antiguas) un cero a la izquierda―. Se practicaba sin ropa, de igual modo que los baños y los estudios.

En la Antigua Grecia, el deporte era tan importante como el resto del aprendizaje. Por este motivo, muchos gymnasium contaban con baños y bibliotecas. Si nos atenemos a esta idea, los mal pensados pueden hacer muchas cábalas incorrectas… 

La concepción actual del gimnasio se fraguó a mediados del siglo XIX y principios del XX. Siendo Alemania, su pionera. Seguida por USA que incluyó los centros deportivos en sus escuelas, universidades y academias militares como West Point. En España, no fue hasta la década de los 20 cuando proliferaron en las escuelas de secundaria, gracias a Nicolás Isaranga.

Con el paso de los años, el concepto se extendió hasta la ciudadanía, adaptándose a las nuevas tendencias: sala de fitness, artes marciales, defensa personal, actividades dirigidas, natación y espacios de esparcimiento…

Por todo ello, podemos afirmar que la frase: “En un gimnasio hay posibilidades sin fin”. Es cierta. Los gimnasios nos presentan un abanico de posibilidades muy amplia; cada cual elige la más afín a sus necesidades. Aunque, lo realmente importante es que los estudios científicos abalan que la práctica del deporte genera calidad de vida.



©Anna Genovés 2014

Una frase para recordar sobre el deporte…
“El deporte tiene el poder de transformar el mundo. El poder de inspirar, de unir a la gente como pocas otras cosas...Tiene más capacidad que los gobiernos de derribar las barreras sociales”.
Nelson Mandela

Recomendaciones bibliográficas
Autora: Mª Victoria Rodríguez Cano; Cristina Anguita Carpio. IV Congreso Internacional de Ciencias del Deporte y la Educación Física. (VIII Seminario Nacional de Nutrición, Medicina y Rendimiento Deportivo)
ISBN: 978-84-939424-2-7

Gimnasios profesionales 









                          







Canal Literatura: Entrevista a Anna Genovés. Una luchadora con corazón de poeta y alma de novelista.


Esta entrada no estaba programada de antemano, ha surgido como agradecimiento al portal Canal Literatura tras la publicación de la entrevista que me han hecho. Si os apetece conocerme un poco mejor de lo que podáis haber leído sobre mí —quizás desde un prisma interior—. Os propongo esta lectura: no tiene desperdicio. 

Sin venir a cuento, no puedo obviarlo…

Cuando me preguntan si soy supersticiosa, digo que no. Está claro que no cruzo de acera si veo un gato negro o una escalera abierta. Tampoco busco tréboles de cuatro hojas en el césped o tengo en la contrapuerta de mi casa, una herradura colgando. No obstante, los onces no van conmigo.

Tal día como hoy, de hace once años, a las ocho de la mañana tomaba el autobús para ir a trabajar; era maestra en un colegio de las afueras de la capital del Turia. Once días antes, el test había dado positivo, y, aunque nací sin el instinto maternal propio en las mujeres, estaba más contenta que unas castañuelas.

El vehículo estaba a rebosar y me quedé cerca del conductor. Coincidencia, el bueno del señor llevaba la radio puesta –volumen a toda pastilla—. De repente, escuché una noticia aterradora. Mal presagio. Cogí el móvil y llamé a mi esposo: “Jon, después de lo que acabo de oír, esto no va a salir bien”. Colgué, me bajé y comencé a andar muy despacio…

Espero que el once, signifique desde hoy, sólo, un número más. Aunque por muchos motivos, jamás olvidaré el 11M. El primero, porque no deseo olvidar.



©Anna Genovés
11/02/2015











Sin ti



Sin ti no hay nada…
Sólo bloques de hormigón
almanaques que pasan sus hojas, sin prisa ni pausa
muchedumbre que se mueve entre el asfalto
igualándose a una marea humana
taconazos de baile desparejo
que musitan en mi oído tu danza acuática






El río de tu boca, el alma de tu fragancia
la sinuosidad de tus pupilas grises
y las montañas que nunca se alcanzan;
las rosas carecen de matices
cuando te alejas de mis manos
sin galanteos ni abrazos
sin caricias ni palabras.






Mi vida se torna fría, mi vida corre
por latitudes insospechadas…
Si no estás a mi lado
aparezco en callejones de frágil satén
enroscada entre capullos de malvavisco
y semáforos en ámbar,
luces intermitentes que me desahucian
inminente mi muerte, inminente mi causa.






Vivo para verte, para mirarte en los espejos
Esos que despliegas ante mis ojos
esos que me hechizan y me matan;
el cielo no es azul, se ha tornado rojo sangre
aunque mis venas se endurezcan
y mis corazón no lata, aunque
mi alma se difumine por el blanco de nuestra casa.




Sin ti no hay mañana
porque moriré de tristeza
vagando por las calles de mi España
de mi acabada España
Las pendientes serán cruces y las bajadas charcas;
cubiertas barco que se quedaron en la mar brava
navegante del mundo
sin rumbo fijo ni vela cándida






La tuya es la brújula estática
que me devuelve a este cuerpo sin habla
solitario cuando te marchas;
parco de palabras y movimientos
de sensaciones y fragancias laicas
parco de días claros y mañanas diáfanas





Me voy al barrizal de la nada;
donde caminan los olvidados
y viven los no amados
donde sólo el viento habla
donde muere la vida, el tiempo y la nada





©Anna Genovés 2012
Modificada 08/03/2015


P.D. Dedicada a mi esposo, Jon Alonso.
Fotografía de Anna Morozova tomada de Google: mis agradecimientos.



Don't Leave Me This Way
Thelma Houston





                                                  

Sin ti

by on 20:02:00
Sin ti Sin ti no hay nada… Sólo bloques de hormigón almanaques que pasan sus hojas, sin prisa ni pausa muched...










Espinas que se clavan



Nunca besaré tus labios ni mimaré tus pestañas largas.

Nunca yaceré en tu lecho ni rozaré tu piel blanca.

Nunca hablaré de amor ni viviré bajo tu techo.

Nunca moriré extasiada ni entraré en tu juego.


La vida sin ti es demasiado larga, los días se hacen años y los años son agua. Dolor; espinas que se clavan.

Mujer nazarena con estigmas que sangran. Desamor temprano llorado al alba.

Me ahogo en este mar de horas interminables donde la luz se apaga. Los ojos se tornan frágiles. Las esencias se marchan.

Sujeta a un lecho maldito con una cruz sobre la almohada. ¿No sé por qué lloro tu pena? ¿No sé por qué lloro mi calma?

Llega la noche eterna; destapo un blíster de hipnóticos. Descubrir, uno a uno, sus pastillas blancas. Deshacerlas bajo la lengua. Dormir sin pena que habla.

El momento ha llegado y los pensamientos se apartan. Tu rostro se difumina en el aire. Tu cuerpo vuela por la ventana.


No volveré a pensar en el amor.

No volveré a soñar que me amas.

No volveré a sentir tu presencia.

No volveré a rozar tu espalda.


Sentimientos inmortales que mortales se acatan. He vivido para amarte. He navegado en la mañana. Sé que todo ha sido un sueño. Un sueño de lágrimas.

El corazón que latía con fuerza, se para. El alma que miraba sonriente, se apaga. La hechura que bailaba a la vida, se  calla.

No hables de la primera vez. De tus ojos de lobo posados en mi piel. No digas que la vida nos ha jugado una mala pasada.

Eres un niño que retoza con soldaditos de plomo. Caminante entre sábanas. Humedeces las entrañas y después, te marchas. Besas con los ojos. Palpas.

Mi hora pasó. No me pidas otro minuto, no te lo doy. Te di mi vida y mi vida acabó.



Adiós amor.

Me marchó con tu fuego circunciso en cada una de las partes de mi hechura clara.


©Anna Genovés
01/03/2015




Johnny Cash - Hurt (subtitulado en español)





                                           

                                  







Amazon: el potosí


Imagino que la mayoría de personas cuando lean “Potosí”, escucharán las vibraciones sonoras de sus antepasados, nombrándolo. A lo mejor, es la primera vez que lo oyen y no tienen ni la más remota idea de qué se trata. En mi caso, la abuela dijo un día: “Vales un Potosí”. No me lo decía a mí. Si  no a su querido primogénito: mi padre. En fin, la vida pasa como un reloj perfecto que antepone tiempo a sentimientos… Ahora, escuchamos “mascachapas” y todos comprendemos su significado.

RAE

Potosí.
1. m. Riqueza extraordinaria.
2. Valer algo o alguien un Potosí. Valer mucho.

Ahí queda el significado para todo aquel que haya llegado tarde a su encuentro.

Antes de autopublicar mis trabajos en Amazon, había leído numerosos artículos en los que parecía que se ganaba el oro y el moro subiendo tus manuscritos al gigante digital que lo vende todo más barato que en las tiendas físicas de tu entorno. Amén, de encontrar hasta camellos con tres jorobas si te lo propones. Debe ser que soy pésima escribiendo; mi conciencia repica insistentemente en los tímpanos: “Nena, cambia de trabajo “. Y yo le contesto: “Guapa que soy amateur”. O más tonta que el novicio Adso of Melk de El nombre de la Rosa. A lo mejor resulta que, algunos blogosferos, cuentan más mentiras que Jack Sparrow de Piratas del Caribe.

Llevaba varios días dándole vueltas a la masa encefálica que subyace entre frontal, parietales, temporales y occipital. No tenía claro si escribir o no esta entrada. Pero hoy, tras escuchar en el  Informativo que el fisco va a mirarnos hasta el ojete para ver si queda algún churrasquito de heces por evacuar en el intestino delgado. Me he dicho: “¡Al carajo! A publicar”.

 

Después de barruntar, entremos en materia…

 

A finales del mes pasado, edité mi última novela en Amazon (papel y e-book). EL Legado de la Rosa Negra; muy orgullosa de la misma, como buena madre. No sin antes haberla repasado miles de veces, maquetado para no meter la pezuña como ínclitas editoriales (seguro que tiene algunas erratas. Las mínimas al lado de susodichas entidades), diseñar la portada, dar el OK a los canales de distribución, y ¿cómo no? Ponerle el PVP.

 

La mega tienda online, te pone unos mínimos dependiendo –imagino—, de cantidad de hojas, calidad elegida para la impresión… y un largo etcétera. Nunca he sido demasiado ambiciosa y soy consciente que mi tren se quedó anclado en la última estación de Siberia. Pero soy tenaz y deseaba hacerme un colchoncito para poder enviar otros manuscritos a algunos concursos… Probar fortuna, sabiendo que los jurados están amigados con partidos políticos o editores laureados.

 

Amigos, platea: ná de ná. Como dice la Juani, muy cañí ella.

 

Es el tercer libro que publico con ellos y, este mes, he obtenido el máximo de ganancias. Creo yo, que por haber hecho unas invitaciones para que se leyeran gratuitamente (es una opción obligatoria de la plataforma) los primeros capítulos. Sí. Además de funcionar como una autoeditora de chicha y nabo que se autopublica (recordemos que Proust también lo hizo –claro, él se pagó sus mamotretos por adelantado que para eso era un señorito bien—, y no tuvo ningún reparo en que fuera Vox populi). También, soy la comercial. Más de uno dirá a mi paso: “Mira la gilipollas. Con los papelitos de cómprame un librito por favor. Como si fuera una Jehová vendiendo biblias”. Porque yo los pido y después los reparto a quienes me lo han encargado. Electrónicos, mi gente no está por la labor… Sólo unos miajas de informatizados acceden a ellos.

 

O eso, o no te comes ni un rosco; por lo menos en mi caso. Ya puedes publicitarte en Face o en el coño de la Bernarda. La mayoría de los meses, los “royalties” de ventas no superan los 3€. Lanzas un título y, el primer mes, puedes sacarte el Bono Oro para el bus. El segundo, comprarte una braga para el frío en Lin Chen. Y, el tercero, no tienes ni para pipas. Este mes, ha sido muy especial. El Legado de la Rosa Negra –en su lanzamiento editorial—. Con casi la misma publicidad que las 50 Sombras. Ha sido comprada por 20 personas (que yo reparto. No lo olvidemos. Al margen, uno era para mí y otro, un regalo de cumpleaños), eso en papel. Y ocho en e-book (uno mío, para echarle un buen vistazo). Ahora, no me digas que me lo compras porque te pillo si no es cierto: Amazon, a no ser que tenga tarjetas Black o contabilidad en B, te muestra una tabla de ventas instantánea.

Con estos indicadores, la encontramos en la clasificación de los más vendidos de Amazon en papel, en el puesto nº 5.068 y en ebook en el nº 31.548.

 

El Legado de la Rosa Negra papel PVP 9,89€. “Royalties” 1,78€ por ejemplar.

El Legado de la Rosa Negra E-book PVP 3,56€. “Royalties” 1,03€ por ejemplar.

Tú mismo puedes sacar los extraordinarios beneficios. Descuenta los 12€ de la propaganda subversiva que he repartido para darla a conocer. Y voila: mis bienes ascienden a 32€ lindos y morondos. Si le resto mi kindle, mi ejemplar y el regalo, me quedo como antes de publicarlo. Ahora, con la editorial obtuve unos beneficios “anuales” de 90€. ¡Ya te digo!

¡Ah! Pero la satisfacción de publicar en Amazon va mucho más allá: puro éxtasis. Lo haces todo tú y, además, satisfacer por unas horas a tus congéneres, eso, no tiene precio. Ya os lo decía yo: “chicos, publicad en Amazon”. Todo un potosí. La droga actual del pueblo; recordemos que la palabra “coca” proviene del vocablo aymara (lengua amerindia) “q’oka”, que significa “alimento para los trabajadores”.






Potosí (Wikipedia), conocida antiguamente como la Villa Imperial de Potosí. Ciudad del sur de Bolivia, capital del departamento del mismo nombre y de la Provincia de Tomás Frías. Se extiende a las faldas de una legendaria montaña llamada Sumaj Orcko (en quechua: ‘Cerro Rico’), en la cual se situó la mina de plata más grande del mundo desde mediados del siglo XVI hasta mediados del siglo XVII.

©Anna Genovés
20/02/2015



Wara – Coca





                   

Amazon: el potosí

by on 19:19:00
Amazon: el potosí Imagino que la mayoría de personas cuando lean “Potosí”, escucharán las vibraciones sonoras de su...










Xunara


Alienígenas viviendo entre nosotros
con máscaras
y rostros de buenos.
Voraces, sangrientos.


Cuando abrí los ojos por primera vez, estaba rodeada de una luz tenue, envuelta por tejidos violetas: era mi cuna. Unas siluetas negras y traslúcidas, con forma humanoide y ojos granas, me observaban jocosos. Esperaban los sollozos de bienvenida. Despegué las fantasmagóricas ventanas, negras y opacas, rodeadas de pestañas. Emití mis primeros lloros; estrepitosos para oídos humanos y angelicales para nosotros, a través de una majestuosa hilera de dientes puntiagudos y gelatinosos.

Mi madre,  sonrío y dijo:

―Te llamaremos Xunara. Preciosa hijita. Ahora tomarás tu primer almuerzo.

Sonaron unas chirriantes trompetas y las puertas lúgubres de doble hoja, se dividieron en dos enormes paneles. Asomó un armazón de forja oscura con ruedas, que transportaba una jaula enlutada de terciopelo azabache. Dentro, un humano arrugado, meditando. Cráneo rasurado; ataviado con una túnica azafrán. La carroza se deslizo por la estancia hasta donde yo me encontraba. Una especie de baba grasienta, pendía de mis fauces; tenía hambre. Sabía que iba a comer. El anciano pronunció unas palabras lánguidas…

―Haz lo que tengas que hacer, soy tu dádiva. Cuando engullas mi organismo, poseerás todos mis conocimientos. Estoy preparado para el sacrificio.

Mis amorfos labios, salivaron en exceso. Abrí la boca,  saqué mi lengua gelatinosa y la introduje por los barrotes de la celda. Mastiqué su piel, sus músculos, sus huesos, sus entrañas y hasta el último retículo de su cerebro. De repente, comprendí a la raza humana. Descubrí sus deseos, sus secretos, sus sentimientos y más y más… Todo lo supe de esa raza inferior creada para ser nuestro alimento.


©Anna Genovés
02/02/2014
Modificado el 02/02/2015
Propiedad Intelectual V-490-14



P.D. Este microtexto, forma parte de un proyecto fantástico llamado Xunara que nunca se llevará a cabo. Letras que salen de las entrañas en los días negros y misteriosos...


                        

Xunara

by on 1:11:00
Xunara Alienígenas viviendo entre nosotros con máscaras y rostros de buenos. Voraces, sangrientos. C...






El Legado de la Rosa Negra: misterio entre pirámides


Sinopsis de El Legado de la Rosa Negra 

Una joven arqueóloga viaja a Marruecos y Egipto durante unas vacaciones. Tras conocer a un atractivo caballero queda atrapada en un siniestro triángulo que pone en peligro su vida. Motivo por el que regresa a España.  Años después, vuelve al país de las pirámides para investigar un linaje antiquísimo. En el transcurso de su misteriosa búsqueda, descubrirá un legado que cambiará el destino de la Humanidad junto a otros atrayentes y místicos descubrimientos que se remontan al principio de los tiempos. 

El Legado de la Rosa Negra es una novela de ficción histórica repleta de enigmas y pinceladas de romanticismo, con una trama perfectamente hilvanada y una resolución fascinante; dividida en tres apartados: el idilio, el periodo intermedio y el descubrimiento de enigmas.

El Legado de la Rosa Negra está narrada en primera persona y tiene unas descripciones tan minuciosas que enganchan desde la primera página. Su protagonista, Eva Lagos, mujer hermosa e insegura, utiliza sus sentimientos ambivalentes para enfrentarse al mal, recuperar su libertad y descifrar enigmas de un antiquísimo linaje cuyos orígenes se remontaban al Egipto faraónico de Ramsés II, el Grande. Una novela especial e hipnótica que sumerge al lector en un escenario fabuloso e irrepetible.

Sobre la autora

Anna Genovés es diplomada en Magisterio, licenciada en Historia Antigua y en Arqueología-Prehistoria por la Universidad de Valencia. Desarrolló gran parte de su trayectoria profesional trabajando como Profesora de Sociales y/o monitora de Gimnasia Rítmica y Deportes, en diferentes IES de la Comunidad Valenciana. Así mismo, trabajó en RTVV. Mientras cursaba los estudios universitarios, ejerció como encargada de moda. Escribe desde la infancia, tiene publicadas en Amazon (formato e-book y papel)  las novelas Tinta amarga, Las cicatrices mudas y El Legado de la Rosa Negra. Amén del libro de relatos La caja pública |relatos y el poemario Pasillos nocturnos. Asimismo, tiene editados diversos trabajos en ISSUU: poemas sueltos y el poemario Muñeca rota. Igualmente, ha trabajado en distintas publicaciones editoriales (en narrativa: Bovary 21 y Cachitos de amor II. En poemarios: Aldea poética VI,  Underground girl II, Zona Muerta...). Es Redactora Jefe de las secciones Historias Cotidianas y Cocina Cotidiana del diario El Cotidiano. Colabora o ha colaborado en diversas plataformas digitales: Canal Literatura, Revista Dos disparos, El arte de la costura, Portal erótico Pasionis... En 2011, fue finalista del Certamen Literario Clave de microrrelatos, y dos de sus poemas fueron seleccionados para publicarse en 2013.

Las cicatrices mudas, es la segunda novela de la serie thriller neo-noir de la autora. Tinta amarga es la primera obra literaria de esta colección saga. 

Pasillos nocturnos es el primer poemario que Anna edita.
Puedes seguir a la autora desde su web Memoria perdida blog de Anna Genovés.









Enlace de El Legado de la Rosa Negra papel



Enlace de todas las publicaciones de Anna Genovés en





©Anna Genovés
Enero 2015



Ella Fitzgerald: Love For Sale
(subtitulada)