AMANECE
AMANECE
Amor de mis entrañas
amor de un instante en el infinito eterno
amor que me hablas al oído
y que decides lo necesario ausente de sonidos...
Mudos tus labios pero no tus ojos
y sé que me reclamas todos los días
para con todos y cada uno de tus tesoros...
Y deslizando tus manos sobre mi talle, estrecho,
reconoces la piel de mi torso
y la envuelves con tus dúctiles dedos.
La mimas con tus caricias y tus favores
y sigues tu camino, silencioso,
hasta el más recóndito de mis de mis secretos.
Y en él, anidas tu pasión hasta el último suspiro de mi cuerpo, frágil y etéreo,
y exhausto, sin remedio
después de saturado nuestro mutuo encuentro,
descansas sobre mi pecho, temeroso.
Y entrelazados como uno sólo,
vagamos unidos por el firmamento onírico de nuestras incautas mentes
y así, juntos el uno con el otro, para siempre
amanece y amanece.
Anna Genovés
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