Rota
















Rota

Muñeca rota estrellada contra el suelo

muñeca rota en un puñado de cestos

muñeca rota que calma la ira,

los celos, la envidia,

la locura y la mentira.


Muñeca rota, te fuiste por el sendero

y apareciste sin cuerpo

andando sola

entre cercos de rosas y narcisos

narcisos, la flor de los muertos.


Muertos, los que viven en otra onda…

Su pasión, incontrolada

su delirio, el delirio de las copas;

una de whisky

y otra de soda.


Juntas, explosión alcohólica

las venas se hinchan y el corazón

se desmorona

combustión instantánea,

combustión por la boca.


Emana la sangre que surge

la sangre que brota

de su interior ulcerado

por el desamor, la angustia

y la zozobra.


Nada sabe de su amor

nada sabe de su persona

nada sabe de este mundo de miseria,

que la ahoga

y la ahoga.



Su vida en un pañuelo,

repleto de mucosa,

su vida en un pañuelo

con sangre áspera

y vara de forja.


Le dieron fuerte…

Le dieron latigazos, golpes,

puñetazos y otras cosas…

Ella siguió caminando

absorta en sus pensamientos.


Absorta

llegó la noche

la noche que se enciende con antorcha

y nada supo del que amaba

y nada supo de su gloria.


Entró en los setos,

los setos de amapolas…

Se desvistió

y anduvo por el agua como el Nazareno

hasta que la cubrió una ola.


Seguido, otra la engulló

seguido otra penetro en su cuerpo

pero su alma era un agujero

y su corazón era ceniza

y no pudo tenerlo.


Ya se lo habían robado

y el ladrón nadaba

poseyéndolo

y el ladrón nunca volvió

y el ladrón nadó lejos.


Anna Genovés


20/10/2012

Esta composición pertenece a “Cóctel de letras”

Con S. Registro PROPIEDAD INTELECTUAL V-1825-12