Kafka
Kafka
El día que puse el primer ladrillo transparente
alrededor de mi cuerpo, desconocía que una mañana despertaría completamente
aislada del mundo.
Sí. Me he convertido en un ser apartado, que existe
por y para sus personajes. Quiero decir: “el mundo evoluciona a la par que, un
universo paralelo, se teje en mis entrañas”.
Las pasiones han pasado al olvido; no siento igual que
antes. Veo la caja tonta y razono que Matrix cohabita en un lugar apartado de
mi presente.
Mi hoy fluye sin sentimientos, o mejor todavía, la
sensibilidad queda grabada en las frases que componen cada uno de mis escritos,
poemas, metapensamientos y novelas.
He creado una vida al margen de la sociedad que quiere
invadir mi organismo como alienígenas de otro planeta. Los murmullos de las
personas me parecen atronadores. Las miradas furtivas; acoso de perdedores. Las
calles abarrotadas, porciones de queso azul pútrido. Las sonrisas almibaradas,
reflejos de fariseos. Las muestras de cariño, compasión o recelo.
Mi interior se debate como lo hizo el de Kafka.
Trasmuta en algo desconocido que ni yo misma soy capaz de comprender. El Sr.
Hyde que anida en mi cosmos desea tañer las campanas. Incrustar un cuchillo en
el abdomen de alguien. Dispararse en la sien.
Soy mamífera pero podría llegar a ser ovípara. Alterar
mis células y otorgarles la potestad de reproducirse a sí mismas mediante un
óvulo nutrido por mi sangre. Esa sensación de omnipotencia efímera, insufla mi
psique.
Vegeto a diario entre el techo que me cubre y el
armazón fronterizo que se ciñe a mis músculos y trabaja mi organismo. Sin
embargo, al margen de potenciar mi fuerza, también aumenta mi razón. Discernir
entre lo que deseo o lo que no. Lo insignificante y lo que tiene mi perdón.
Nadie está en posición de juzgar al vecino porque cada
cual tiene sus razones. Si no tecleo, me falta la vida; el corazón se rompe en
astillas. Si tú no devoras comida, ruges como el león sin carne entre los
dientes. Y si aquel no acaricia a su mascota, llora como un chiquillo a quien
le quitaron su juguete.
El silencio y la soledad son la única forma de
existencia. El alma no finge. Necesita separarse de la materia. Precisa sentir
la esencia de la verdad. Sea, ésta, funesta o pura. Trasgresora o
evolucionista. Pusilánime o victoriosa. Carnal o mística.
©Anna Genovés
01/01/2015
Todos los derechos reservados a su
autora
Imagen tomada de la red
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