Grafitis: arte urbano
Esta mañana, he visto unos grafitis y no he podido resistir la tentación de escribir sobre los
mimos. De todos es sabido que su nacimiento contemporáneo tuvo lugar en los 70,
con sus más y sus menos. En la actualidad, forman parte de nuestros murales cotidianos.
La palabra grafiti viene del italiano
y su elemento principal es la libertad del autor para realizar su obra de
manera gráfica y visual, algo que ya utilizaba la Roma de antaño. Recuerdo que
cuando visité las cuidadísimas ruinas de Pompeya, el guía nos indicó unos grafitis milenarios que indicaban dónde
se encontraba el prostíbulo. El dibujo era directo: un falo con testículos; el
pene indicaba la dirección a seguir para encontrarlo. Es anecdótico y, a la
vez, revelador.
Hoy en día, no existe una legislación concreta al
respecto; en algunos países es una práctica alegal. Mientras que en otros,
forma parte del tejido urbano y se realizan por medio de stencils complejísimos. El
grafiti es pues, una obra pictórica realizada en propiedades públicas o
privadas ajenas: paredes, puertas, vehículos, mobiliario urbano y pistas de skaye. Asimismo, está presente en la
cultura hip-hop. Si bien, hay que diferenciar entre los grafitis puramente artísticos y los que tienen connotaciones
políticas o de protesta. También están aquellos que, simplemente, son un
mensaje.
Era una chiquilla cuando vi por primera vez un grafiti artístico; unos chavales
dibujaban con espray coloreados unas figuras sorprendentes en las paredes de
unas naves abandonadas. Solían hacerlo a última hora del día o a primera de la
mañana porque era algo cuasi ilegal que no gustaba demasiado. A mí, por el
contrario, me encantaban: representaba la rebeldía.
Sea como fuere, estuve dando la murga a mi familia para
que colorearan las persianas del negocio familiar con un grafiti. Cuando los hube convencido, hicimos un trato con el grafitero: pagaríamos por su trabajo. A
los pocos días, teníamos la corredera
metálica realzada con diversos personajes de Disney. Sí. No os riáis, era una
tienda de ropa de niños. Meses después, el artista de los aerosoles, dibujó una
pareja de valencianos en la plata baja colindante: la otra parte del negocio
estaba dedicada a la indumentaria valenciana.
Fuimos pioneros en admitir los grafitis en nuestras vidas: el arte urbano por antonomasia. Que
nadie crea que los grafitis son
fáciles de realizar o son trazos anárquicos y feocios: de todo hay. Tuve la
suerte de hablar con el maestro y me pareció de lo más cabal. Necesitaba
hacerse un hueco en el arte pictórico –algo innato en su persona—, y, a falta
de otros medios, decidió mostrarlo en la calle. Desde mi punto de vista, el
grafismo urbano tiene mucho mérito y, algunos, están realmente bien hechos.
Vamos, que ya quisieran muchos retratistas tener una técnica tan depurada.
Los expertos difieren:
Mónia
Lacarrieu, Antropóloga y doctora en Filosofía y
Letras, dice que los grafitis son la marca territorial que
intenta comunicar una realidad social alternativa e intersticial.
Javier
Clemente, crítico urbano y diseñador, opina que los grafitis manifiestan los ideales y frustraciones de grupos
juveniles. Variantes de expresiones nuevas que ganan la calle con sus gritos de
resistencia, disputa y trasgresión.
Claudia
Kozak, Doctora en Letras y autora del libro Las paredes limpias no dicen nada,
sostiene que los grafitis son otra forma de habitar la
ciudad: mensajes visuales con un abecedario propio. Escritura callejera.
Patricia
Caballero, Psicóloga, piensa que los grafitis crean grupos jóvenes con una proxemia utilizada para
enviar mensajes. Lo que establece unos lazos solidarios entre sus miembros; potenciando
sus capacidades, perspectivas, conocimientos y experiencia.
Nito, dice que el grafismo cambió su vida y
que en cada grafiti expresa sus
sentimientos. Su musa es el hip-hop y las personas que lo rodean.
IfesYard, por el contrario, hace grafitis
rápidos en trenes, solamente porque le proporcionan adrenalina.
El
valor estético de los grafitis, en muchas ocasiones es incomprensible
para la mayoría de la población. Lo que converge en políticas privativas e
incluso en movimientos antigrafitis para
eliminarlos.
Como
en todo arte, hay personas entusiastas y
detractoras. Desde mi
humilde punto de vista, mayoritariamente embellecen las ciudades: los veo como las
figuras de la Altamira de los s. XX-XXI. Desconozco qué significarán en el
futuro, pero es obvio que dejarán unas huellas significativas de nuestro paso.
©Anna
Genovés
19/07/2015
Recuerdo esos grafitis que mencionan, la verdad es que a mí también me gustan mucho. Un artículo magnífico, Anna
ResponderEliminarMuy informativo el artículo y hermosos los grafitis que se reproducen. Felicitaciones, Ana.
ResponderEliminarMe alegra que te haya gustado. Se me había pasado tu reseña y acabo de verla... Gracias!
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