Ser choni tiene su encanto
Cuando escuché choni
por primera vez, desconocía los muchos significados que, a fecha de hoy, tiene. Simplemente pensé que hablaban de alguien que se llamaba Concepción;
un nombre propio bastante corriente en la antroponimia española. Sin
embargo, comprendí que se trataba de algo más. Entonces, me propuse buscar el
verdadero origen de este vocablo tan pródigo en nuestra lengua.
Dentro del universo
cibernético he encontrado innumerables artículos y datos sobre sus
muchos significados. Pero, ¿cómo, cuándo, dónde y por qué nació esta palabra? Lo primero que hice fue buscar en distintos diccionarios.
La RAE la admitió en 2014
con estas dos acepciones:
Interesante. Muy interesante… Seguí
mi búsqueda sobre la primera acepción y encontré significados variopintos con ligaduras
comunes:
Dejando aparte los glosarios en los que aparecen simplemente las
definiciones de este primer significado, opino que, tal vez, el segundo concepto, sea una degradación gramatical o
una evolución lingüística y chimpún.
Si profundizamos un poco en la historia de esta primera acepción de la
RAE, encontramos que choni es
una palabra de uso canario para referirse a los extranjeros. O sea, que
semánticamente es el equivalente a la palabra extranjero cuyo origen
se remonta a un nombre bastante común entre los anglosajones como es Johny. ¡Ojo! Es una palabra masculina. Pues Johny
es un nombre de varón, y cuando se usaba como tal, se hablaba de un hombre.
Con
todo, en el habla canaria Johny derivó en choni, palabra
unisex se llame como se llame la persona. Igualmente, su plural: chonis.
Tiene su gracia, por chonis los canarios solo se refieren al
conjunto de guiris –personas, no cosas—. No obstante, si recurren a extranjero,
pueden emplearlo para personas y objetos.
Por tanto, la cadena evolutiva del significado choni en Canarias fue, más o menos, el siguiente:
1. 1. En una fase inicial
los canarios empleaban la palabra choni como los ingleses emplean
Johny como nombre propio. Es algo comparable al ceceo andaluz.
Un sevillano, por ejemplo, en vez de decir ‘casa’ pronuncia /káza/ con toda su
gracia.
2. 2. Seguidamente, los
canarios, usaron la palabra choni para nombrar a todos los
ingleses se llamaran o no Johny –nombre masculino, utilizado solo
para hombres.
3. 3. En un tercer
paso, aplicaron la palabra choni para nombrar tanto a mujeres
como a hombres británicos.
4.
4. Para finalizar,
el vocablo choni se extendió a todos los extranjeros.
5. 5. Después de esta
etapa, resultó que el término /chonj/ se convirtió en un equivalente
de la palabra extranjero. Y como curiosidad, decir que algunos
canarios en vez de chonis dicen chones a cualquier
extranjero que camine por sus islas.
Claro está que esta conversión
se inició con la primera oleada de turismo europeo a Canarias allá por la década de
los 60.
Ahora, voy a fijarme en la
segunda acepción de la RAE y en el salto conceptual de la misma…
En 2009 Rosa Trapiello en un
artículo que publicó para el diario La nueva España señaló, poniendo
el grito en el cielo que, los cambios de la sociedad y la proliferación de
tribus urbanas, entre ellos un grupo denominado chonis, eran poco
menos que un peligro para nuestro país. Y cito textualmente…
… “La definición de choni es más o menos la de
chica a la que le gusta mucho comprar ropa, pero dentro de sus limitados
recursos económicos; no sabe combinar colores ni modelos; viste minifalda,
minishorts y medias brillantes con botas de plástico; aficionada al botellón, a
ir a Bershka, a Stradivarius y a los mercadillos. También se las denomina
chungas, payas o poligoneras, y algunas series de televisión están haciendo
mucho por fomentar esa tribu: el chicle siempre en la boca y, por supuesto, la
boca abierta. Su lenguaje es inimaginable y dicen sin rubor que les gustan las
«cocretas» y las «almóndigas», si alguna vez leen es sólo la revista «Sorpresa»
y el «¡Qué me dices!», llaman a sus amigos-as con un «la» delante: la Mari, la
Jenny, la Vane o la Chusa y los estudios los dejaron sin el Graduado Escolar.
El panorama es desolador
porque es un colectivo grande, pero en los tiempos que corren de lo
políticamente correcto nadie se atreve a decir lo que mucha gente está
pensando: ¿con una sociedad así dónde vamos a llegar?, ¿con semejante formación
a qué se puede aspirar?
La sociedad política dice
cosas como que los jóvenes deben identificarse con grupos a los que pertenecer,
que debemos dejarlos realizarse en su forma de vestir y expresarse, y series
como «Aída» y películas como «Yo soy la Juani» de Bigas Luna hacen lo propio
fomentando una forma de vida que no es precisamente lo que a una le gustaría
para alguien a quien tuviese en consideración.” …
Con todos mis respetos, me
parece un artículo lleno de prejuicios y perjuicios. A ver, en el contexto
de la moda, ¿quién tiene el poder de decidir lo que es de buen gusto y lo que
no? ¿Las celebrities? ¿Los diseñadores? ¡Por favor! Cada uno tiene
su gusto, pues los cánones de belleza difieren dependiendo de muchos factores. Menos
mal, porque de lo contrario sería como vivir uniformados. Me da tiricia solo de
pensarlo.
Elegid: Gaultier, Chanel o una de las celebrities del candelero...
Con respecto a la forma de
hablar, particularmente, me desagradan las perversiones de la lengua. Pero,
de igual modo que Arturo Pérez Reverte dice: “Es un error mirar el pasado con
ojos del presente”. Opino que con el futuro sucede lo mismo. Y el grupo
urbano que aparece en el film de Bigas Luna Yo soy la Juani,
con sus modelitos y sus hablas, nos guste o no, son el futuro. ¿O es que el Cervantes
hablaba el mismo castellano que en la actualidad? Seguramente que si se
levantara de la tumba se horrorizaría al vernos y al hablarnos. Algo similar
les sucede a las personas que no están abiertas a los cambios. Y si no cambiamos no evolucionamos. ¿Mejor volver a las cavernas?
Por otro lado, en otros
escritos al respecto, las chonis son particularmente de etnia gitana o
merchera. Tampoco aclara el motivo de este cambio tan significativo;
seguramente porque, la autora del artículo, desconocía el sentido primigenio
del vocablo en cuestión. Después de leer y releer este y otros reportajes, me
inclino a pensar que este cambio conceptual de la palabra choni ha
venido por caminos diferentes, importado –claro está— de Las Islas Canarias a
la península y de
aquí, a todo el planeta. El nexo común de la mayor parte de sus significados, se
emplee para chicos o para chicas; pues es un concepto unisex, es que
la mayoría son de clase obrera, tienen pocos estudios y mal gusto. Por
tanto, sería algo así como el opuesto a pija/pijo.
Ahora bien, por mi experiencia, me inclino a pensar que, probablemente –esta reflexión es a título personal—, la transformación ha podido ser la siguiente:
Ahora bien, por mi experiencia, me inclino a pensar que, probablemente –esta reflexión es a título personal—, la transformación ha podido ser la siguiente:
1- En las décadas de los 70/80, a los guiris
se les consideraban extravagantes e incluso horteras, garrulos… Claro que, por
aquel entonces, con lo catetos que éramos en España, ver a personas de rasgos
diferentes a los nuestros y hablando inglés, alemán, francés u otros idiomas
europeos, y vestidos como les venía en gana tuviesen veinte años u ochenta
años, podía resultar un tanto pintoresco. Lo que pudo dar pie a esta extensión
gramatical del concepto inicial de la palabra canaria choni.
2- Así mismo, como señalé al inicio, Choni
también es el hipocorístico de Inmaculada Concepción o más comúnmente Consuelo
o Chon. Choni sería algo así como Consuelín o Consuelito. Y, como a los
españoles nos gustan los adjetivos desdeñosos –que mala pata—, resulta que Choni,
en este aspecto, sería análogo a decir Maruja o Charo.
O sea, que las marujas y las charos, también pueden
ser chonis por uno u otro motivo. Un peyorativo que varía según la
edad de la agravada –en este ejemplo es un concepto puramente femenino—. Así
pues, por generaciones, choni se emplearía para las hijas, charo
para las madres y maruja para las abuelas. Y llamarte Maruja es decirte…
Aquí se atisba ese vínculo descortés
de uso, por lo general, entre las generaciones maduras y pudientes para referirse a sus
opuestas de clase media o baja.
1- Los más snob directamente entienden choni
como una palabra derivada del concepto inglés chav, chava, charva o
charver; jóvenes de clase obrera y con pocos estudios, que visten de marca,
están desempleados, se desenvuelve en ambientes problemáticos y le agradan las
peleas. Algo así como cani, poligonero, mascachapas. Concepto, aquí, masculino por lo general.
Pero, opino, que choni no deriva de chav, sino del
significado primigenio canario. Si bien están enlazados por el mero hecho de tratarse de jóvenes de
clase baja.
En realidad, el español, es tan rico en sinonimia
que una misma palabra puede tener numerosos significados, lo que puede derivar
en complicaciones lingüísticas, gramaticales y conceptuales.
Sea como fuere, la palabra choni da
para mucho y juzgar a las personas por su procedencia o por su vestimenta, es algo que
deberíamos olvidar. Está mal que lo diga, pero, personalmente, me
incomodaría más desayunar con Tamara Falcó que cenar con Rosalía. Lo
importante no es el cómo exterior sino el interior.
Ahora, sí le veo los cuernos al toro de por qué la primera
acepción de la RAE sobre la palabra choni se ha extendido a los
confines del planeta con la segunda acepción u otros conceptos. Y, como
aquel, cualquier lengua viva está en continua evolución.
Actualmente,
choni con uno u otro significado, es una palabra que ha traspasado idiomas
y fronteras. Por suerte, sin esa alusión despectiva que tuvo en décadas anteriores.
Me alegro, porque tod@s somos un poco chonis en algún momento. Y,
la verdad, ser choni tiene su encanto.
Artículos y opiniones sobre la palabra choni
@Anna Genovés
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