Inmóviles












Inmóviles





A mis manos inmóviles 
y a mis piernas yermas
a mis solitarias carnes
y a mi boca seca




A mi inquieto pensamiento
y mi fruto estéril
a mi extraño pensamiento
y a mi alma débil




A todo mi organismo
a todo mi rencor
a todos mis defectos
y a todo mi amor





A todos os necesito
como la Luna al Sol
a todos os echo de menos
cuando me recluyo en un rincón






©Anna Genovés

12 de julio de 2012




4 comentarios:

  1. leer este poema me hace pensar sobre ti, por eso... me gustaría hacerte unas pregunta, con tu permiso:
    Cuando echas de menos más a la gente, a qué tipo de personas echas mas de menos,te sientes más completa cuando estás con los demás?
    y podría seguir...

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  2. Gracias por tus palabras amigo. Contestarte sería un sinfín de palabras entrelazadas sin concreción alguna, soy tan diversa como extraña y a veces después de escribir me horrorizo de mis palabras o todo lo contrario.
    Y sea como fuere, casi siempre me sorprenden … porque he vivido y vivo, encerrada en una jaula de barrotes de Ágatha Ruíz de la Prada que, expreso he construido para mí.
    An@

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  3. Que forma más poética de mostrar cuanto necesitamos a los demás. Somos seres sociales, precisamos el contacto piel con piel. Necesitamos escuchar y ser escuchados, besar y ser besados, acariciar y ser acariciados... Sin embargo hay algo en nuestro ser interno, en nuestro corazón o nuestra alma, si prefieres, que es preciso reservar para nosotros mismos.

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  4. Amparo,
    ¡Cuánta razón tienes!. Coincido contigo en todo. Necesitamos, amar y ser amados, sentir y saber que hacemos sentir a otros, sea pasión u odio … y aún así, es inevitable guarnecernos en un sillón, un rincón, un recoveco preciso y aislado de TODO y de TODOS: Nuestro Santuario, para seguir siendo nosotros mismos, para seguir con nuestra virginal identidad.
    Tan similar al de otro ser humano y a la vez tan distinta, porque en el universo, en la Tierra, somos tan imprescindibles como perecedero. Y en la mayoría de los casos, ni tan siquiera lo comprendemos, es más, ni tan sin quiera tenemos conciencia de ello.
    Ta das cuenta, que las piezas se acoplan poco a poco, en el sitio exacto para el que han sido creadas, en un momento impreciso de nuestras vidas ... ¿será que el destino sí está escrito de antemano o se tratará simplemente de el azar de la vida?.

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