Polvo de diamante





Polvo de diamante

¿Cómo voy a darte polvo de diamante
para que agonices lentamente?
Si pido que estés dentro de mí.
Tómame cuándo y dónde quieras
tuya soy de los pies a la cabeza
desde la primera vez que te vi.
Respiro por verte
sonrío si estás cerca,
perfumo mis senos para que huelas
me acicalo con ropa sinuosa
por ti.
¿Por qué te cruzaste en mi camino
para después huir?
Mis fuerzas se agotan
cuento las horas, los minutos, los segundos
de tristeza
en la soledad de mi cuerpo,
a la espera de ti.
Castigos a vivir separados
tu vida rutinaria
la mía, obediente y servil;
mar que agoniza sin olas
tierra que brama sin fuego
aire que llora
viento que yace.
Ven a mis brazos de musa soñadora
únete a mi cuerpo de suave perfil,
besa mi boca, deseosa de la tuya
dame el placer que te he venido a pedir.
Quiero tu cuerpo para resarcir mis deseos;
convertirlo en un juguete
sin pensar lo que pueda venir...
Inúndame con tus labios
acaríciame con tus dedos
mordisquea mi piel con dulzura y frenesí.
Me entrego a ti como una dádiva
me deseas como yo a ti.
Lo veo en tus ojos de corderillo perdido
que vuelve al redil.
Me entrego a ti como una amante furtiva
que desciende a tus piernas y se apodera de ti.
Seré lo que quieras que sea
amante o amiga,
sierva o domina
que acuchilla tus sentimientos
y te esclaviza hasta el fin.
No te estremezcas, amado
yo, lo hice por ti.


Anna Genovés
11/06/2012

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Modificada 10/02/2016