
Sin rumbo
Sola y meditabunda
me deslizo por la calle.
No conozco la ruta
ni tampoco quien la hace.
Voy dando tumbos
como una chiquilla.
Y acuestas llevo
una repleta mochila.
Está llena de experiencias
que olvido día a día.
Por no dañar mi conciencia
ni tampoco mi desdicha.
Soy como una nube errante
hoy aquí, y mañana ni lo sabes.
Las ratas acompañan
mis tardes y mis andares.
Susurrando con sus hocicos
de podredumbre y fraude.
Las veo y no me inmuto
asqueada de mi misma.
Siendo una alumna brillante
he acabado con la porquería.
No entiendo por qué sonrío
cuando desearía llorar.
No entiendo por qué sigo adelante
cuando me gustaría callar.
Anna Genovés
20/01/2012
20/01/2012