Mostrando entradas con la etiqueta Poesía Post-Simbolista. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Poesía Post-Simbolista. Mostrar todas las entradas


 




Puro ruido

 



La vida es puro ruido

mujer que ríe

hombre que lagrimea

pareja que jadea

agua que corre por el grifo

orín que surca la entrepierna

 


Los perros y sus ladridos

gatos que maúllan

avispas que pasean

puertas que se abren y se cierran

Yellowjackets en Spotify o la voz que rapea

vehículos que caminan por la acera

 

 

El eco del silencio

la noche que se ha ido

hoz que sesga el aire que respiras,

hasta la muerte tiene sonido.

Pero, cuando el silencio lo invade todo…

la vida nunca ha existido

 

 

 

©Anna Genovés

Treinta de abril de 2023




Puro ruido

by on 17:17:00
  Puro ruido   La vida es puro ruido mujer que ríe hombre que lagrimea pareja que jadea agua que corre por el grifo orín que...

 






Gusanos 

 



Sentir muy dentro la poesía

es fruto de una mente enfermiza


 

Abrir la ventana y escuchar graznar a un cuervo

presagio de muerte pasajera


 


Tierna está la carne putrefacta

bambi cazado en la oscuridad de la cueva


 


Nadie lo nota, todos lo sienten

mirada parda entre gritos de la gente


 


Adiós al alma negra

y al corazón muerto


 


Los sentimientos huyen de la madriguera

no quedan sentimientos


 


Nadie piensa en ti ni en ella

piensan en lo que vendrá después de la guerra


 


Vida oscura y regia

la existencia es mentira y la mentira es yerma

 



Nadie ve los manantiales de su cabeza

ni retiene los gusanos que pasean

por lo ojos de la muerta

 



Agonizó con el estómago lleno de cápsulas

las que tomaba para subsistir a la caza

 



Yacer en Las Palmas junto a Panero

dolor en la mirada

 muñeca rota de porcelana

 



Una vez fue reina

ahora, queda el recuerdo

 


 

©Anna Genovés

Tres de abril de 2023

Fotografías tomadas de la red del fotógrafo ucraniano Ruslan Lobanov –mis agradecimientos.







Gusanos

by on 21:12:00
  Gusanos    Sentir muy dentro la p oesía es fruto de una mente e nfermiza   Abrir la venta n a y escuchar graznar a un cuervo presagio de m...


 


David González: kinki, dandi y poeta

 

Según la Biblia, David, fue un ilustre gobernante del Antiguo Israel y, por tanto, una figura histórica.


De todos es conocida su leyenda; el menor de ocho hermanos. Pastor que tocaba el arpa de manera primorosa y que protegía a los rebaños de las fieras. Por su condición de músico, el profeta Samuel lo llevó junto al rey Saúl para apaciguar sus inquietudes.


Israel estaba en guerra con los filisteos, donde le gigante Goliat aterrorizaba a los guerreros. Pero el joven pastor se ofreció a dominarlo con una honda. Pese a las burlas del ejército, lo venció con una piedra pequeña que incrustó en su frente. El gigante cayó y, él, aprovecho el momento para cortarle la cabeza con su propia espada. Más tarde, fue rey. No obstante, como todo hijo de vecino, de adulto, pecó.


¿Acaso David González no es otro David bíblico? Pocos le hicieron caso mientras vivía; su personalidad anulaba sus letras, como si el vestir de una persona o las maneras aniquilen el buen hacer. En una sociedad donde se etiqueta por pestañear sin rímel –sin obligaciones, claro. Uno o una se maquilla porque le sale del orto y punto—. Es difícil encajar con unas botas de serpiente, andares genuinos de kinki dandi y tatuajes del talego.


A David los meritorios y los encumbrados lo miraban de reojo; como un pedigüeño que lloraba por editar un poemario, una novela… –como a muchos de nosotros—. Vencido por el ejército que solo acoge con santo y seña, a veces, deseaba morir. Algo opuesto a los conocidos de… a los lameculos de… a las presentadoras de… o a las que, en vez de mostrar literatura, presentan sus atributos porque les sale de los ovarios. Después, su poesía, ía, ía, ía… o su prosa, osa, osa, osa… va directa a los palcos VIP. Buenas o malas, nadie las patea.

 

En fin, él iba de "hago lo que me da la gana" y no me junto con aquellos snobs estirados y opositores a la pajarita de Wolfe; prefería emborracharse, fumar mota y esnifarse la costa astur... Malvivir arropado por versos escritos en papel higiénico de algún after solitario. ¡Ay! Te distinguieron los tuyos, pero nadie luchó por ti.


David quiso ser un poeta maldito y así lo bautizaron. Ahora que el cáncer de esófago lo ha destruido en menos de cuatro rimas, igual le colocan el Loewe de Poesía, póstumo. ¿Quién sabe? Todo es posible en un mundo hipócrita donde importa más la pose que ser tú mismo. Se lo llevó una enfermedad terminal y su muerte ha podido con el gigante que, ahora, loa sus pies.


Chatee con él una o dos veces y apenas conozco su obra. Era uno más de los que intentamos ser y no somos. Uno más del grupo impío que se ahoga entre prosa invisible y versos condenados.


Tal vez, tengamos que morir para ser reconocidos.

 

©Anna Genovés

Seis de enero de 2023

 

 

David

 

David tu cuerpo nos dejó

 

Tu cuerpo lleno de aflicción y dolor por no ser viento

 

Tu cuerpo lleno de pústulas que crecieron desde pequeño

 

Organismo que se debatió entre la vida y la muerte, un millón de veces

 

Amigo desconocido que fuiste, serás y eres, un​o​ más de la rueda del infortunio

 

Nadie nos protege

 

Nadie nos alumbra

 

Nadie nos quiere

 

Somos hijos de la calle

 

Hijos que nunca duermen

 

Donde estés, aquí tienes tu hueco

 

 

©Anna Genovés

Obituario a David González

Lunes 6 de febrero de 2023​

RIP amigo







 

#DavidGonzalez #Obituario #poesía #poesiaespañol #adios

 

Obituarios


La nueva España. Fallece el poeta gijonés David González


El comercio. Muere el poeta gijonés David González


El español. Muere David González, el poeta maldito que se hizo escritor en la cárcel gracias a Bukowski, a los 59 años


El país. Macarra y genuino: David González, la muerte del poeta maldito que descubrió la escritura en la cárcel


Tam-tam press. Muere el poeta David Gonzáles dejando enlas librerías su último poemario, La canción de la luciérnaga


 

Wikipedia

David González (poeta)


 



 


Asylum

 

 

Cuando era joven,

casi una niña,

mi vida quedo truncada

y dejó de ser vida.

 

Era bonita e ingenua;

una flor recién nacida,

y los pétalos se truncaron

apareciendo estrías.

 

La sangre corría por mi cuerpo

mi corazón gemía.

 

Cuando era joven,

casi una niña,

mi vida quedó truncada

y dejó de ser vida.

 

 

 

Nos conocimos en un guateque. Éramos las reprimidas que no bailaban ni bebían: chicas del comediscos. Tú, la guapa. Yo, la fea. Los chavales huían de mí. A ti, te perseguían. Tan iguales por dentro y tan distintas por fuera. Nos hicimos amigas mediante un pacto a la vieja usanza: aguijoneamos los dedos y cruzamos nuestros hematíes. Fuimos hermanas de sangre hasta que me abandonaste por un chico. Entonces, dejé de hablarte, de mirarte, de reír tus gracias… Un día me arrojé a las vías del tren con un papelito en la mano que decía: «Tú tienes la culpa». 48 horas después, mi fotografía yacía sobre un féretro rodeado de pétalos floridos. Mi madre, de negro riguroso, no quería que oliera mal. Sin embargo, mis restos amputados se descomponían a marchas forzadas.

 

 

En el sepelio, mi ataúd se deslizaba con una camilla hidráulica entre los hermosos mausoleos de color ceniciento como tu rostro, hasta el nicho. Tu cuerpo tiritaba cuando lucieron los adobes que lo emparedaron. Te encerraste en casa. Dejaste de comer, de hablar, de soñar, de reír… no te apetecía nada. Por desgracia, tu familia conocía al director del psiquiátrico. Nadie te acompañó a las sesiones: acabaste sola. Agrietado el corazón que mutilaba tu alma. Cada vez que traspasabas la verja del sanatorio, los gritos de los confinados irrumpían en tus oídos: acufenos permanentes. Los enfermos andaban sueltos; hombres y mujeres deformes con caras enajenadas. No te gustaba ese lugar repleto de sufrimiento donde los muros sangraban.

 

 

Te metieron en una sala con azulejos blancos como la muerte; estabas muy asustada. Tenías una pesadilla recurrente: «Bajabas corriendo las escaleras de un garaje sin retorno. Yo te perseguía. Te atrapaba. Arrancaba tu carótida de un bocado; mi cara llena de gusanos. Mi sonrisa desdentada». Saliste de esos sacrílegos pensamientos, cuando entró el Dr. Mortem para conocerte y pautar la botica milagrosa que te devolvería la vida. Pero pasó el tiempo y no mejoraste. Atiborrada de barbitúricos, te convertiste en un muerto viviente. El psiquiatra decidió aplicarte terapia de electroshock. Tu cabeza estaba llena de babosas que se acoplaban a tu cráneo y succionaban tus pensamientos. Por último, te colocaron una esponja en la boca para que no sufrieras. La sacudida hizo que te retorcieras como en un mal ataque de epilepsia. No chillaste. Sin embargo, tus ojos se quedaron en blanco; parecías la niña del exorcista.

 

 

Cuatro meses después, te internaron en el sanatorio. Llevabas una bata blanca manchada de papilla. Te cortaron el cabello al uno, y lo poco que te quedada, lo arrancabas de cuajo a estirones. Unas ojeras profundas incrustadas en tus entrañas ensombrecieron tus facciones. Te vi desde arriba e imploré que me acompañaras; las cuencas vacías de mis ojos buscaban alguna lágrima perdida. Esta mañana, has aparecido ahorcada del techo de la sala común. La lengua fuera, los labios amoratados y el cuerpo rígido. Me he acercado a ti para consolarte: «Amiga, siempre estaremos juntas».

 

 

©Anna Genovés

Propiedad intelectual: 09/2013/2345

Rectificado el 28 de julio de 2022

 

* Dedicada a mi amiga Amparo Juárez (fallecida el 28 de abril de 1975 en accidente de tráfico)


#relatos #terror #relatogotico #relatofantástico #lecturas #escribir #ficcion #annagenoves #realismo #realismosucio


*Relato incluido en el libro de relatos La caja pública, Asiento propiedad intelectual 09/2015/427. disponible en formato papel en Amazon. ISBN-10‏: ‎ 1502468433 ISBN-13‏: ‎ 978-1502468437

 

 


Asylum

by on 17:17:00
  Asylum     Cuando era joven, casi una niña, mi vida quedo truncada y dejó de ser vida.   Era bonita e ingenua; una flor ...

 






De cerca

 



He visto a la muerte de cerca,

De cerca la he visto.

 


La he tenido en mi cama

Y le he dicho: no me quedo contigo.

 


Ve a lugares desiertos

Donde la tierra sucumbe.

 


Donde los gritos de los muertos

Son mudos

Y los llantos de los niños se han ido.

 


Donde la vida no existe

Y tu hoz, tirita.

 


Demasiadas almas

Bajo tu rostro vacío,

Demasiados hombres, mujeres y niños.

 


Deja a este mundo que perece

Solo con su desdicha.

 


Solo como quien nace y muere

No necesitamos tu ira.

 


Aléjate del mar, del aire,

De la tierra y del fuego,

Te exiliamos de nuestras vidas.

 


Arrastra a la enfermedad

Esa cruz invertida que nos mina.

 


Que arranca las entrañas antes de tiempo

Que muerde nuestros cuerpos

Y nos quita la alegría.

 

 


©Anna Genovés

Ocho de diciembre de 2021





Postcard





De cerca

by on 17:17:00
  De cerca   He visto a la muerte de cerca, De cerca la he visto.   La he tenido en mi cama Y le he dicho: no me quedo contigo. ...











Verdades y mentiras


Llega el verano cargado de sopor. Días calurosos y flores con pétalos tenues. Fugaces. Sol. Los coches aparcados tiemblan de calor. El kiosco de la esquina está abierto.

Libros, periódicos, revistas…

Vacío: nadie mercadea

La calle, repleta de fumadores, bebedores y otras hierbas. Las terrazas de helados, llenas. Los constipados entre hojas de espinas e inocencia perdida, en su mejor momento.

Encajes ribeteados de sombras

caminan por las aceras

Las ventanas abiertas con geranios que iluminan. Los escotes entre pechos sudorosos y miradas lujuriosas. Piernas largas y falditas. Cigarrillos medio caídos, junto a árboles frondosos.

Jardines con niños

columpios y madres jóvenes.

El jazz de Armstrong y Coltrane, domina los cuerpos. La sensualidad, huele a preñez. A viento encajado en la materia. A bofetada en el rostro quedo. El cielo de espuma clara, expresionista.

Matisse en sus lienzos

Flaubert en su novela

Rimbaud en un poema

Keruac besaría su materia

Mientras los celajes se agrandan, el día se ahoga. El astro nocturno brota. El horizonte escarchado vibra en lo alto de cielo. Místico. Atractivo y misterioso; noche de bodas.

Redonda, de porcelana.

muñeca china, fértil

Los semáforos están en verdes y Don Draper bebe. Piensa en Lost in Translation. Es un visionario. Un publicista. Todo se compra y se vende. Hasta las estaciones del año.

La primavera cede días al estío

por un puñado de dólares,

euros o yuans

El otoño encarcelado por dormir con el invierno. Una mañana, te azota el frío. La otra, el sol quema tus huesos. Tanto tienes, tanto vales; aunque bailes en el Ritz o duermas en una esquina.

Prostitución suprema

carné de “no tengo venéreas”

Una virgen –la única— se entrega. Su primer amor. El amante envuelto en papel de seda. Sus piernas, trémulas. Su núcleo exaltado: esencia fina. Su mente en el país de Alicia. Prodigios a flor de piel.

Sorpresas en las hojas

cristalinas de sus pupilas

Un niño compra un caramelo con el dinero del tío; se le antoja perfecto. Es Caperucita. Su pariente, el lobo. Dientes crujiendo en la piel nívea. Iris dilatados, voraces, endiablados. Disfraces y hadas madrinas. 

Banquete suculento entre malvavisco

y cuestas lisas

El incesto se consume encajado de pedofilia. Sangre roja. Claveles en las rejillas. Voces que tararean. Casas encaladas. La blanca Andalucía. Trajes de luces, de faralaes, de romería.

Luis Rosales

Antonio Machado

Federico García Lorca…

Cervantes. Campos de Castilla. Molinos de viento. Dulcineas del Toboso y de su casa misma. Mentiras y verdades contadas de boca a oídos. Personas que nacen y se marchitan.

Luz a raudales

en la cuenca del río que va a la ermita



Agua que baja

manantial que vomita



Tu corazón es mío



Tu alma, tirita



©Anna Genovés
12/04/2013
Corregida
20/07/2014
Propiedad Intelectual
V ― 488/490 ― 14








                                                             



 

 

Nunca habrás nacido

 

Joven retraída y mujer declinada, caminas por la vida con pies de metralla. Las manos son largas, teclean un sonido eterno. Los labios no dejan de amar entre el mundo imaginario y el verdadero. Desconoces en qué momento te pusiste a caminar; el sendero no era recto, la montaña no te dejaba hablar. La cumbre estaba lejos.

El rostro colmado de arrugas finas

Tejidas por los años

Verdades y mentiras, odio y sosiego.


 

El cuerpo camina esbelto apoyado en un bastón de cristal. El corazón apenas siente y la mente se fragua de maldad. Dulce niña que olvida la juventud y se disuelve en un vaso lleno de azafrán.

Fe, esperanza y caridad

El señuelo de tu vida

Sin ir a misa ni rezar.



 

Te apiadas de los sintecho, de los rumanos que escarban la basura, de los pedigüeños, de las personas cuya salud deja mucho que desear. Y sigues tu existencia sin mucho que decir y poco que dar.

Volutas de humo se alzan al techo

copa de vidrio con líquido espeso

la sangre brota

el aire se agota,

olvida los sueños.


 

Yacerás en el camposanto un día de estos. La mañana clara morirá en tus ojos. Las nubes no serán rebaños de borregos; las campanas no tañerán tu muerte, las flores se marchitarán y los gusanos brillarán en la carne corrompida y el también en el cerebro.

Bebida por la muerte

Nutrida por despecho

Café de molinillo

Tiritas de miedo


 

Tu cuerpo hermoso, estará deshecho en un cajón de madera sin cruz en la tapa ni nombre en la lápida de otro. Nadie recordará cómo te llamabas ni tampoco tus ojos.

Nunca habrás existido

Nunca habrás nacido

Nunca saliste del lodo.

 


@Anna Genovés 

Dos de mayo de 2021


*Anoche vi el primer capítulo de la cuarta temporada de 'El cuento de la criada' y recordé que este poema podría acompañar a June



Nunca habrás nacido

by on 18:18:00
    Nunca habrás nacido   Joven retraída y mujer declinada, caminas por la vida con pies de metralla. Las manos son largas, teclean un sonid...

 





El tatuador

 

 

Una obra de arte en carne viva

 

una obra de arte que nunca será mía

 

Lameré tu cuerpo tatuado

 

entregada a los brazos de Morfeo

 

Y tu semen diáfano

 

me conducirá al Hades

 

Allí descansaré para siempre

 

y olvidaré que un día me miraste

 

Porque mi boca tiene precio

 

y quien la olvide

 

no puede estar cuerdo



@Anna Genovés

Revisada marzo 2020


  

El tatuador

by on 17:17:00
  El tatuador     Una obra de arte en carne viva   una obra de arte que nunca será mía   Lameré tu cuerpo tatuado   entr...




Descubriré mi rostro

 

Descubriré mi rostro tumbada en el lecho

Con monedas en los ojos

Y tejido quedo

Descubriré mi rostro

Entre nenúfares

Geisha de porcelana quebrantada en dos partes

Descubriré mi rostro si me dejan

Cuando la vida se acabe y la muerte esté cerca

Descubriré mi rostro con labios amoratados

Por lo velos que llevo y nadie sabe

Descubriré mi rostro

Si tú me lo pides

Para que veas mis arrugas

Y sepas que te quise

Descubriré mi rostro cuando mis amigos lo hagan

No andaré sola por el camino de la nada

Descubriré mi rostro si caen las mascarillas

Para respirar oxígeno sin mentiras

Descubriré mi rostro dentro de muchos años

Andaré con bastones y olvidaré al que pase

Descubriré mi rostro porque me ahogo

En este mar de tristezas

Y este infierno de odios

 

@Anna Genovés

12 de noviembre de 2020

 

#poesiasocial #poemas #postsimbolismo #mascarillas #pandemia #covid19 #mujer #2020 #annagenoves

 

Descubriré mi rostro

by on 18:18:00
Descubriré mi rostro   Descubriré mi rostro tumbada en el lecho Con monedas en los ojos Y tejido quedo Descubriré mi rostro Entr...

 



Araña, Yokai, Jorogumo, Tsuchigomori

 

Estaba leyendo cuentos japoneses de terror antiquísimos y he dado con La leyenda sobre el Desfile nocturno de los cien demonios. Dentro del mismo está el relato Una leyenda de Tsuchigumo.


Me ha parecido tan interesante que la he compartido con vosotros, y, de paso, el poema Araña que escribí tras la lectura. Muy gótico todo él.

 

…” Una leyenda de Tsuchigumo

Un samurái de nombre Minamoto-no-Raikou y sus guerreros, estaban en la búsqueda de una calavera, en esta investigación la calavera conseguía siempre escapar y muy continuamente perdían su rastro.

Un día Minamoto desistió de seguir buscando la calavera ya que sus esfuerzos por conseguirla no daban resultados y tomo la decisión de ir a un poblado cercano para descansar.

Después de unos días empezó a sentirse enfermo. Un sirviente del lugar donde se quedaba lo atendía y le daba medicinas todos los días, pero él seguía enfermando cada día más.

Minamoto comenzó a sospechar que pasaba algo extraño… tomó su catana y esperó al sirviente. Cuando lo tuvo cerca, lo hirió con la espada. El sirviente, ensangrentado, huyó del lugar.

Minamoto al no tomar más la medicina, empezó a despertar y se rompió la ilusión; estaba envuelto en fuertes telarañas. Sus guerreros le ayudaron a liberarse. Pero, como el sirviente había dejado un rastro de sangre, Minamoto lo siguió y lo encontró en la montaña bastante cambiado…

El joven sirviente era una araña gigante, un Tsuchigumo, herido. Minamoto alzó su catana y le dio muerte, junto a sus crías, con la ayuda de sus guerreros. En ese momento la catana de Minamoto obtuvo el nombre de Kumokirimar –cortadora de arañas.

 

Características de los Tsuchigumo

Según narra la leyenda japonesa, esta criatura vive en zonas solitarias, como sus congéneres animales. Son inteligentes y astutas y ven a los seres humanos como su única fuente de alimentos.

En algunas ocasiones, el Yokai se ha vinculado con el poder de control de las arañas y como seres que pueden escupir fuego para atacar a quien quiera hacerles daño.

Los Tsuchigumo son criaturas mitológicas japonesas, también llamados Yokai –criaturas con partes de animales, partes humanas.

Algunos Yokai evitan a los humanos, otros se enemistan con ellos causando bastantes problemas. Algunos cambian sus formas y se disfrazan de humanos para infiltrarse entre ellos, algunos llegan a ser amistosos, pero estas historias siempre terminan en tragedias” …

 

 





Araña

 


Rascas las pezuñas en el techo

quieres esconderte en un agujero

monstruo de ojos rojos y ocho patas

que vives en las cloacas del infierno

ni Vanessa Ives te mirara

aunque viera en ti lo infecto

aunque tú la mataras

y el demonio fuera tu yelmo

 


Me vigilaste durmiendo

desperté y te seguí por las paredes y el techo

pregunté tu nombre y qué querías

tu respuesta fui un gruñido

que ni Poe escribiría

ni King lo pensara

blasfemia incubada

la verdad supera a la ficción

 


El horror de una llama

en Japón te llaman Yokai, Jorogumo, Tsuchigomori

yo, te llamo araña

tu cuerpo desfallece, tu cara se mancha

esa que tanto odias, te llama de lejos

lleva la hoz en una mano

y en la otra un espejo

para que veas lo espeluznante de tu cuerpo velloso

 

 

La distorsión de tu rostro

más que el de Leopoldo desde su celda

el mal que llevas dentro

exuda al exterior y cuando te mueves

no eres tú, es tu hedor

el que nos avisa de tu presencia

esta, mi morada, no es la tuya

y no estás invitada

 


Vete lejos y no aparezcas

vete lejos, tú y tu malnacida virulencia

 



@Anna Genovés

Veintidós de marzo de 2021

 


*Como dice el refrán: ‘Las apariencias engañan’.

Y añado: "Parecemos muchas cosas que no somos 

y somos muchas cosas que no parecemos".

@Anna Genovés

Dieciséis de abril de 2021