Tic tac





…”¿Cómo pude ir yo ese día? ¿Esa cita entre cadáveres no era una acusación brutal contra la sociedad? ¿No era la prueba absoluta de un sadismo que se remontaría quién sabe si a la época de las catacumbas? La señora había pretendido engañar a los muertos y, en el peor de los casos, ofenderlos ante los vivos.

Hora en que la ciudad dormita. Hora de siesta en que el principal síntoma de vida son las moscas. Un calor sofocante que no alcanza a atenuar la sombra de los cipreses.

Yo me he detenido ante un suntuoso mausoleo de granito negro. En mis manos un manojo de flores algo marchitas; ya no recuerdo si las adquirí para hacerme perdonar por los muertos o para hacerme amar por ella.

Detrás de la puerta de hierro se adivinaba un altar, un crucifijo y unos cirios de bronce o plata. Alguien había pasado esa mañana llenando de flores el altar bajo el cual había un ataúd negro con grandes manijas plateadas. Estaba cubierto casi todo de flores”…


Extracto de El derecho de matar
RAÚL BARÓN BIZA











Tic tac




la muerte llama a la puerta

con el tic tac por sonido

llega la mujer de negro

con el trece por sino

sus labios exterminan

el tiempo está marchito





la muerte llama a la puerta

en la montaña tersa

la del candil níveo

la que se aqueja de artritis

porque sus huesos son de cera

pasajeros que la esperan





la muerte llama a la puerta

cuando la vela se agote

te acunará la noche

fuentes nacaradas

se consumen en una botella

de alcohol y cuenco de madera





la muerte llama a la puerta

pastillas blancas, rojas y negras

cuerpo helado en ataúd de madera

mente sin pena

corazón parado

alma que vuela





caerá la noche

con gesto firme

sobre el crucifijo

de la tarde quieta

caerá el viento gélido, sobre

la vida eterna















la muerte llama a la puerta

tic tac, reloj

que no cesa

atrasado tantas veces

parado tantos días

que la vida es nueva





el niño marchó

sin haber nacido

el niño murió

siendo un niño

ajado por el tiempo

muerto en el olvido





la muerte llama a la puerta

no es una mujer

es un travestido

los tiempos han cambiado

y la muerte

anterior, ha fallecido





 tic tac, reloj taciturno

tic tac, no da

miedo su ruido

  tic tac, la muerte vuelve a llamar

el cuenco está vacío

y la botella se cae





la mano carece

de pulso

el cuerpo

carece de vida

el corazón está parado

y el alma está vacía.





Anna Genovés
19/01/2014

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© Anna Genovés
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