Niña de
la casa
Un puñal, una espada. Clavadas en la frente,
clavadas. Huye mujer no te aproximes. La muerte guía tus pasos y la angustia tus declives.
Tobogán que sube y baja. Rueda que gira sin
frenos. Mente de hojalata.
Siente que no siente en esta noche callada.
Vive sin percibir los besos y las caricias largas.
El tiempo es oro. Y el oro, es una manzana.
Bocados de fatiga. Dientes negros. Bufandas. Un
día en las nubes y otro en la hondonada.
Adiós a los sueños. Adiós al verano y la mañana.
Adiós otoño impertérrito. Adiós niña de la casa.
©Anna
Genovés
11/11/2016
Imágenes tomadas de la red
Fotógrafo: Vadim Stein