James Ellroy: la mente retorcida de un esteta de las letras
James Ellroy: la mente retorcida de un esteta de las letras
Rasgos generales y
fundamentales de James Ellroy
El escritor James Ellroy, cuyo verdadero nombre es Lee Earle
Ellroy, nació el 4 de marzo de 1948 en Los Ángeles. Está considerado uno de los
mejores autores de novela negra contemporánea.
Un hombre modelado a fuerza de golpes pues tuvo niñez marcada
por tres hechos que lo han señalado de por vida:
1. El divorcio
de sus padres.
2. La violación
y asesinato de su madre; un caso sin resolver.
3. La lectura de
The Badge de Jack Webb –libro que
incluye los archivos del Departamento de Policía de Los Ángeles— que le regaló
su padre.
El estilo del prosista es telegráfico pues omite palabras que
habitualmente son imprescindibles para otros autores; hecho que implica la
formación de frases duras, cortantes y ambiguas.
Por otro lado, es un enamorado de la repetición de palabras
con esa paranomasia rítmica que seduce al lector.
Se le considera la progresión directa de la novela policiaca
que iniciaron Dashiell Hammett y Raymond Chandler y forma parte de la última hornada
de escritores de novela negra norteamericana junto a James B. Sallis, Walter
Mosley, Elmore Leonard, James Crumley y Ed McBain.
Obras
Brown's Requiem, 1981
Clandestine, 1982
Killer on the road Road (El asesino de la carretera), originalmente publicada como Silent Terror, 1986
Every of my
books is written from the viewpoint of cops, with the exception of my book Killer of the road, which is written
from the viewpoint of the serial killer.
Todos mis
libros están escritos desde el punto de vista de los policías, con la excepción
de mi libro Killer of the road, que
está escrito desde el punto de vista del asesino en serie.
Trilogía de Lloyd
Hopkins
Blood on the Moon, 1984
Because the Night, 1984
Suicide Hill, 1985
L.A. Noir
The Black Dahlia, 1987
The Big Nowhere, 1988
L.A. Confidential, 1990
White Jazz, 1992
American Tabloid, 1995
The Cold Six Thousand, 2001
Blood's a Rover, 2009
Perfidia, 2014
This Storm
Novelas cortas
Dick Contino's Blues, nº 46 de la revista Granta, 1994,
no publicada en español.
Hollywood Nocturnes, 1994
Crime Wave, 1999
Destination: Morgue! 2004
Loco por Donna, 2005
Shakedown, 2012, no publicada en español.
Autobiografías
My Dark Places, 1996
The Hilliker Curse: My
Pursuit of Women,
2010
Aunque se le conoce, sobre todo, por la adaptación cinematográfica
de L.A. Confidential, varias de sus
novelas se han llevado a la pantalla grande. No es el caso de Killer on the road, que tan solo tiene
un corto en el que el autor interviene de manera simbólica y que podéis visionar
al final de esta entrada.
Killer on the road: Sinopsis y reseña
La lectura de Killer on
the road no me ha dejado indiferente. Máxime después de estudiar diversos
apuntes sobre sus vivencias y esa aureola, digamos, extraña, que le rodea.
La sinopsis de Killer
on the road Road se puede resumir en pocas palabras: asesino en serie cuyos
homicidios se esparcen por varios condados de USA y cuya evolución avanza de los
robos en domicilios hasta los asesinatos más cruentos; pertrechados desde su
rulot o como el mismo la llama: su ‘muertemóvil’.
Killer on the road está escrita en primera persona. Es
el propio asesino, Martin Plunkett, quien narra los sucesos de manera realista
y abrupta; un hacha que sesga la vida de quien se le antoja sin ápice de
remordimiento ya que asesina por placer. Un esquizofrénico que sigue a
rajatabla las palabras balbucientes de sus compañeros de carretera: Sombra Sigilosa y Lucretia. Héroe y partenaire de sus cómics preferidos.
Así pues, Killer on the
road Road, es la autobiografía de un asesino en serie que narra con pelos y
señales sus atroces homicidios mientras cumple condena en la mítica prisión de
Sing Sing.
Como en toda historia de causa/efecto, el fuste que sustenta
las acciones de Martin Plunkett killer
está oculto en su pasado y tiene el peso suficiente como para que el lector
tenga piedad de ese espíritu torturado por una infancia adversa que incluye el
suicidio materno. Nunca debemos permitirnos ese lujo porque él nunca tendrá
piedad de nosotros.
Llegado este punto, es imprescindible mencionar el
paralelismo evidente entre la vida de Martin Plunkett y la de James Ellroy.
Quizá hablamos de un As en la manga del propio autor… O quizá, en parte, es la
confesión de su propia historia. ¿Quién sabe? Es difícil que un escritor no
hable de sus vivencias deliberada o involuntariamente. Otra coincidencia…
Martin Plunkett también nació en Los Ángeles unos años después que el literato.
Cuando empecé a leer Killer
on the road me parecía imposible que fuera el mismo autor de L.A. Confidential quien la había escrito.
El estilo de la primera es tan impuro como detallista la segunda.
Killer on the road se adentra en la mente de un asesino
psicópata hasta el punto de arrastrarte por los recovecos más oscuros de su enfermiza
voluntad; Martin Plunkett es un homosexual egocéntrico, escondido en su propio
armario, y dotado de una mente perversa y privilegiada que se desnuda ante el
público desde la penumbra de la celda de Sing Sing en la que cumple su condena
íntegra: cuatro cadenas perpetúas consecutivas.
Otro dato interesante de la novela es el encuentro del
protagonista con Charles Manson, al que literalmente humilla delante del resto
de presos. Y es que, al verlo físicamente tan endeble, no termina de creerse
que fuera el gurú de la secta satánica que llevo a cabo el espeluznante
homicidio de Sharon Tate. Con anterioridad, a Martin Plunkett le atrajo este criminal
al coincidir con una prostituta, sectaria del mismo, que inconscientemente le
llevó al edificio rosa: carne de cultivo para sus primeros delitos; un bloque
de apartamentos donde ejercían el oficio más antiguo del mundo un surtido zoológico
de profesionales del sexo.
A lo largo del libro, la empatía del lector/protagonista repele
por el mero hecho de estar relatada sin escrúpulos. De igual modo, a medida que
releía sus páginas comprendí que eso es lo que pretendía el James Ellroy. Killer on the road es una obra relatada
al estilo de aquellas autobiografías toscas que los reos componían durante su
encarcelamiento y entregaban a los sacerdotes que los visitaban o a los compañeros
que salían excarcelados. Estos, en la mayoría de los casos, eran los beneficiarios
de dichos breviarios al encuadernarlos y venderlos a personas morbosas ávidas
de conocer, de primera mano, los brutales homicidios cometidos por los
condenados: mayormente analfabetos.
Hablamos, por tanto, de lo que actualmente conocemos como género carcelario. Práctica que comenzó
en el XVIII o mucho antes… Ejemplo notorio del mismo, rebajado por algunos prosistas
de renombre, a lo largo de los siglos, a la categoría de seudoliteratura por la
reiteración de frases y la zafiedad de la escritura, fue empleado por el
escritor Daniel Dafoe en varias de sus novelas; entre ellas Robinson Crusoe. Este autor aprovechó
las historias que le habían contado sus compañeros, una vez indultado de sus delitos
por malversación de fondos y etcétera…, para crear personajes ficticios.
Pese a que la acción de la novela se centra en las películas
mentales que Martin Plunkett nos revela, por el camino nos habla de algunos compañeros
parejos: el Asesino del Tarot, el Descuartizador de Richmond, el Pistolero de
Pittsburg, el Estrangulador de Hillside, el Homicida del Hudson y el Matarife
de Madison. Todos tienen un hueco en esta aventura sangrienta aunque sea de
pasada. Excepto el Matarife de Madison; sargento Ross de la policía de
Wisconsin con quien Martin Plunkett mantiene un fugaz idilio.
El catecismo de este atroz criminal se reduce a la frase: “Stay clean” –mantente limpio.
El catecismo de este atroz criminal se reduce a la frase: “Stay clean” –mantente limpio.
James Ellroy es un escritor con una gran formación y una inteligencia
extrema cuya posición le deja rienda suelta para cualquier licencia que se tome.
Humildemente pienso que juega con nosotros. ¡Qué suerte!
Quizá, Killer on the
road, no sea su obra culmen, pero algo especial significará para el autor
cuando en el corto que podéis ver a continuación, está presente.
Libro recomendado, sobre todo, para los lectores
acostumbrados a las buenas formas.
©Anna Genovés (31 de octubre de 2021)
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