Entrevista en Radio Voces Unidas

Esta es la primera entrevista radiofónica que me han hecho. Estoy realmente agradecida a Divin@s Lectoras FB y a sus administradoras. Igualmente a todo el equipo de Radio Voces Unidas, y, por supuesto, a  la conductora del programa La hora romántica: Cecilia Pérez.



Estaba muy nerviosa; atacada como una quinceañera cuando ve a su príncipe. Por casi no digo nada sustancial. Natural como la vida misma: Genovés es así.


Ciertamente se me han olvidado muchas cosas… Por ejemplo, cuando digo que escribo desde la infancia es cierto. Pero debería añadir que lo hago de forma algo más profesional desde hace tan solo tres años.

El mes pasado, sin ir más lejos, me sucedió algo muy hermoso que corrobora lo primero. Veréis, se puso en contacto conmigo una amiga de la infancia, una vecina. Nacimos con unos meses de diferencia en la misma calle. Entre otras cosas, me dijo lo siguiente:

–Hola Anna, soy Mª Amparo. ¿Te acuerdas de mí?

–¿Cómo no, Mª Amparo? Eras una de mis mejores amigas.

–Verás, he encontrado tus libros en Amazon. ¡Menuda sorpresa!

–Muchas gracias. Ahora, están de 'promo'. Puedes descargártelos completamente gratis. Si te apetece, claro.

–Ya he leído uno. No es el estilo que acostumbro a leer: para mí es muy atrevido. Pero me ha gustado. Desde luego, sigues con la misma imaginación que cuando éramos niñas. Recuerdo que de muy chiquitas, siempre ibas con una libretita y un lápiz apuntando las historias que te inventabas. Años después, el lapicero se convirtió en un bolígrafo Bic de punta fina, y seguiste haciendo lo mismo. Llevabas tu libreta allá donde ibas...

Fue tan entrañable como emotivo.

Gracias a todos.

©Anna Genovés








Amy Winehouse - Love is a Losing Game (Subtitulos al español)

 







"Ahora, en cuanto a usted, señora Mina, esta noche es el fin, hasta que todo vaya bien. Nos es usted demasiado preciosa para correr riesgos semejantes. Cuando nos separemos esta noche, usted no deberá ya volver a hacernos preguntas. Se lo explicaremos todo a su debido tiempo. Nosotros somos hombres, y estamos en condiciones de soportarlo, pero usted debe ser nuestra estrella y esperanza, y actuaremos con mayor libertad si no se encuentra usted en peligro, como nosotros."

Todos los hombres, incluso Jonathan, parecieron sentir alivio, pero no me parecía bueno que tuvieran que enfrentarse al peligro y quizá reducir su seguridad, siendo la fuerza la mejor seguridad..., sólo por tener que cuidarme; pero estaban decididos, y aunque era una píldora difícil de tragar para mí, no podía decir nada. Me limité a aceptar aquel cuidado quijotesco de mi persona. El señor Morris resumió la discusión: —Como no hay tiempo que perder, propongo que le echemos una ojeada a esa casa ahora mismo. El tiempo es importante y una acción rápida nuestra puede salvar a otra víctima.

Sentí que el corazón me fallaba, cuando vi que se acercaba el momento de entrar en acción, pero no dije nada, pues tenía miedo, ya que si parecía ser un estorbo o una carga para sus trabajos, podrían dejarme incluso fuera de sus consejos. Ahora se han ido a Carfax, lo cual quiere decir que van a entrar en la casa. De manera muy varonil, me han dicho que me acueste y que duerma, como si una mujer pudiera dormir cuando las personas a quienes ama se encuentran en peligro. Tengo que acostarme y fingir que duermo, para que Jonathan no sienta más ansiedad por mí cuando regrese.

Extracto de Drácula


Bram Stoker   




Falta de amor

Falta de amor
rosa con espinas
pétalos de hielo
besos almibarados
caricias en el espejo.


Árboles sin ramas
raíces sin techo
cuerpos sudorosos
letargo de invierno.


Mente de cristal
recompuesta con Loctite
hachazos en el alma
mujer que se derrite.


Caminos sinuosos
con pendientes diáfanas
montañas abruptas
mañanas claras.
Pide amor
pide amar
pide perdón
nada le dan.


Interior de fuego
exterior de niña pequeña,
el cigarrillo se acaba
y la mesa se pliega.


La orilla se llena de espuma
las olas portan calaveras
muñeca de trapo
juguetes sin tregua.


Caprichos de la vida
que se van sin un te quiero
princesa sin príncipe
vientre materno
capullo que no se abre
sol sin fuego.


© 2015 Anna Genovés
Asiento de la Propiedad Intelectual
09/2015/430
ISBN-10 1522923373
ISBN-13 9781522923374


P.D. 2º Poema del poemario Pasillos nocturnos de lectura gratuita en Amazon.



Björk - Come to me (Subtitulada al Español)



Falta de amor

by on 14:41:00
"Ahora, en cuanto a usted, señora Mina, esta noche es el fin, hasta que todo vaya bien. Nos es usted demasiado preciosa ...




Sorteos digitales 

Los cuatro Sorteos digitales están cerrados y con ganadoras. Dentro de poco, más... Gracias por participar.

1-         Si quieres participar en el SORTEO la novela de ficción histórica El Legado de la Rosa Negra entra en el grupo Divin@s Lectoras; busca la imagen y comparte. Válido hasta San Valentín. 

SORTEO CERRADO. Gracias por participar. Felicidades a la ganadora: Mª Dolores Villar Jordá.





2-       Si te apetece colaborar en el sorteo digital de la novela de ficción histórica El Legado de la Rosa Negra entra en el grupo Zorras literarias de FB y busca la imagen. Válido hasta San Valentín. 

SORTEO CERRADO. Gracias por participar. Felicidades a la ganadora: Sonia Felipe.







3-  Si quieres participar en el SORTEO del poemario Pasillos nocturnos, entra en FB y dale a este 'link' de Divin@s Lectoras; busca la imagen y comparte. Pasillos nocturnos está lleno de poemas con muchos sentimientos: dolor, erotismo, romanticismo, solidaridad... La poesía sale desde la parte más íntima de mi hechura.  

SORTEO CERRADO. Gracias por participar. Felicidades a la ganadora: Laura Jurado Pérez.


4-           Si quieres participar en el sorteo digital de los thriller neo-noir Tinta amarga y Las cicatrices mudas, entra en el grupo Divin@s lectoras de FB y busca la imagen.

SORTEO CERRADO. Gracias por participar. Felicidades a la ganadora: Cristina del Río.





¡Suerte a todos los participantes!

©Anna Genovés



Alabama Shakes - Don't Wanna Fight

Sorteos digitales

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Sorteos digitales  Los cuatro  Sorteos digitales están cerrados y con ganadoras. Dentro de poco, más... Gracias por partic...




Transexuales: una realidad

La sexualidad es un tema que actualmente ha dejado de ser tabú. En psiquiatría se define como orientación sexual a la inclinación o preferencia de un sexo hacia otro, otros o ninguno. La clasificación general, que solo recoge parte de esas particularidades, es la siguiente: homosexual, heterosexual, bisexual, asexual y pansexual.

Del mismo modo, se cataloga la identidad sexual como la concordia que tiene el individuo con un determinado sexo, independientemente del sexo biológico con el que haya nacido. Mayormente, las personas se identifican con su sexo biológico hombre o mujer. Sin embargo, otras, lo hacen con el opuesto. Cuando esto sucede, los afectados, en muchos casos deciden cambiar de sexo mediante operaciones quirúrgicas y tratamientos hormonales. Pasen o no por cirugía se les conoce como transexuales o ‘trans’. A su vez, un ‘trans’ puede tener inclinaciones homosexuales, heterosexuales, pansexuales, bisexuales o a sexuales.

Pese a estas tipologías científicas, los grupos minoritarios suelen sufrir discriminaciones. Debe ser una experiencia traumática... Imaginároslo por un momento, nacer con un sexo que está en total desacuerdo con tus verdaderos sentimientos. Si intento ponerme en la piel de algún transexual, os juro que me hago cruces. ¡Qué valientes! Los admiro. No es un tema trivial aunque se haya ridiculizado o se hable del mismo con frivolidad. No. Es algo muy serio que, en nuestros días, está ocupando el lugar que le corresponde.

Conozco ‘trans’ de ambos sexos y veo lo que sufren. Muchas personas con preceptos estrictos los rechazan. ¿Qué culpa tienen ellos de haber nacido con un cuerpo que no se corresponde con su identidad? Es lógico, pues, intentar cambiar tu envoltura al precio que sea. A los géneros conocidos científicamente: femenino, masculino, hermafrodita... habría que sumarle el sexo transexual. Desde mi punto de vista, leyes y reglamentos debían adaptarse a la realidad. Nada mejor que conocer diferentes historias para acercarnos a ellos.



Un ejemplo de integración absoluta lo protagoniza la atleta Antía Fernández, transexual y jugadora de voleibol del equipo olímpico español. Con anterioridad lo hicieron Óscar Sierra, en fútbol americano, y en los años 40 María Torremadé, corredora que dejó el deporte por el cambio de sexo. Antía Fernández ha tenido más suerte. Como ella misma dice: «Me faltaba ese jugar en equipo que ahora tengo. Que te traten en femenino». Y añade: «Aunque hagas una transición tardía, siempre sabes quién eres. Y yo nunca me sentí un chico». Ciertamente, no ha dejado de luchar hasta conseguirlo. Reconoce que pese a tener el DNI femenino, la excluyeron en tres deportes porque el reglamento era intransigente con la transexualidad. La entrevista que la periodista Gladys Vázquez le hizo para el diario La voz de Galicia, no tiene precio: «Solo quiero sentirme una más». Antía es toda una pionera. Aplaudámosla.

Otro caso muy distinto, pero igualmente solidario con la comunidad ‘trans’, lo encontramos en la provincia de Misiones (Argentina). El número de transexuales, operados o no, es elevado. Para perseverar la salud de este colectivo se ha aprobado un programa dentro de la Ley de Identidad de Género –avalado por las ONG locales, el Ministerio de Derechos Humanos y la Cruz Roja—, en el que los ‘trans’ podrán adquirir prótesis, medicamentos y tecnología médica punta gratuitamente; de lo contrario están arriesgándose a contraer cualquier enfermedad o incluso perder la vida con tratamientos de riesgo. Un modelo de igualdad que debían plantearse muchos gobiernos.


No obstante, en las cárceles españolas existen muchos casos de personas transexuales que, por desinformación propia o del funcionariado, son excluidos de sus derechos. María José Lastra, fue pionera en muchos aspectos. Consiguió que la trasladaran al módulo de mujeres sin estar operada. Poco después, regresó al pabellón masculino por sufrir la transfobia de algunas funcionarias. María José narra cómo a las mujeres ‘trans’ se les priva de toda necesidad femenina: se les quita el maquillaje, las medias, las faldas, tratamientos hormonales... En la mayor parte de nuestro país no existe una regulación carcelaria específica para este colectivo. Si bien, gracias a la valentía de esta mujer, se están logrando muchos triunfos.


Euskadi: un ejemplo a seguir. Es la primera comunidad autonómica española en la que se permite que una persona sea tratada en función del género que elija durante el proceso de asignación sexual. Y este, puede rectificarse en el Registro Civil vasco correspondiente. No importa que sea una persona nacida en España o inmigrante. O que en el país de origen todavía no esté reflejado su cambio de identidad, así lo cuenta la ‘trans’ hondureña Alexandra Licona.


En las sociedades actuales, donde la tecnología es un arma poderosa, los actores aportan su granito de arena o su propia experiencia. Laverne Cox es una actriz ‘trans’ que se ha hecho famosa interpretando a Sophia Burset en la serie Orange is the new black; papel por el que fue nominada a los Emmys de 2013. Laverne es defensora de los derechos de la comunidad LGBT. El 9 de junio de 2014 se convirtió en la primera mujer transexual que apareció en la portada de la revista Time.

La filmografía sobre temática ‘trans’, es numerosa. Un indicador de que avanzamos por el camino correcto. Sin ir más lejos La chica danesa tiene varias nominaciones a los Óscar de 2016. Pero ya en los 70, encontramos Un año con trece lunas. Otros films a tener en cuenta son:

 

Hedwigand the Angry Inch


Laurence Anyways


FuneralParade of Roses


Tomboy



Mi vidaen rosa


The Ballad of Genesis and Lady Jaye


Transamerica


Hace años, escuché a mi madre contar historias sobre la juventud de mi abuelo. Parece ser que, por aquel entonces, era común meter a los homosexuales en bidones para después pegarle patadas y hacerlos rodar por las calles. ¿Qué animaladas harían con los transexuales? El vello corporal se me eriza solo con pensarlo. Por suerte, ha pasado más de un siglo desde aquellas barbaries. A fecha de hoy, la comunidad ‘trans’ es un rol casi tan asentado como el homosexual o la heterosexual, debemos seguir trabajando para su total integración.

Como dice el proverbio español: «Vive y deja vivir». Y agrego: «Si puedes solidarizarte con los grupos minoritarios –el que sea. Huelga decir que no hablo de política, religiones... y etcétera, mejor». Siempre juegan en desventaja.

©Anna Genovés

22/01/2016

Conchita Wurst | Rise Like a Phoenix (Subtitulado al español). El cantante Thomas Neuwirth se trasformó en Conchita Wurst en un gesto de tolerancia y aceptación con la comunidad ‘trans’ y ganó Eurovisión en 2014.










¡Oh, los bellos atardeceres! Ante los brillantes cafés de los bulevares, en las terrazas de las horchaterías de moda, ¿qué de mujeres con trajes multicolores, qué de elegantes "callejeras" dándose tono!
Y he aquí las pequeñas vendedoras de flores, que circulan con sus frágiles canastillas.
Las bellas desocupadas aceptan esas flores perecederas, sobrecogidas, misteriosas...
-¿Misteriosas?
-¡Sí, sí las hay!
Existe, -sépanlo, sonrientes lectoras-, existe en el mismo París cierta agencia que se entiende con varios conductores de los entierros de lujo, incluso con enterradores, para despojar a los difuntos de la mañana, no dejando que se marchiten inútilmente en las sepulturas todos esos espléndidos ramos de flores, esas coronas, esas rosas que, por centenares, el amor filial o conyugal coloca diariamente en los catafalcos.
Estas flores casi siempre quedan olvidadas después de las fúnebres ceremonias. No se piensa más en ello; se tiene prisa por volver. ¡Se concibe!
Es entonces cuando nuestros amables enterradores se muestran más alegres. ¡No olvidan las flores estos señores! No están en las nubes; son gente práctica. Las quitan a brazadas, en silencio. Arrojarlas apresuradamente por encima del muro, sobre un carretón propicio, es para ellos cosa de un instante.
Dos o tres de los más avispados y espabilados transportan la preciosa carga a unos floristas amigos, quienes gracias a sus manos de hada, distribuyen de mil maneras, en ramitos de corpiño, de mano, en rosas aisladas inclusive, estos melancólicos despojos.
Llegan luego las pequeñas floristas nocturnas, cada una con su cestita. Pronto circulan incesantemente, a las primeras luces de los reverberos, por los bulevares, por las terrazas brillantes, por los mil y un sitios de placer.
Y jóvenes aburridos y deseosos de hacerse agradables a las elegantes, hacia las cuales sienten alguna inclinación, compran estas flores a elevados precios y las ofrecen a sus damas.
Estas, todas con rostros empolvados, las aceptan con una sonrisa indiferente y las conservan en la mano, o bien las colocan en sus corpiños.
Y los reflejos del gas empalidecen los rostros.
De suerte que estas criaturas-espectros, adornadas así con flores de la Muerte, llevan, sin saberlo, el emblema del amor que ellas dieron y el amor que reciben. 

Cuento Flores de las tinieblas de Villiers de L'Isle Adam


Vacía

Estoy vacía
sin vómitos en el cuerpo
con pesadez en la espalda
y el corazón lento.


Me quema la mañana
la tarde de invierno
la bicicleta que pasea
el niño muerto.


Me quema la tarde baldía
el saco de dormir en el cesto
la ropa tendida
el anciano muerto.


Me quema la noche infinita
los labios prietos
las nalgas contraídas
el amor muerto.


Me quema la llegada de la hoz
las espigas de trigo espeso
los árboles sin ramas
el centeno.


Su guardia y su guarida.
los cadáveres interfectos
los sonajeros sin ruido
el viento.


El desierto sobre el rostro
los ojos de lobo quieto,
tu pecho.


Los días efímeros
el autobús sin pasajeros
las ventanas abiertas
el tedio.


©Anna Genovés
Asiento Propiedad Intelectual
09/2015/430



P.D. Primera poesía del poemario Pasillos nocturnos que Amazon ofrece gratuitamente.


Richard Hawley - Nothing Like A Friend


Vacía

by on 20:02:00
¡Oh, los bellos atardeceres! Ante los brillantes cafés de los bulevares, en las terrazas de las horchaterías de moda, ¿qué ...




De médicos y enfermeras

Recuerdo que siendo niña tuve mi primer contacto con el Hospital General de Valencia. Mi mejor amiga contrajo viruela negra y estuvo a punto de marcharse al otro barrio; por suerte, sigue vivita y coleando. Cuando entré en la sala donde estaba hospitalizada me pareció la estampa más terrorífica que había visto; unas señoras con cara de Rottenmeier, cofias y batas almidonadas, blanco muerte, te miraban de reojo para que no estuvieras más tiempo del oportuno, no hablaras fuerte, no les dieras nada de comer... Vamos, que los visitantes apenas respirábamos.

La habitación era enorme, tenía poca luz y muchísimas camas con rostros demacrados. Mi amiga estaba separada del resto de pacientes por unos parabanes níveos. Hace unas semanas, descubrí la serie The knick –basada en las vivencias de un hospital neoyorkino de principios del XX. Magnífica—, y, en muchas escenas, evoco aquella traumática experiencia. Actualmente, poco o nada queda de aquel lúgubre sanatorio. El interior está completamente remodelado y ha desaparecido la rigidez del personal sanitario de antaño. Pero, ¿es solo apariencia? Después de diversas negligencias médicas que he escuchado, tengo mis dudas.

Omitiré que, en ocasiones, los celadores pasan del enfermo a no ser que esté muriéndose; o que existan demasiado conocidos con dolor neuropático postoperatorio; o que se le diagnostique a uno tal enfermedad que no tiene; o qué sé yo…, quizás que te corten la extremidad que no corresponde. Puede tratarse de leyendas urbanas de mal gusto y con muchas incertidumbres de por medio. Pero, voy a comentaros dos pericias que viví como acompañante.

La primera anécdota sucedió en el General. Fui con una amiga a Urgencias porque se le había reventado un quiste sebáceo y el Centro de Salud estaba cerrado. Tras el primer control médico, la trasfirieron a básica. Esperamos tres largas horas hasta que la atendieron; y el doctor le dijo, en reiteradas ocasiones, que eso no era urgente: se trataba de un forúnculo piloso. En esos momentos no supuraba y el matasanos ni tan siquiera le palpó el bulto antes de mandarla a la rúe entre risitas, como diciendo: «Será gilipollas, la pava». Una vez en casa, se dio una ducha y el pus surgió nuevamente. Desde luego, no volvimos al sanatorio. Estrujamos el susodicho hasta la médula. Ahora, tiene una herida de aquí te espero. Ya veremos cómo queda.



El segundo descuido tuvo lugar en La Fe. Otra conocida fue a Urgencias con un dolor agudo en la garganta; le detectaron un nódulo y la operaron días más tarde. La hilera de camillas adosadas a las paredes era una procesión interminable; en un lado estaban los que esperaban ser intervenidos, en la otra los postquirúrgicos. La citaron a las nueve de la mañana en ayunas, pero no entró a quirófano hasta las dos. Le pintaron un redondel negro en la parte izquierda del cuello para que el cirujano no se equivocara de lado. Un hombre se acercó para decirle que era el anestesista. Inmediato, le metió un chute que repitió en los brazos de todos los encamados como si fueran un rebaño a punto de entrar en el matadero. Las señoras de la limpieza entraban y salían frenéticas de los quirófanos como si hubiesen pegado un mochazo por el WC. Ya no tiene nódulo, pero ha cogido una infección postoperatoria de caballo; hasta las cejas de antibióticos y con seis quilos de menos.

Tenemos infraestructuras clásicas y, otras, de los más cool. Pero, ¿está cualificado el personal sanitario, administrativo, limpieza y etcétera... de los hospitales? ¿Hay suficiente? ¿Por qué esa falta de respeto? Somos personas y a nadie le gusta estar enfermo. Como dice el refrán: «Al hombre pobre, la cama le come».

Imagino que estas cosillas... por extensión, suceden en muchos hospitales públicos de otras ciudades. A ver si resulta que cuando estaban las Rottenmeier de bata blanca todo iba mejor. ¡Ojalá me equivoque! No queremos retroceder sino avanzar.

©Anna Genovés
Modificación 10/01/2016



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