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El retrato de Paulin

Basado en hechos reales

 

 

Mimbre sibarita

vendida por un puñado de dólares

no llores, la vida es la vida

 



A finales de los 80 las vidas de Zoé y Paulin se cruzaron para siempre. Nada tenían que ver la una con la otra. La primera, treintañera, trabajaba de dependienta en una perfumería. Tenía una imaginación desbordante y miles de escritos en los cajones. La segunda, había consumido medio siglo de vida. Era toda una señorona pija venida a menos; casada con un militar y madre tardía. Coincidencias de la vida: ambas veraneaban en un pueblecito turístico del Mediterráneo. Eran bastante reservadas y se habían hecho amigas.

 


***

 


Zoé y Paulin paseaban bajo un cielo índigo con destellos corales. La Luna estaba plena y habían caminado más que otras noches. Pero esa velada estaba llamada a ser especial. En la última cuesta de la caminata, Paulin le contó a su amiga, que había leído sus relatos.

 


—Zoé ¡escribes de maravilla! —exclamó Paulin—. Deberías emplearte a fondo: lo vales, niña.

—Paulin ¿te estás quedando conmigo?

—Pues… ¡va a ser que no! Y para que me creas, voy a contarte una historia.

—¿De verdad?

—Bueno… más que una historia, es mi autobiografía. Puedes hacer con ella lo que te plazca.

—Paulin no sé qué decirte —Zoé se mordió el labio inferior, insegura.

—¿Quieres o no…? Te prevengo que es bastante dura.

—¡Ufff!!!

—Venga Dña. Insegura. ¿Sí o no? —apremió Paulin.

—Está bien. Cuéntamela. Ahora, no tengo ni idea qué haré con ella. Tal vez, deberías enviársela a un editor o a un agente literario…

—Te la quiero contar a ti. No estás obligada a divulgarla. Si lo haces, puedes mezclar la realidad con la ficción, a tu gusto…

—¡Adelante! Soy toda oídos —terminó por decir la escribidora amateur con los ojos iluminados por una ráfaga de luz genuina.

—Sabes que soy canaria, ¿verdad? —dijo Paulin.

—Claro.

—Allí conocí a mi Salvador. Ahora está para pocas roscas. Pero entonces era un coronel del Ejército de Tierra muy guapetón. Tenía cuarenta y ocho años. Yo era una chavalilla de ná… y él, ¡tan apuesto! Tostado por el sol, y con esos ojazos verde mar y esa mata de cabello negra —recordó Paulin, mirando el cielo.

—Es un hombre atractivo —aseveró Zoé.

—Tú siempre dulcificando la realidad. Dirás, un anciano de buen ver.

—Bueno, yo no quería… —Zoé se puso roja.

—Gracias, pero… Al pan, pan. Y al vino, vino.

—Dejémoslo en un hombre con encanto.

—Eso también lo tenía: iba siempre de punta en blanco. A mí, que vivía en los suburbios de Las Palmas de Gran Canaria, me pareció el príncipe de todos los cuentos de hadas que había leído.

—Tú, ¿en los suburbios? No me lo puedo creer.

—Pues eso no es nada.

Zoé levantó una ceja y dijo:

—En fin, que fue amor a primera vista.

—Más o menos… —contestó Paulin moviendo la cabeza.

—¿Cómo os hicisteis novios? Disculpa, no quiero entrometerme.

 —Nada de disculparte. Necesito explayarme. Y esa Luna, que nos sigue a todas partes, me está animando a hablar.

Por unos instantes, el rostro de Paulin se llenó de lágrimas. Pero tras un respiro, continuó su relato.

—Era menor de edad y pobre. Tanto que, para estudiar bachillerato, me ganaba la vida haciendo favores a ciertos señores adinerados. Les gustaba a todos —Paulin miró a Zoé de reojo; a la chica se le había quedado cara de tonta. Pero salió del apuro.

—Paulin… 

—Confío en ti chiquilla —Zoé la abrazó.

—Gracias.

 —Verás, en Canarias hace treinta y tantos años, no se vivía igual que en la península. Todo era como un sucedáneo de la verdadera España. Con el boom del turismo, la mayoría de muchachitas que deseaban prosperar se dedicaban a vender su cuerpo para ahorrar unas perras y salir hacia la península.

 —No tenía ni idea —indicó Zoé.

 —La vida es injusta. El caso es que nos aliamos cinco jovencitas (entre ellas, yo) hambrientas y con ganas de salir del fango, decididas a trabajar en un… —Paulin se quedó pensativa—. En un burdel.

—Sí. La vida es injusta. Tienes razón. Cada cual hace lo que puede para sobrevivir.

—¡Ya te digo! Que decís ahora.

—Tómate un respiro.

—Necesito hablar…

 


La mirada de Paulin se perdió entre los abetos que las flanqueaban. Y allí se quedó mientras seguía confesándose.

 


—Mis amigas y yo —prosiguió Paulin con un respingo para no lloriquear— comprendimos que el negocio no estaba en brindarse a cualquiera que pasara. Teníamos que ser amable con los mandos: ellos si podían salvarnos. Trazamos un plan para movernos con asiduidad por los locales más refinados del sector. Al poco tiempo, la suerte hizo que un capitán se fijase en nosotras. Él nos presentó a otros oficiales, y uno de ellos, nos invitó a su apartamento en el barrio más chic de la capital canaria.

—Un pisito para los guateques.

—Exacto. Una casa de citas con mucho glamour.

—Mejor allí que a la intemperie.

—En poco tiempo, nos convertimos en las chicas de alterne de los próceres militares. Retiradas de las calles, vestimos con elegancia y contentamos a los caballeros que acudían a las fiestas privadas.

—Debió ser muy duro para vosotras —insinuó Zoé.

—Duro y lucrativo. Cincuenta por ciento para cada parte. Nadie nos obligó y nadie nos trató mal. Eso hay que tenerlo en cuenta.

—Me parece una postura muy inteligente.

—Sabía que me entenderías por eso quise que fueras mi cicerone —Paulin cogió del brazo a Zoé y prosiguieron su caminata.

—Ciertamente, me estás dando material para una novela —dijo Zoé.

—Apunta en tu memoria lo que escuches… ¿Quién sabe?

 


Paulin le contó a Zoé que, a partir de ese día, las cinco amigas llevaron una doble vida: por la mañana iban al instituto, y por la tarde a comprarse alguna que otra prenda asequible y refinada con la que vestirse por la noche. Las confesiones de Paulin fueron tan íntimas que Zoé se devanaba los sesos cavilando en los millones de niñas, que, por uno u otro motivo, ejercían el oficio más antiguo de la historia. Tanta información, le produjo una cierta ansiedad. Repasaba y escribía, una y otra vez, todo cuanto había oído. Amén, de dejar volar su imaginación con otras tantas apuestas. Días antes de finalizar las vacaciones, Paulin fue a enseñarle unas fotografías a media tarde.


 

—Hola Paulin. ¡Vaya sorpresa me has dado!

—Hola querida —Paulin le dio un beso en la mejilla—. Como te he contado tantas cosas quiero enseñarte unas fotografías.

—¡Qué bien! —contestó Zoé animada. Paulin sacó un álbum de piel marrón y lo dejó sobre la mesa. Lo abrió.

—A ver. A ver… —dijo Zoé.

—Mira, esta es la primera foto que nos hicimos Salvador y yo juntos. Estábamos en el paseo de la Playa de las Canteras —Paulin, esbozó una sonrisa—. Pero antes, te contaré qué sucedió la primera vez que nos vimos. ¿Qué te parece?

—¡Total!

—Fue en una party. Salvador estaba observándome. Y, ¡cómo me miraba! Fíjate que hasta me ruboricé —señaló Paulin. Zoé abrió los ojos como platos—. Minutos más tarde, el anfitrión hizo que me reuniera con él. Don Salvador (así me indicaron que le llamara) me invitó a una copa y después pasamos a una habitación especial. Hablamos de nuestras vidas. La mía sólo tenía escritas unas cuantas páginas. Pero el flamante coronel, llevaba varios libros. Lo habían destinado a las Palmas de Gran Canaria desde Indochina, donde se había adiestrado con tropas francesas y americanas. 

—¿Qué me dices?

—Lo que oyes Zoé. Te has quedado muerta, ¿eh?

—No es para menos.

—¡Qué poco sabes de la vida! A mí no me extrañó porque estaba acostumbrada a que los altos mandos me contaran sus hazañas.

—Lógico.

—La primera cita acabó tal cual. D. Salvador pagó por mi compañía y añadió un extra más que razonable. Desde esa tarde, acudió a todas las reuniones. Estuvimos muchos meses conociéndonos. Mi esposo, por aquel entonces, necesitaba a una confidente más que a una señorita de alterne.

—Has tenido una vida muy intensa, querida amiga.

—No puedo quejarme. En esta fotografía estábamos con unos amigos…

 


Las confidentes pasaron la tarde observando imágenes de un pasado fascinante y desconocido para Zoé. Paulin resplandecía cuando las mostraba. Era una mujer madura muy atractiva; pero de joven había sido un ángel. Alta y esbelta, de caderas redondeadas y pechos bondadosos. Ojos grises, melena dorada y labios carnosos. Un bombón. Su esposo, un apuesto caballero de porte gallardo e impecable apariencia. A Zoé, el hecho que D. Salvador hubiera llegado a Indochina en 1946 como un flamante comandante amigo íntimo de Serrano Suñer, del General Valera y del General Franco, al mando de parte del ejército Nacional: le pareció un filón novelesco de 24 quilates, aunque era contraria al universo fascista en el que estaba sumergida la historia. Por la noche, siguieron hablando bajo un firmamento cristalino con pinceladas albas. 



—Conoces casi toda mi vida —dijo Paulin—. Pero, tengo que contarte cómo un militar brillante pasó a casarse con una mujer de la calle.

—No digas eso Paulin.

—No me avergüenzo. He tenido demasiados años para hacerlo. Y eso es lo que era.

—Tú mandas.

—Pasado un tiempo, Salvador y yo intimidamos.

—Es obvio.

—La cosa comenzó como quien no quiere nada. Sin embargo, un día, Salvador, consintió que le tuteara en el pisito. Y poco después, me sacó a pasear. Me convertí en su amante. Con ello gané mayor solvencia económica, y, lo que es más importante, dejé de estar con otros hombres. Diez años más tarde, se convirtió en General de Brigada de la región militar de Baleares. Yo me había refinado mucho. Chapurreaba inglés, francés y alemán. Finalmente, entré en la Universidad de adultos y me licencié en filología inglesa.

—Vaya… nunca dejarás de sorprenderme.

—Puede ser. Salvador quiso que me fuera con él. En un principio, le di calabazas. Él era muy tenaz e iba a verme siempre que podía. Me regalaba joyas; me invitaba a los mejores restaurantes. Al final, me trasladé a las Baleares.

—Pero… —intervino Zoé.

—Llegado ese punto, quise más. Fue una temporada maravillosa, nos codeábamos con la jet de medio mundo. Mallorca es la residencia de verano de muchos aristócratas

—Y de la realeza —dijo Zoé.

—Por supuesto. Con ellos también coincidimos en varias recepciones. El caso es que Salvador siguió ascendiendo y cuando lo trasladaron a Valencia como General de División de la tercera región militar, me pidió matrimonio. Yo ya tenía mis añitos…

—Pero tu docilidad había dado sus frutos.

—¡Y tanto! Me compró un piso de más de doscientos metros en la Plaza de Cánovas del Castillo. Tenía tres empleadas del hogar. Y cuando nacieron los niños, no les faltaron tatas.

—¿Un cuento de hadas?

—Aparentemente…

—¿Cómo?

—Salvador perdió el interés. Se pasaba el día en Capitanía General. Regresaba a casa, con el buche lleno y el cuerpo impregnado de Coco Chanel…

—Paulin…

—Hija mía, siempre pasa lo mismo. Los hombres son polígamos. Recuérdalo toda la vida y no fantasees con príncipes azules: no existen

—¿Seguro?

—¿Quién mejor que yo podría saberlo? Disfruta todo lo que puedas.

—¿Puedo hacerte una pregunta?

—Lo que quieras.

—¿Y qué pasó con tanta bonanza?

—No tiene que ver con lo que te he contado; quizá sea demasiado íntimo. Bueno, ¡qué más da! Lo comprenderás enseguida. Cuando falleció el Generalísimo, Salvador se opuso a la política que emprendió el Rey Juan Carlos. De inmediato, lo degradaron a comandante de la Reserva –una escala muy inferior—. Chiquilla, todo se vino abajo. La rumorología apuntó a mis orígenes y los amigos nos dieron de lado. Tuvimos que vender el piso, despedir al servicio… Y aquí estoy.

—Con trabajadores de clase media.

—Aún tengo demasiado. Nací en la calle y los orígenes nunca hay que olvidarlos.

—Tienes razón.

—Puertas que se abren y se cierran. Pero, ¿sabes qué?

—Tú dirás.

—¡Que me quiten lo bailao! —sentenció Paulin con alegría.

Esa fue la última noche que Zoé y Paulin se vieron. Finalizaron las vacaciones. Y días más tarde, el chalé de Paulin se vendió.

 


***

 


En 2015 Zoé se había convertido en una escritora afamada. Una mujer elegante e independiente. Su novela, El retrato de Paulin, había ganado un concurso literario de prestigio. La flamante escritora estaba en pleno periplo publicitario. Llenaba librerías, grandes almacenes, Ferias del Libro. Estaba firmando volúmenes con una cola interminable de fans cuando se acercó una lectora en silla de ruedas. Ella se dispuso a dedicarle el ejemplar. Cariñosa.

 


—¿Cómo se llama, por favor? —preguntó con una sonrisa.

—Paulin. Me llamo Paulin —contestó la anciana.

 


Sus miradas se abrazaron en el aire denso que las rodeaba; nunca volvieron a separase.

 


© Anna Genovés

Revisado el 28 de noviembre de 2022

Imagen tomada de la red

Dedicado a una amiga muy querida


 *Relato incluido en el libro de relatos La caja pública. Asiento propiedad intelectual 09/2015/427. Disponible en formato papel en Amazon. ISBN-10‏: ‎ 1502468433 ISBN-13‏: ‎ 978-1502468437

 

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El retrato de Paulin

by on 18:18:00
El retrato de Paulin Basado en hechos reales     Mimbre sibarita vendida por un puñado de dólares no llores, la vida es la vida   A finales ...




Entrevista en Radio Voces Unidas

Esta es la primera entrevista radiofónica que me han hecho. Estoy realmente agradecida a Divin@s Lectoras FB y a sus administradoras. Igualmente a todo el equipo de Radio Voces Unidas, y, por supuesto, a  la conductora del programa La hora romántica: Cecilia Pérez.



Estaba muy nerviosa; atacada como una quinceañera cuando ve a su príncipe. Por casi no digo nada sustancial. Natural como la vida misma: Genovés es así.


Ciertamente se me han olvidado muchas cosas… Por ejemplo, cuando digo que escribo desde la infancia es cierto. Pero debería añadir que lo hago de forma algo más profesional desde hace tan solo tres años.

El mes pasado, sin ir más lejos, me sucedió algo muy hermoso que corrobora lo primero. Veréis, se puso en contacto conmigo una amiga de la infancia, una vecina. Nacimos con unos meses de diferencia en la misma calle. Entre otras cosas, me dijo lo siguiente:

–Hola Anna, soy Mª Amparo. ¿Te acuerdas de mí?

–¿Cómo no, Mª Amparo? Eras una de mis mejores amigas.

–Verás, he encontrado tus libros en Amazon. ¡Menuda sorpresa!

–Muchas gracias. Ahora, están de 'promo'. Puedes descargártelos completamente gratis. Si te apetece, claro.

–Ya he leído uno. No es el estilo que acostumbro a leer: para mí es muy atrevido. Pero me ha gustado. Desde luego, sigues con la misma imaginación que cuando éramos niñas. Recuerdo que de muy chiquitas, siempre ibas con una libretita y un lápiz apuntando las historias que te inventabas. Años después, el lapicero se convirtió en un bolígrafo Bic de punta fina, y seguiste haciendo lo mismo. Llevabas tu libreta allá donde ibas...

Fue tan entrañable como emotivo.

Gracias a todos.

©Anna Genovés








Amy Winehouse - Love is a Losing Game (Subtitulos al español)

 






This is a true story

Entrevista por chat

Estoy en un grupo de wasap con diferentes amigas y/o conocidas, algunas tan solo de vista... Y a razón de la última entrevista que me hizo el diario El cotidiano me sugirieron hacerme algunas preguntas por chat; contesté que me parecía una buena idea. Aquí tenéis el resultado y a mis chicas: ellas son las protagonistas. Gracias a todas.



Sofía (fisioterapeuta) pregunta: Has insinuado que tu novela preferida es Las cicatrices mudas. ¿Se trata de una estrategia de promoción?
Nada de eso. Soy consciente de lo que escribo y conozco los errores de mis novelas... Puedo asegurarte que la trama más envolvente pertenece a Las cicatrices mudas. Amén, que una se ha curtido y, tanto diálogos como descripciones de los lugares que visita su protagonista Vera Carmona están escritos a conciencia. Creo que los datos de los personajes en la ‘previus’ enganchan de lleno. Por otro lado, las tramas están perfectamente trenzadas con diversos flashback que te mantienen alerta en todo momento y disfruta de un colofón totalmente inesperado. Dicho de otro modo: el broche final es genuino.

Luisa (ama de casa) pregunta: Voy a serte sincera, todavía no he leído nada tuyo, aunque me pica la curiosidad... ¿te atreverías a recitarnos alguno de tus poemas o quizás a leernos algunas páginas de tus novelas?
Me has pillado, Luisa. Creo que si lo hiciera nunca me leerías... Soy, muy, pero que muy mala leyendo en público. Es cuestión de timidez. No lo descarto. La presentación de la novela corta que publiqué en una editorial salió a pedir de boca. Solo tengo que prepararme, anímicamente, a conciencia. Vosotras pedir que, yo tomo nota, y un día de estos quedamos. Y, ¿por qué no? Leo todo lo que haga falta para tenerte entre mis filas.


Mar (personal shopper) pregunta: Tus libros únicamente se venden por Amazon y es un poco incómodo comprarlos. ¿No te has planteado volver a una editorial...?
Pues… ¿qué quieres que te diga? Entiendo que para las personas acostumbradas a ir a una librería les suceda lo que me comentas... En mi caso, lo de la editorial, no funcionó. No repetiría. Tampoco quiero desanimar a nadie. A la mayoría de autores les va de maravilla. Debo ser una rara avis.

El principio con Amazon fue bastante duro. Sobre todo a la hora de cumplimentar los documentos necesarios para poder ‘autopublicarme’ en la plataforma. Gracias a la blogosfera y a diversos vídeos de Youtube pude hacerlo. Ahora estoy encantada pese a lo duro que es hacértelo todo sin ayuda de nadie y con unos beneficios paupérrimos. Creo que ‘autopublicarse’ en esta mega plataforma es una inversión a largo plazo. Si estás interesado en alguno de mis títulos y no tienes acceso a Internet o careces de cuenta en Amazon, te lo pongo fácil: me ofrezco como mediadora; ponte en contacto conmigo, y hablamos. 



María (modista) pregunta: Tengo entendido que Amazon tiene servicios editoriales profesionales. ¿Los utilizas?
Amazon dispone de servicios editoriales, diseñadores, publicistas expertos y un largo etc... Los diviso a menudo porque me los envían por email. Personalmente, no puedo decirte ni la calidad ni el coste de los mismos: nunca los he usado. Conociéndolos, seguro que son muy eficientes.

Si en algún momento de mi vida aumentaran las finanzas, posiblemente, preguntaría por los mismos. Y los emplearía una vez evaluados. Ciertamente, escribir, releer, modificar, maquetar, diseñar portadas y promocionar, a menudo, me supera. A fecha de hoy es lo que hay.

Paqui (auxiliar de clínica) pregunta: ¿Has estado en algún certamen literario de novela negra?
Jamás. Nunca he presentado una novela negra a concurso y tampoco me han invitado como autora. He de confesarte que mantuve varios correos con los organizadores de Valencia Negra. Al final, todo quedó en aguas de borrajas... Soy una escribidora del montón. Además, no escribo solamente Noir. ¿Qué puedo esperar? Eso sí. Me gustaría descubrir en primera persona, si los escritores del género son tan guais como dicen.


Mercedes (encargada) pregunta: He visto que estás al día con la era digital. ¿Qué opinas de la red?
Creo que Internet es el arma más poderosa que existe. ¿Quieres conocer a alguien o darte a conocer…? Ábrete un perfil en las redes sociales más importantes y riega las plantas a diario. La red es lo más parecido a los ídolos de tiempos pretéritos: logra divinizarte o destruirte. Asimismo puedes conocer o incluso hacer amistad con personas interesantes.

He de confesarte, que me gustaría, que los días fueran más largos para dedicarle más tiempo a las redes sociales. Hago lo que buenamente puedo... de verdad.

Amparo (monitora de gimnasia) pregunta: ¿Estás de acuerdo con la piratería? ¿Opinas que es una manera de que la cultura llegue a más personas?
Debería decir que estoy totalmente en desacuerdo. No obstante, una sabe, lo que es llevar la ropa interior agujereada. Por lo tanto, no puedo juzgar a quien busca en la red lo que necesita y no puede comprar físicamente. Sobre todo cuando se trata de cultura.

Creo que es una forma de acercar la cultura a lugares de difícil acceso y a personas de economía paupérrima. Por desgracia, en ocasiones hay grupos sociales que apenas poseen dinero para alimentos, y sin embargo tienen a su alcance una conexión de Internet. Todo tiene partes positivas y negativas. ¿Qué se le va a hacer? Ya lo dice el refrán: «Para ganar, primero hay que perder». He localizado algunos de mis trabajos en descargas gratuitas, y lo comprendo... Hay una serie: Mr. Robot –que habla de la piratería en general—, que me dejó muy buen sabor de boca. La recomiendo.


Marilín (directora de eventos) pregunta: ¿Qué opinas de la telebasura?
Si te digo que nunca he visto Gran Hermano, por ejemplo. ¿Te lo creerías? Pues es cierto. No soy contraria a que millones de personas sean consumidores de esa propuesta: cada uno, con su vida puede hacer lo que le venga en gana, siempre que no perjudique al vecino. Pienso que debe entretenerles, nada más. Ahora, yo no los veo.


Vanesa (arquitecto) pregunta: Anna soy una de tus fans. Después de leer Tinta amarga y Las cicatrices mudas me gustaría que la historia continuara... ¿Tienes pensado una tercera entrega de thriller neo-noir con Vera Carmona a la cabeza?
Ciertamente le he cogido un cariño especial, a esa femme fatale sevillana con corazón de titanio y alma intrépida llamada, Vera Carmona. Pero, en realidad, no tengo claro si darle más cuerda o dejar de saltar con ella. Estoy en un momento vital en el que no sé hacia dónde tirar. Desconozco si seguiré escribiendo thriller policíaco o novela histórica. Quizás combine los géneros... O me dedique en cuerpo y alma, a la poesía. También existe otra opción: que lo deje todo.

Cuando dije estas palabras, mis amigas enmudecieron.


Detalles del thriller neo-noir Las cicatrices mudas
Versión eBook y papel: 310 páginas llenas de adrenalina
Editor: C.S. I. Publishi Platform; Edición: 1 (31/08/2015)                  
Colección: Thriller neonoir
Idioma: Español
ISBN-10: 1517129850
ISBN-13: 978-1517129859
ASIN: B014OGOI3K

Enlace e-book (lectura gratuita de los primeros capítulos) Las cicatrices mudas

Si te apetece estar al día: entrevistas, promociones, publicaciones, reseñas... visita mi página de autor en FB

©Anna Genovés
22/11/2015

P.D. Si te apetece hacerme alguna pregunta sobre el tema, los comentarios están abiertos. Contestaré. Gracias.

Jeff Buckley - Forget Her (Subtitulada)


Entrevista por chat

by on 14:41:00
This is a true story Entrevista por chat Estoy en un grupo de wasap con diferentes amigas y/o conocidas, algunas tan solo...




Entrevistamos a Anna Genovés autora de Las cicatrices mudas

Por Olga Navarro


Estoy muy agradecida al diario El cotidiano, en especial a Olga Navarro y a Javier Vázquez, por haberme dado la oportunidad de hablar de Las cicatrices mudas, mi última novela. 

Estas son algunas de las preguntas que me han hecho en una entrevista íntima que me ha salido del corazón…

¿Dentro de que generación te incluirías, Anna?
En realidad no me gustan este tipo de etiquetas porque creo que son ficticias. Me crié en un barrio obrero en el que todos éramos iguales. Traslado la misma sensación a la escritura. Pese a ser una escribidora de última fila o aunque me lean dos gatos, siempre pongo alma y corazón, en todo lo que escribo.

¿Cuáles son tus iconos literarios?
Haría dos listados; uno para poesía y otro para narrativa. No puedo vivir sin Leopoldo Mª Panero, Alejandra Pizarnik, Charles de Baudelaire y Emily Dickinson. Si hablamos de narrativa, mencionaría a Nelson Algren, Truman Capote, Charles Bukowski, William Burroughs, Robert Louis Stevenson, Gustave Flaubert… La lista es interminable. Digamos que todos, por dispares que sean sus obras, me aportan algo de lo que no puedo prescindir. (Risas…). Pero, Elmore Leonard se ha convertido en mi maestro.

¿Cuál es tu relación con Elmore…? Quiero decir, ¿por qué lo llamas maestro…?
Tengo una disgrafía acusada y sus diálogos me están enseñando a puntuar lo que nunca he aprendido con la asignatura de la Lengua Española. Jajajaaa… ¡Parece mentira! ¡Menudos soponcios me llevé en la escuela! Siempre sacaba buenas notas en todo, menos en esta asignatura.

¿Sería muy duro, verdad?
Lo fue en su momento. Ahora, estoy acostumbrada. Pese a ello, en muchas ocasiones, dudo si el adjetivo va delante o detrás… o del signo de puntuación que corresponde… o del tiempo verbal que debo utilizar. Al final, puede la lógica: o sea, leer alguna ‘chuleta’ de la nueva gramática o algún párrafo de un libro bien traducido.

¿Crees que un escritor debe leer para seguir escribiendo?

Sigue descubriendo mis secretos en el diario El cotidiano.




ANNA GENOVÉS
Las cicatrices mudas



Copyright © 2015 Anna Genovés
Todos los derechos reservados a su autora
Autora: Anna Genovés
Título: Las cicatrices mudas
Serie: Thriller neo-noir (volumen 2)
Propiedad Intelectual
V ― 489 ― 14
ISBN-10: 1517129850
ISBN-13: 978-1517129859
ASIN: B014OGOI3K





Dedicado a Jon Alonso,
amigo, compañero y esposo



«La guerra es la mejor escuela del cirujano».
Hipócrates



Sobre los personajes

Vera Carmona, la Espía, es una agente del CNI en la reserva que ha trabajado como infiltrada en diversas misiones internacionales. En la última, llamada Operación Tatuador u OT, actuó con diversos cuerpos de la ley para desmantelar una red de tráfico de drogas y pornografía en la que estaba implicado el comisario del CNP, Antonio Velasco. Días antes de comenzar la última fase, es víctima de un atentado en el que, tanto ella como su hija, sufren lesiones graves; la vida de ambas corre peligro. Por este motivo, cambian de identidad y viven en el anonimato. Públicamente, han fallecido.

Juan Utrera es un ex agente de asuntos internos, cooperante del CNI con un futuro prometedor. Misión: atrapar a los policías corruptos. Tras la supuesta muerte de Vera Carmona, compañera y amante, es reubicado en la comisaría de Sevilla-Centro como oficial de la sección de Homicidios y Desaparecidos. Cercano a la cincuentena, es un inspector que ha cambiado su ojo de lince por una silla con ruedas giratorias tras el escritorio. Tiene buena mano para descubrir a rateros de poca monta y habla de tú a tú con todo tipo de traficantes.

Carlota Vera Mojón Carmona, hija de La Espía y Manuel Mojón, es una muchacha osada, resignada e inteligente, educada por su abuela al margen de la ocupación materna. Al descubrir la verdad, tras el atentado en el que estuvo a punto de morir, comienza una nueva vida. Con su nueva documentación accede al CNI y suplanta el rol de La Espía. En una de sus primeras misiones, se infiltra en la última fase de la OT en Qatar con el nombre de Tania Pérez. Finalizado el trabajo, le quedan unas semanas para regresar a España.

Antonio Velasco es un personaje oscuro y violento. Chico de los recados de mafiosos y delincuentes. Ahijado de un capo sevillano de los 60 que lo introdujo en el CNP para su beneficio. A falta de descendencia, ocupó su lugar después de su muerte. En la década siguiente, amplió el círculo delictivo hasta Asia. Veinte años después, se convirtió en el comisario más corrupto y poderoso de España. La Espía descubrió el entramado ilegal de sus negocios; razón por la que intentó asesinarla en el atentado que cambió su vida para siempre. Actualmente, en paradero desconocido.


1
Tania Pérez está mirando la excelsa panorámica de Doha desde el ático de la suite privé del Doha Marriott Hotel. Las cortinas están recogidas y una luna mayestática ilumina el golfo Pérsico; los yates del puerto deportivo, los rascacielos iluminados, y, en el fondo lejano e invisible donde solo su imaginación reside, la antigua Persia. Desde el sur de Irán, traza una línea imaginaria y recta que atraviesa Pakistán e India hasta llegar a China. Con los pensamientos centrados en el lejano Oriente, se enciende un Virginia Slims, y se recuesta sobre el confortable diván de brocado grana. Un folio de tonalidad cáscara de huevo con el encabezado del hotel, junto a una estilográfica Marte de Omas, reposan sobre sus piernas. Las volutas de humo se convierten en pequeños círculos que ascienden hasta el techo. Cuando acaba el pitillo, coge la pluma y comienza a escribir una carta:

Madre:
Espero que estés bien, aunque desconozco por qué te lo pregunto, siempre me contestas: «Mejor que nunca, hija.» Nunca me lo creo, claro. Bueno, tú misma. Estoy entrado en una fase vital; ciertamente, he decidió retirarme. El CNI me ha propuesto que sea instructora de los nuevos cachorros, pero necesito un cambio radical... En unas semanas, regresaré a España. La última fase de la misión que tú comenzaste en Sevilla, está a punto de finalizar en Qatar. Estoy segura que la península arábiga es solo una pieza del gran puzle que mueve el tráfico ilegal desde el Pacífico al Mediterráneo. Y desde nuestro país, al resto del mundo. La Operación Tatuador seguirá en China bajo el nombre de Operación Dragón u OD, ya sabes que siempre utilizamos acrónimos para mencionarlas. Pero yo no estaré implicada. Enviarán a otro agente al verdadero centro neurálgico: Shanghái. Desde esa monstruosa ciudad, se manejan todos los hilos.
Por otro lado, ya sabrás que me he separado. Mi ex marido es solo un vividor adicto a la cocaína, el alcohol y, cómo no, a las jovencitas; ambas sabíamos que era un matrimonio de convencía ex profeso para vigilar Qatar de cerca. Sea como fuere, he vivido a cuerpo de reina en un país sexista y ultra religioso, que únicamente mira a Occidente para su conveniencia: somos los idiotas que les proporcionamos algo más del 10% del producto interior bruto en turismo. Además, los cataríes son depravados y pretensiosos: los amos del petróleo; no los aguanto. No hace falta que me preguntes si he visto algún miembro yihadista entre los círculos aristocráticos en los que me he movido. La respuesta es rotunda: no.

De repente, suena el móvil de Tania. Al mirar el número, tuerce el morro: responde al nombre de Lucía Bvlgari, pero en realidad, es el CNI. Minutos después, recoge sus enseres y se marcha de la suite. Guarda la carta sin acabar en un compartimento especial donde está la copia del diario de su madre, y otras notas: todas destinadas a su progenitora. Mensajes comprometidos que una agente secreto nunca debería redactar. Ella lo ha hecho, pero nunca las ha enviado.


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Muelle del paseo Marqués de Contadero. Río Guadalquivir, Sevilla. El cielo índigo realza la belleza del astro nocturno; la humedad roza el setenta por ciento y los 31 ºC de temperatura no dejan descansar a nadie. Las señoras mueven los abanicos al ritmo frenético de sus agotadas muñecas; los señores están sudorosos como lechones a punto de llegar al matadero. Son las once y media de la noche. El crucero turístico nocturno, con un grupo numeroso de ingleses, emprende el regreso al embarcadero. De repente, una mujer grita desde proa.
―A body! A body! ―vocea señalando un punto indeterminado de las aguas.
Tres horas más tarde, se levanta el cadáver de una mujer.
En el Instituto Anatómico Forense, una camilla trasporta los restos hasta la sala de autopsias. El doctor comienza a trabajar minuciosamente, anotando todas las prendas que lleva. Después, la desviste con inusitado mimo. Cuando llega el inspector Juan Utrera, asignado al caso, los restos yacen impolutos sobre la mesa de disecciones. El patólogo forense comienza su vía crucis bajo los atentos ojos del  inspector. Grabadora en marcha.
―Mujer de unos cuarenta y cinco años. Caucásica. Uno setenta. Pupilas dilatadas. No presenta traumatismos recientes. Por su rigor mortis, estimo que falleció hace unas seis horas; sobre las nueve de la noche. En apariencia, se trata de una muerte por ahogamiento. Aunque puedo adelantarle, Utrera, que bebió de lo lindo antes de morir...

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Anna Genovés es diplomada en Magisterio, licenciada en Historia Antigua y en Arqueología-Prehistoria por la Universidad de Valencia. Desarrolló gran parte de su trayectoria profesional trabajando como profesora de Sociales y monitora de Gimnasia Rítmica y Deportes, en diferentes IES de la Comunidad Valenciana. Así mismo, trabajó en RTVV. Mientras cursaba los estudios universitarios, trabajó como encargada de moda. Escribe desde la infancia, tiene publicadas en Amazon (formato e-book y papel)  las novelas Tinta amarga, Las cicatrices mudas y El Legado de la Rosa Negra. Amén del libro de relatos, La caja pública |relatos. Asimismo, ha trabajado en distintas publicaciones editoriales (Aldea poética VI, Bovary 21, Cachitos de amor II…), y colabora o ha colaborado en diversas plataformas digitales: Diario El Cotidiano, Canal Literatura, Revista Dos disparos, Blog El arte de la costura, Portal erótico Pasionis… En 2011, fue finalista del Certamen Literario Clave de microrrelatos, y dos de sus poemas fueron seleccionados para publicarse en 2013.

Las cicatrices mudas, es la segunda novela de la serie thriller neo-noir de la autora. Tinta amarga es la primera obra literaria de esta colección.



Entrevistas

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Entrevistas Diciembre 2015 - Entrevista por chat . Gracias a  Amparo,  Luisa, Mar, María,  Marilin,  Mercedes, Paqui,  ...




Entrevista a Anna Genovés en el diario SinEmbargo Mx: La escritura es vida por Mónica Maristain

Buenas tardes amigos internautas.

Hace unas horas, me llevé una grata sorpresa: la periodista y amiga Mónica Maristain, publicó la entrevista que me había hecho en el periódico digital SinEmbargo México. La primera que me hacen al otro lado del charco, para que todos los hermanos de lengua hispana puedan conocerme y acceder a los libros que he publicado en Amazon. O, simplemente, leer este blog.

Os invito a echarle una ojeada y a conocerme un poquito mejor. Ciertamente, Mónica ha hecho que desnudara mis sentimientos. Algo que no estoy acostumbrada a realizar. Pero con los buenos periodistas, esto es algo inevitable.

Las preguntas van dirigidas a la última novela publicada en Amazon: El Legado de la Rosa Negra. Por los motivos que especifico a continuación…

Tinta amarga, es una novela corta que surgió a partir de un relato erótico publicado en este blog llamado El tatuador. Al ver la aceptación del mismo, proseguí la historia con El motero y después con Bovary 21. Agradaban tanto, que recogí los mismos, en un thriller-erótico-policiaco. El nombre de la primera narración, se ha reconvertido en Operación Tatuador. Trama en la que Vera Carmona, la espía y protagonista de la misma, está implícita.

La caja pública | relatos, es la recopilación y selección de un grupeto de cuentos escritos en la última década. En parte, publicados en este blog u otras plataformas digitales entre 2010 a 2014. Contiene Los apetitos carnales de Almudena editados, por capítulos, en el portal erótico Pasionis. Bajo el nombre de Juegos ardientes; puesto que todas las fábulas están customizadas ex profeso para esta impresión. Además, cuenta con una colección importante de historias inéditas. Recoge tres apartados: relatos actuales, relatos eróticos y relatos fantásticos.

El Legado de la Rosa Negra, es una novela concebida como tal. Quiero decir, nació para ser novela no fue un relato y se reconvirtió en algo mayor; tanto en tamaño como en obra. Y eso, queridos amigos, se nota. Al  margen, tiene una trama, entre el romanticismo y la aventura, que, a los que me seguís habitualmente, os desconcertará bastante. Incluso, os parecerá extraño que sea de mi cosecha. Pero, lo es. Con el hándicap de que la protagonista, esta sí, tiene muchas afinidades conmigo.



En diversas ocasiones, amigos y lectores, me han preguntado: ¿Anna, es autobiográfica, verdad? Es que me da mucho morbo saberlo. A lo que yo contesto: Pues no. Aunque ciertamente su protagonista, Eva Lagos, tiene muchas semejanzas conmigo...  Amor por la egiptología, viajes realizados, gustos personales y más… Al final, si una mentirijilla sirviera para convertirla en superventas, contestaría: Acertaste. El Legado de la Rosa Negra es parte de mi vida.

¡Qué más quisiera yo! Que El Legado de la Rosa Negra fuera un Best seller. Y poder disfrutar de las enigmáticas aventuras que a Eva Lagos; una mujer intrépida y femenina como Lara Croft, pero con dos egipcios cuasi perfectos a sus pies. Le suceden.

Si os arriesgáis a caminar de mi mano por las páginas de El Legado de la Rosa Negra, además de no arrepentiros: viajaréis a través de mis ojos, amaréis, odiaréis, descifraréis papiros, soñaréis, descubriréis enigmas universales antiquísimos, averiguaréis comportamientos dispares entre mujeres en cautividad y, lo que es más importante, vibraréis en cada uno de sus capítulos.

Algunos de vosotros, os preguntaréis sí en El Legado de la Rosa Negra hay sexo. ¿Cómo no? El erotismo es parte de la vida. Hablar de la existencia humana y obviar el sexo, sería como hablar del cielo y evitar los pájaros. En la novela encontraréis sensualidad afectuosa y delicada. Pero también, brutal y despiadada. Eso sí, tratada con minuciosidad, pero exenta de vulgaridad. 



Estamos de cambios: nueva portada:





La entrevista que Mónica Maristain me ha hecho, comienza así:

Ciudad de México, 15 de julio (SinEmbargo).- Para la escritora española Anna Genovés, su novela reciente El legado de la rosa negra, es fruto de su “imaginación prolífica” y de la sincera convicción de que las historias de amor resultan esenciales en estos tiempos.

El libro cuenta la historia de una joven y bella arqueóloga que viaja a Marruecos y Egipto, un periplo que la deja atrapada en un triángulo amoroso, tras conocer un hombre atractivo que la seduce.

Del libro de Genovés se ha dicho que es un thriller apasionante, que juega entre el misterio y la historia antigua, sin abandonar la principal vena romántica que le da sustancia.

Es, definitivamente, una novela de amor que se sirve del pasado para sembrar un presente donde parecen resurgir las historias sentimentales, quizás como contrapunto a un individualismo feroz que amenaza con convertirnos cada vez más en hologramas inodoros, incoloros e insípidos.

Se trata del cuarto libro de la escritora valenciana, quien antes ha dado a conocer la novela corta de tendencia erótica titulada Los apetitos carnales de Almudena, el thriller erótico Tinta amarga y el conjunto de relatos La caja pública.

UN CROMATISMO NEGRO INTENSO

–El nombre de tu rosa se da en el color. La rosa de Umberto Eco, en el lenguaje. ¿Forma y lenguaje son tus destinos literarios?

–Rotundamente, Sí. El Legado de la Rosa Negra tiene un cromatismo negro intenso como el cabello y los ojos de los galanes de la misma, lleno de ambigüedad romántica. Evidentemente, Occidente tiene un prurito recurrente al interpretar el color negro como algo negativo y fatalista. Tomando el ejemplo de la Rosa de Eco —que en su caso—, siempre dijo que fue una casualidad, se convierte en una polisemia de significados que contiene la propia “rosa” a lo largo de su historia. En el fondo, la rosa negra y la rosa medieval nos llevan a un contexto de inquietudes, sospechas y subtramas que generan parte del éxtasis del concepto de la novela. Marcando las distancias entre la grandeza del autor italiano y mi modesta obra, se observan pequeños rasgos compartidos.Y es la pasión por la reafirmación de uno de los grandes padres de la novela negra: Sir Arthur Conan Doyle. Los escenarios, ya sean prosa –como en este caso—, así como poesía o relato, siguen de la mano. Soy de las que piensan que en todos los estilos, existe un tornasol de lenguajes. No es la primera vez que me preguntan si me siento poeta o escritora. Lo cierto es que reivindico el concepto de “escribidora innata todoterreno”.

–¿Cómo crees que te ven tus lectores?

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Gracias a todo el equipo de SinEmbargo Mx. Gracias, Mónica.

Un abrazo, Anna

©Anna Genovés
15/07/2015


Mónica Maristain



Es editora, periodista y escritora. Nació en Argentina y desde el 2000 reside en México. Ha escrito para distintos medios nacionales e internacionales, entre ellos la revista Playboy, de la que fue editora en jefe para Latinoamérica. Actualmente es editora de Cultura y Espectáculos en SinEmbargo.mx. Tiene 12 libros publicados.