Clínex



Abrázame
soy una niña pequeña
acúname
y déjame llorar
hasta olvidar las penas.

Después, llévame a la alcoba
y tómame cuantas veces quieras.

Serás un clínex de usar y tirar
me tendrás
porque así lo quiero
no te dejaré respirar
ni permitiré flaquezas.

Succionaré tu organismo
hasta que desfallezcas.

Ese mi apetito
esa mi voraz contienda.
Tú y sólo tú
serás quien me tenga.

¿Por qué no puedo hablar de lo que quiera?
¿Por qué es tabú para las mujeres
mientras los hombres
hablan y parlotean?

Soy mujer
con dictamen de caballero
digo todo cuanto quiero y deseo.

Demasiados años callada
han marchitando mi vida
ahora, me da igual
lo que de mí digan.

Que me tachen de atrevida
o de femme fatale
soy lo que soy
una esclava del mal.

Si quiero hablar de sexo
lo haré sin vergüenza ni percal,
si quiero hablar de amor
lo haré toda mi vida
si se tercia.

Hoy, ahora, en este momento,
me proclamo libre y a ti te reto.
¿Quieres tomarme? Pues tómame
no te calles, no te marches,
ven y ámame.

Acariciaré tus brazos
arañaré tus piernas,
morderé tus labios y
lameré tu conciencia.

Apartaré tu angustia
y su dolor
tomando tu cuerpo
con ardiente pasión.

Soy fuerte, sabia, bella
y te haré volar con mis alas
eternas.

Puedo estar aquí y allá
al mismo tiempo,
puedo replegarme
y después, levantar el vuelo.
Puedo darte placer hasta el último
día de tu deseo.

Soy promiscua
voraz
mujer de mil rostros
 y a ti te quiero.

Hundiré tu torso entre mis piernas
mutilaré tu interior
hasta que se llague
y te someta.

No dejaré que huyas,
lo has hecho muchas veces.

Te ataré a mi sexo
y te desharé
a mi antojo.

Eres un clínex de usar y tirar
un papel volátil
con esperma
y nada más.

No me interesan tus sentimientos
no me interesa tu pensar
sólo quiero tu cuerpo
para poder gozar.



©Anna Genovés
12/12/2012


Clínex

by on 16:16:00
Clínex Abrázame soy una niña pequeña acúname y déjame llorar hasta olvidar las penas. Después, llévame a la...




Nurse dead


Tengo alopecia.

Sí. Me dieron una medicación para la depresión y mis pechos se hincharon como balones. Mis pezones duros como estiletes, hasta que empezaron a supurar. Imaginaos; me convertí en  una vaca lechera.

Fue algo así como un postparto psicológico, efectos secundarios –nocivos- incluidos. Las pastillas de la felicidad hicieron que contrajera galactorrea.

Tras prescripción facultativa del dermatólogo, en la farmacia me prepararon un potingue con Minoxidil al 6 por ciento; amén de comprarme inyectables de Medebiotin –fuerte- y Bepanthene para no quedarme a los Jason Statham en “Los Mercenarios”… Sí, está muy potente; pero, prefiero mi melena caoba con ondulaciones esporádicas.  
Las inyecciones me las pone mi amiga la enfermera.

Lo hacemos en la academia de “salsa” donde coincidimos –cuatro veces por semana- a última hora de la tarde; cuando hay con pocos alumnos. Entonces, vamos al vestuario y entramos al WC para discapacitados.

Allí montamos el chiringuito, que –previamente- introduzco en un neceser para no pegar el cante.  Y ¡zas! Me endiña la banderilla.

Hasta que di con el combinado mágico de mejunje “crecepelo” más “chutes” fortalecedores de los folículos capilares. Anduve con todo tipo de pócimas… A modo de cataplasma envuelta con Albal, que debías mantener durante las noches. Los guarretes tipo “Torrente”, se levantaban y –tal cual-, a rular por la vida. ¡Ya te digo el pestuzo!

También, probé con un elixir chino que encontré en el herbolario. Echaba cincuenta gotas de la botellita –con restos (más que visibles) de bichejos- en una perola llena de agua. Dejaba la cocción, un cuarto de hora y me tomaba tres infusiones al día. Estaba malísima. Además, debía lavarme la cabeza con huevo y aceite. ¡Menuda caca!

Al final, decidí chorimangarle “Finasteride” a mi padre –Propecia marca blanca. Desde luego, era más cómodo y el cabello dejó de caerme. Qué digo caerme, lo que empezó fue a creerme por más partes de las que debiera. Un día, vi que mis piernas pinchaban y mi cara lucía un mostacho tipo “Borat”. ¡Ahhh!!!! Una Braun Silk-épil  7.

Pero, eso es pasado… Hoy, toca banderilla milagros.

Me ha hecho más daño que de costumbre. Estoy mareada… La luz de mis ojos se apaga. Caigo redonda al suelo.

Desde arriba, veo, cómo “Nurse Dead” se descojona de mí: estaba harta de soportarme y me ha endiñado el suficiente aire como para espicharla.
Sabía que no era la primera vez que se convertía en el “Ángel exterminador de las penas”. Entre enfermos terminales y vejestorios olvidados en asilos esperpénticos. Pero, nunca imaginé que lo utilizara conmigo.

A lo mejor temía que me fuera de la lengua…
Igual tengo que agradecérselo: ahora no debo preocuparme por mi cabello, mis tetas, las inyecciones en mi trasero o un sinfín de estupideces de ahí abajo.
Tomad nota del combinado; el resultado es más rápido y visible que el Propecia –ya lo he dicho. Eso sí, cuidado con la elección del rejoneador… No sea que os salga caro.


Anna  Genovés
03/10/2012



Nurse dead

by on 23:23:00
Nurse dead Tengo alopecia. Sí. Me dieron una medicación para la depresión y mis pechos se hincharon como balones. Mi...
















LEVANTAOS, MUERTOS


Mi país está humillado
flagelado, torturado
y ahora, desmembrado

Descuartizaron sus trozos
en miles de pedazos
trozos que se lleva el viento
y trasmutan en lodo
por lugares agrestes que no conocía
donde reina el odio y la mentira
como arma de doble filo que te acuchilla
como el semen en útero inhóspito
y el engendro que se cría

Europa, unida, jamás será vencida
mentira
mentira cochina
no existe Europa no existe España
no existe nada
todo es mentira

Levantaos, muertos
y mirad a vuestros hijos
cómo la carne mata a la carne
cómo el odio mata la vida

Levantaos, muertos
y matad a los que estamos vivos
por destruir lo que construimos
por destruirnos y seguir vivos

Levantaos, muertos
las campanas repican
es vuestra hora
el juicio final, expía

Levantaos, muertos
levantaos a la vida


Anna Genovés
26/09/2012












Fusilado


Es un colador
fusilados los poros de su organismo
fusilados con metralla
de horror y cinismo
no hay guerra
no hay suicidio
sólo almas errantes
que te despojan del suplicio

Es un colador
fusilados los poros de su organismo
fusilados con palabras vanas
de hipocresía y malos bichos
no hay guerra
no hay suicidio
sólo cuerpos que matan
al amigo del amigo

Es un colador
fusilados los poros de su organismo
fusilados con armamento
de la vida sin auspicio
y lo dejaron morir
desangrado su cuerpo
y lo dejaron echado
en medio del suelo

Y lo dejaron con los perros
sin tumba que cubriera
sus restos
sin lápida que escribiera
su nombre entero
sin recuerdos que lidiar
con la otra vida
sin ropa que se llevara el viento

Y lo dejaron morir…
Y ahora, es sólo un fusilado
un fusilado, muerto

©Anna Genovés
03/09/2012
Propiedad Intelectual V – 490 - 14



El amigo, Jorge Georges, ha tenido la deferencia de declamar el poema Fusilado con su magnifica voz. 
Siempre  le estaré agradecida.


FUSILADO

by on 12:21:00
Fusilado Es un colador fusilados los poros de su organismo fusilados con metralla de horror y cinism...











ANNA Y ATROCITYCIBERFANZINE


Hola amigos,

No creáis, que os he olvidado… De eso nada.

Lo que ha sucedido es que “Chicle” –mi ordenata- cogió un infección de cables purulentos que se exteriorizaban y tuve que llevarlo de urgencias al “ciberapaños”.
Ha estado cinco días en la UCI con sondas metálicas y chips prodigiosos… Temí por su vida. Hasta estuve pensando en el desguace en el que acababaría.

Pero, es duro como yo. Y hoy, ha vuelto a casa.

Quiero agradeceros los post de “MY CHOCOLAT“, que ahora contestaré y, de forma especial, la publicación –de varios de mis poemas- en el  blog “ATROCITYCIBERFANZINE“ de Jose Manuel Vara. Blog “indie” que os animo a que visitéis y cuyo enlace adjunto.

Dicho esto, y, tal como me despido del amigo Vara, un abrazo “esquizobipokiller” para todos, porque eso, o lo que haga falta, soy cuando me enfundo en los personajes que leéis.



Anna Genovés
21/09/2012


ATROCITYCIBERFANZINE
















AMAMANTA




Amamanta mi razón con la esencia de tu cuerpo

no queda ternura en mí

sólo deseo

diluye tu alquimia entre mis restos

lubrica mis apéndices entre tus dedos

agita mi coctelera

para emborracharte con sus gotas

convulsa tu organismo sumiso

entre mi locura y tu zozobra

solos los dos

solos nuestros cuerpos

ámame hasta la locura

sin buscar mi precio

sin desear que me quede a tu lado

para luego lanzarme al suelo

en la esquina del desprecio

el tiempo se nos acaba

el olvido reina en nuestro sepelio

deshecha el antifaz que cubre tu rostro

utiliza tu aliento para sofocar mi tesoro

oprime tus sentidos
entre mis piernas
embriágate de mi perfume
olfatea la oquedad de mi interior
sin dudas ni condenas
amamanta mi razón con la esencia de tu cuerpo
no queda ternura en mí
sólo deseo
ven ahora
mañana no quiero


Anna Genovés
02/09/2012


© Ana Mª Genovés Bedenes
Sol. Prop. Intelectual
V-1825-12



AMAMANTA

by on 7:07:00
AMAMANTA Amamanta mi razón con la esencia de tu cuerpo no queda ternura en mí sólo deseo diluye ...







CARATARIA


¡Me ha dado un loco!

Desayuno muesli –marca blanca- con frutas y cereales integrales; acompañada de soja chocolateada. Lo que ingiero me trasporta dónde no llega mi mente, como si fuera un compuesto alucinógeno…

Bowie está a mi lado, cantándome “Ziggy”. Pero no. Es mi hijo quien ocupa su lugar; se balancea hacia delante y hacia atrás, sin hablar. Es tan frío como la Antártida y su mascota es un pingüino.

De repente, me veo en la noria de “Disney World”, disfrazada de abeja Maya con un cucurucho de algodón. ¿Será qué ver a Ruíz Mateos ante las cámaras me ha recordado los tiempos en los que zumbaba y me ha dejado peor?

El mantel tiene dibujos incandescentes: una aceitera negra y un salero rojo, una paleta moteada y una tetera incolora que es un estorbo. ¿O son las siluetas de las ramas caídas sobre la acera, por las que camino como una gacela mientras Amy Winehouse entona “Back to black”, sus tatuajes, el cabello cardado y una bufanda?
Escucho la chirriante voz de mi vecina… ¿Por qué siempre hay un Pepito Grillo en las historias? Me recuerda que estoy narcotizada sobre la cheslong del comedor y tengo que bajar a su casa. ¡Qué yuyu! Con ese olor a incienso benedictino y esas muñecas de porcelana con pringue de polvo adosado a sus caras. Está más sola que la una. Su chihuahua la palmó, y su esposo –gemelo del Sr. Burns de los Simpson-, pasó a una vida mejor. Ego te absolvo.

En Carataria, tenemos “indies”… Acabo de ver en el contenedor de Caritas unas patas volátiles de algún cuerpo inexpresivo, que se debate entre sacar –con un palo- algo de ropa o su cuerpo antes de partirse en dos. Jace Everett, me canta al oído “Bad things”. ¿No habrá por aquí algún vampiro? Si he de elegir, que sea el rubio de “True Blood”, apellidado Northman. A ese le dejo que me chupe cuando quiera.

¡Joder! Es la sintonía de mi móvil… Al cogerlo, trasmuta en un ciempiés; un alíen que me trasporta al film de Ridley Scott: estoy con Ripley. Me quiere S.O.S. Pero, de un zarpazo, el octavo pasajero se la merienda y aparece el Fassbender de “Prometheus” con su rostro cibernético; soy la madre de todos los engendros: “The new Pandora”.

¿Por qué no voy por la ruta 66 con mi moto y un pavo de dos metros que me dé lo que necesito sin rogar sus favores y sin sentirme como esa bola de algodón que se deshace del colocón?

Cambio de escenario, y me veo en uno de los muchos cafés de Carataria con mi amigo Lolo: el que se marchó –a no sé qué- y nunca  volvió. Ahora, recuerdo que emigró a Inglaterra para ganar un poco de oro y se quedó tendido ante una coctelera de Bloody Mary con un Montecristo en la comisura de sus labios –pringosos y sin aliento. Es un puto muerto… Le diremos que se pase por la funeraria de “A Dos metros bajo tierra” para que los Fisher le hagan un buen precio.

Estoy borracha de vida. Inyectada de jerga fácil y de música flipada que inunda mis cavidades auditivas.

Aparezco en el desierto, trasportada por los Alisios… No veo espejismos. Visualizo una tribu indígena que se alimenta de sus muertos. Cuánto más devoran, más fuertes son sus sentimientos. No me agrada la vista de despojos humanos descuartizados entre buitres negros y humanos quisquillosos.

Prefiero al quiosquero de Carataria. Abre –puntual-, todas las mañanas, aunque utilice pañales por el cáncer prostático que lo está matando. Lo conocí con abundante cabello negro y, con el tiempo, se transformó en níveo. Parece el Heisenberg de “Breaking Bad” pero sin gafas. Es una bola de billar. Billar, billar, billar, billar… Me gusta jugar, pero no juego. No me da la gana.

En la frutería de los paquistaníes. Veo unas manzanas verdes de Singapur. Los putos chinos acabarán con nosotros; en unos siglos seremos amarillos y de ojos rasgados. Mejor, no tendremos que introducirnos en “Nip/Tuck” para que McNamara &Troy nos hagan una blefaroplastia.

Sigo tumbada en la cama, durante unos minutos insólitos, en este mundo –de mierda- en el que me descoloco.

Miro por la ventana y veo a la “indie” tetuda. El otro día la vi defecando en la acera. Se arremangó la falda y dejó sus partes púdicas a la intemperie. Plantó un pino kilométrico, que podría abonar toda una granja. Ésa, sí es la “Queen de Carataria”… Se la trufa TODO.

Río a mandíbula suelta, como el payaso que sonríe aunque no quiere. Como el paquete de regalo sorpresa, acicalado con tarjeta de “felicidades” y papel decorado que –al abrirlo- esconde un envío de UPS con la cabeza de Gwyneth Paltrow en “Seven”.

Los siete pecados capitales: Lujuria, Pereza, Gula, Ira, Envidia, Avaricia y Soberbia. Santo Tomás, dixit: un vicio capital es aquel que tiene un fin excesivamente deseable… Entonces, no son siete, si no, setecientos setenta y siete mil, más mil y mil y mil y mil… Hasta el infinito.

El día muere y me voy a la cama. La luz está apagada. No deseo encenderla y ver en el espejo mi cara. Saco la mano para rozar su perfil y tropiezo con unos pies que saltan. No son dos, son cuatros los postrados en mi hamaca. Burt, Charlton, Bárbara y Bette. ¿Amenizarán la velada?

¿Con quién me quedaré? I do not know. I only know that I’m a mad woman que no “Mad Men”. 

Aunque, idolatre a Don Draper y los vicios sesenteros… Amantes, whisky, cigarrillos y café. Mucho café. ¿Por qué soy aficionada a los Brandy “Terry de Centenario” y “Magno de Osborne? Quizás porque mi padre estaba amarrado a ellos, como Draper al Canadian Club y, ejem, ejem...

Desconozco dónde me llevará este viaje, pero me gusta el delirio de mi mente. En Carataria, quizás, algún día se convierta en Barataria. Ese reino que le otorgan a Sancho para ridiculizar sus hazañas. Veo molinos de viento con las aspas endiabladas. Me enfundo una armadura con yelmo psicodélico; Intento decodificar sus palabras pero no entiendo ni papa...

Quiero perderme entre las canciones de Bowie, la noria de Disney, el asfalto de la 66, los edificios infernales o el billar que nunca tendré.


Anna Genovés
25/08/2012


CARATARIA

by on 11:11:00
CARATARIA ¡Me ha dado un loco! Desayuno muesli –marca blanca- con frutas y cereales integrales; acompañada de soj...