Para conmemorar el cumpleaños del maestro del Pulp, editorial Matraca ha reunido diversos relatos de distintos escritores en un libro titulado: Homenaje a Joseph Berna
Para conmemorar el cumpleaños del maestro del Pulp, editorial Matraca ha reunido diversos relatos de distintos escritores en un libro titulado: Homenaje a Joseph Berna
Vístete como quieras
La sociedad está, no enferma,
sino, muy enferma. Juzgar vosotros mismos…
En mi época moza me tacharon
de drogadicta por llevar imperdibles en los pantalones. Por aquel entonces…,
me gustaban los Sex Pistols, pero nunca me drogué, aunque me moviera con
gente que sí lo hacía –una pena, porque la vida es corta y cada etapa tienes sus
historias. «Hay que experimentar». Como me dijo un amigo millennials
hace poco.
Cuando cumplí treinta, cercanos
a mí, hicieron fuerza –sin éxito. ¡Menos mal! — para que me pusiera traje de
chaqueta porque… ¿qué era eso de ir con pantalones morunos y cintas en la
cabeza como si fuera joven? Fue mi etapa Adam and the Ants & CIA.
La movida en pleno apogeo. Barraca y Spook Factory para
echarse unos dancing los sábados por la noche.
Mirado a toro pasado, hasta tenía
su lógica ya que hablamos del periodo tardofranquista e inicios de la
democracia con el apogeo de la etapa de transición de por medio; todavía quedaban
escollos del Generalísimo, aunque quisiéramos ser muy modernos. Solo hay que
ver Cuéntame.
Lo que es anormal, por
ejemplo, es que unos meses antes de la pandemia, mientras hablaba con una
vecina, otra pasara y, no recuerdo el quid de la cuestión, pero la cosa quedó
en que ya teníamos años para llevar ropa suelta. Nosotras nos miramos alucinadas.
No sé lo que pensó mi colega, pero yo cavilé que, seguramente lo decía por ella
que, pasada de kilos, no se atrevía a ir ceñidita. ¿Y qué más da? A estas
alturas, reconozco que no me importan un bledo esas gilipolleces.
No las nombraría si no fuera
porque, hoy, me han llamado la atención dos noticias que tienen que ver con
diferentes atuendos y distintas señoritas. La primera se llama Cristina
y ha denunciado a la EMT pues, el conductor, no la dejó subir a un autobús
porque su vestimenta podía herir el respeto de otros pasajeros; la chavala llevaba un
top lencero. La segunda es la cantante Zahara, Vox espeta al consistorio de Toledo para que no actúe porque su póster la revela como si fuera una madona y dicen que le
falta el respeto a la virgen.
¿De verdad que estamos en el
siglo XXI?
Caso 1.
Cristina y el autobús. No hay derecho que se impida a una joven a subir al autobús por enseñar
parte de sus senos. En otros siglos las damas portaban insinuantes escotes en
los que asomaban hasta los pezones. No hablo de taberneras o similares..., sino
de damas nobles como muestro en las diferentes imágenes de los siglos XIV y
XVIII e incluyo la de Cris que aparece en sus redes sociales.
También puede suceder que la
chica en cuestión haya ideado un montaje para ver qué sucedía o,
simplemente, para hacerse de notar. Pero, tal y como lo cuenta, creo que es cierto. Si no es así, bien lista es. Le aconsejaría que
estudiara antropología.
En realidad, no es el hecho lo que
más me preocupa, sino las contestaciones de bastantes jóvenes que, poco más o menos, le dicen cómo se debe vestir dependiendo de dónde esté.
¡Jolines! Que cada cual se vista como le dé la gana. Esto es vergonzoso. Sí, aunque parezca mentira, estamos
en el primer tercio del segundo milenio, en occidente, en el primer mundo, no es
broma. ¿Qué sucedería si fuéramos en bolas como algunas tribus africanas? ¿Acaso
es pecado enseñar las carnes? ¿Dónde quedan los nudistas?
A fecha de hoy, las chavalas
visten con tops lenceros y ‘hot pant' –todas las colecciones de
prêt-à-porter e incluso la alta costura, presentan modelos similares—. Tal vez,
a las personas catetas, pueden parecerles ropa interior. No obstante, son
prendas exteriores para usar a diario o en ocasiones puntuales, a gusto del
consumidor. Es lo mismo que si nos metiéramos con los ministros que acuden a
los consejos vestidos con bermudas y camiseta. ¿O no? Los tiempos cambian.
Por si queréis leer el caso al
completo, os dejo dos artículos.
“Una joven valenciana denuncia que no la dejan subir a un autobús por vestir un top lencero”
“Vetada en el autobús por su escote: ¿Qué dice la normativa municipal de Valencia?”
Que señala textualmente:
…” El reglamento sí explica,
entre los deberes de los clientes, que «no se permite viajar en situación que
atente contra el respeto del resto de clientes», argumento que utilizó el
conductor del autobús, según indicó Durán en sus redes sociales.”…
Caso 2. Zahara y la Virgen. Lo de esta cantante es
otra historia, también relacionada con la vestimenta. El artículo que la tacha
poco más que de hereje, dice así…
“Vox acusa a Zahara de
"ofensa extrema a la Virgen" y pide que se cancele su concierto en
Toledo”.
¿Qué queréis que os diga? Provocación, puede ser. Tiene precedentes en Rihanna –vestida de Papa, incluido papamóvil— y Madonna –de virgen o de Jesucristo—. La chica quiere llegar lejos. El ayuntamiento sabía que el álbum de Zahara se titulaba Puta, estaba claro que conocían a quién contrataban. Después del revuelo, han quitado los carteles; me parece fatal. La cantante se habrá gastado su dinero en cartelería y promociones, si estuviera en su caso, igual ni actuaba. Que yo sepa, cada cual puede ser de la religión que le de la real gana o incluso ateo o agnóstico. Por otro lado, creo recordar que hay libertad de expresión. O por lo menos, eso nos hacen creer…
Si nos ponemos así, no debería
molestarnos que los musulmanes se excretaran en los cristianos por nuestras burlas
a Mahoma. Sin embargo, en este caso, aplaudimos las mofas. Pues igual. De eso
se trata, de no darle importancia a lo que no la tiene. Quien lo hace es
intolerante y rancio.
Me da vergüenza que, actualmente, nos hayamos convertido en verdaderos hipócritas. Cara al público, mostramos unos hábitos modernistas y somos más retrógrados que nuestros predecesores. Estamos enfermos, muy enfermos.
Al final, creeré que España
es un país de lerdos.
@Anna Genovés
Miércoles 11 de agosto de 2021
Vístete como quieras
Examinamos la habitación, los armarios, el cuarto de baño, y no encontramos nada importante, ya fuera positivo o negativo. Mientras avanzamos entre las prendas resplandecientes y desordenadas que Una se había quitado, me volví hacia la señora Dreen.
Ross McDonald/Lew Archer
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Editorial: Anna Genovés; N.º 1 edición (11 noviembre 2020)
Idioma: español
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Texto a voz: Activado
Lector de pantalla: Compatibles
Tipografía mejorada: Activado
Longitud de impresión: 446 páginas
Números de página - ISBN de origen: B08NDZ2S51
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Reseñas de escritores
Joseph Berna –maestro del Pulp— dice de SIAH. El 👁 de Dios
Detalle de Aurea-Vicenta González
–escritora.
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Sinopsis
Dioses antiguos, enigmas del
pasado, héroes y villanos del Antiguo Testamento y personajes ficticios se dan
cita en esta narración estructurada en tres libros: Origen, conocimiento y
trasposición, donde la historia se torna ciencia ficción y convierte el
presente en el escenario central de un multiverso cuántico.
Siah es una niña de ascendencia
hebrea que vive en Carabanchel y crece rodeada de delincuencia. Precoz,
inteligente y descreída, posee un sixth sense que la perturba y la arrastra a
la drogadicción. Convertida en politóxica sus visiones se transforman en
pesadillas enigmáticas que la empujarán al precipicio. Su vida dará un giro
radical gracias a la ayuda económica de su familia. En su nuevo hogar
emprenderá una vida completamente distinta en la que retoma los estudios y se
inhibe de los perjuicios que conlleva ser lesbiana.
Tras una década de lucha, logra
licenciarse en filología hebrea y se desplaza a Israel para terminar su tesis
doctoral. En Tel-Aviv, Doron Leví –hermano de su tutora y jefe de la mayoría de
excavaciones del país—, le propone trasladarse a Jerusalén para trabajar a su
lado como traductora de lenguas muertas. Los primeros manuscritos que caen en
sus manos, despiertan su yo interno. Hecho que desarrolla sus capacidades
perceptivas y la trasportan a las escenas que visualiza.
A medida que se adentra en su
trabajo asimilará su condición de jumper. Desde ese instante, descifrará
papiros antiquísimos y vivirá en primera persona distintos pasajes del AT en el
que personajes del linaje davídico le revelarán diferentes enigmas del pasado.
Su existencia se convertirá en una duplicidad simultánea en el que el tiempo
desaparece y cuya finalidad será conocer la verdadera naturaleza de Dios y el
porqué de su existencia.
SIAH. El 👁 de Dios ¡Gratis!
La cárcel se abrió y los presos
se amotinaron
Al principio de las restricciones
en Valencia, recuerdo haberle dicho a mi esposo que tantas limitaciones
traerían sus consecuencias. «Eres una pesimista de narices. Al final,
te contratará tu admirada Margarita del Vall para que le lleves lo cafés». Me
soltó sin cortarse ni un duro. Así que no volví a decirle nada al respecto,
pero seguí cavilando lo que me dio la gana.
Para mí, lo más importante en la
vida es la libertad –la salud y etcétera… son sagrados y no cuentan—. Con las
prohibiciones impuestas en mi comunidad, tuvimos menos libertad que los encarcelados
del Procés. Eso no podía acabar bien.
No obstante, al día siguiente,
los medios de comunicación volvían a ensalzar los métodos del ejecutivo
valenciano porque nuestra IA bajaba y bajaba. Ciertamente, estuvimos durante
varias semanas, en el Edén. ¡Ah! Pero resulta que este magnífico paraíso también
tenía manzanas apetecibles y víboras pecadoras.
España con IA que sobrepasaba
los 100. Valencia 31. Una, hasta las narices de tanta falacia. ¿No se da cuen
qué vivimos una realidad virtual? En algún momento esto explotará como un grano
purulento en un rostro acneico, pensaba. Lo que baja, después sube y viceversa le
comenté a una vecina. «Chica no. Lo peor ya ha pasado y seguimos bien. Eso es lo
importante».
Me dijo.
Yo con cara de póker, pensé, «O
cambio el discurso o me quedo más sola de lo que estoy desde… desde que nací.
¡Qué narices! Soy una solitaria empedernida». Tal vez, por este motivo, en
mi calidad de antropóloga amateur, veo el conjunto de la humanidad sin
fijarme en los detalles. Y, ese todo de mi universo, se adelanta a los
acontecimientos. Aun así, me hice el firme propósito de ponerme la máscara favorita
de esta sociedad del bienestar venida a menos: la hipócrita. Y, cuando, hablo
con alguien solo digo—: “Todo va de maravilla”. Aunque vea las orejas del lobo y lo que está por venir.
Y, llegó, la hora de bailar el
cancán cogidos del brazo y sin mascarilla. El 21 de mayo nuestro meritorio presidente
dijo como un tenor desde la Ópera del Real que las mascarillas pasaban a no ser
obligatorias en la calle. ¡Olé! ¡Olé! Y ¡olé! Que felices todos y todas
enseñando nuestros morros con dientes blancos de sonrisas Profidén.
El anuncio fue tan apetecible como
la manzana de Eva: a babear chicos. ¡Yupi, yupi, hey! Ya no hace falta que llevemos
cubrebocas en la boca, aunque sigue siendo necesario tener una a mano. El dónde
ya es cosa de cada uno. Nos la ponemos en la muñeca, en el codo, en la barbilla,
en el pantalón o donde haga falta, cualquier sitito es guay con tal de que no
sea en la cara.
¡Qué cerriles somos! Que cada
uno la lleve donde le dé la gana, sí. Siempre que mantenga la distancia de
seguridad: eso es lo verdaderamente importante. A mí no me tienen
que decir las cosas dos veces, ni ahora que soy talludita ni cuando tenía
veinte años y soñaba con ser la más guapa del barrio. Metro y medio entre
personas que el bicho sigue suelto… y todos no estamos vacunados. Si es
imposible mantener esa distancia, ¡joder! ¡No seamos burros! Llevémosla donde
manda. No es un complemento de moda es una protección. ¿Qué más da un
mes arriba o un mes abajo si con ella nos va la vida?
Ante ayer, una amiga –médico
de Urgencias en Navarra— me comentó que no hay remedio. Y, hoy, otra que
vive en Bruselas, me ha dicho que no puede venir porque España vuelve a estar
en rojo. Hasta Francia nos ha vetado y no recomienda viajar a la península ibérica.
Ocho de julio, mi comunidad –que
por otro lado tenía montados los tinglados del turismo a tope en verano y del pegote
de Fallas por septiembre, como es natural para ver si la economía dejaba de
desfallecer un poco—, tiene una IA de 262 y sigue en alza. Rozando el riesgo
extremo. El Consell habla de volver a ciertas restricciones: fuera ocio
nocturno, prohibido venta de alcohol a partir de la 20:00h, cierre de algunas
playas en horas conflictivas, toque de queda en los municipios con mayor
incidencia.
Hace unas horas, quedó retratado el asunto en la mismísima Gran Vía de Fernando el Católico de mi
ciudad. Llevaba el carro de la compra a rebosar y me senté a descansar en
un banco. Por aquí y por allá otras personas distanciadas. Y, de repente, pasa
un sintecho –que iba con el torso al descubierto— se mete entre los jardinillos
se baja el pantalón y se cisca. Estaba, justo, delante de la Jefatura Central
de la Policía Nacional.
¿Qué me decís? ¿Qué cómo es eso? Está
claro, nada importa. Jóvenes, maduros, enfermos, jubilados y bien pagados,
papis y mamis de todas las edades. El conjunto de la sociedad está fracturado;
en un lado, los reos que no queremos la perpetua. En el opuesto, los que por un
cachito de libertad son capaces de saltarse la condicional, aunque ello
signifique regresar a la cárcel y arrastrar a la tropa de enfrente que intenta
cuidarse y cuidar. Caca, culo, pedo.
@Anna Genovés
Jueves ocho de julio de 2021
Publicada en el diario El Cotidiano