La triscaidecafobia  y el caos tenebroso

La triscaidecafobia es el miedo irracional al número trece. Se considera normalmente una superstición. La fobia específica al viernes 13 se llama Parascevedecatriafobia (la Parasceve es la preparación de la Pascua), collafobia o friggaatriscaidecafobia (la palabra Friday, «viernes» en inglés, procede del nombre de la diosa vikinga Frigga).

El pavor a dicho número, parece originarse en la Última Cena de Jesús –a la que asistieron trece personas—, y, este último, fue ejecutado poco después. Germinó en la Edad Media, muy proclive a las supersticiones. En el panteón nórdico, Loki era el treceavo dios. La cristianización lo transformó en Satán, el treceavo ángel caído.

Otro dato que apunta a la animadversión hacia dicho número, es que los últimos Templarios fueron quemados en la hoguera el viernes 13 de octubre 1307. Jacques de Molay, último gran maestre, maldijo ante el tribunal de Dios al rey Felipe IV de Francia y al Papa Clemente V –quienes murieron en menos de un año.

Extracto tomado de Wikipedia

Ahora, anotaremos otra fecha: conocen nuestros miedos…




El caos tenebroso


Hay ojos en las paredes

que te miran cuando descansas

te escuchan cuando hablas

se aproximan a tu cuerpo

queriendo beberte.

Presagio de crímenes;

dolor en las entrañas.

La maldad habita en las paredes

y se cuela por las ventanas.

El horror existe

no hace falta que lo imagines

está cerca

de nuestros cuerpos

y nuestras penas,

sorbiendo las mentes

apropiándose de los sueños,

eliminando la ilusión

que nos queda.

Nos roban el corazón

y el alma, si pueden;

seres que habitan a caballo

entre la vida y la muerte:

el caos tenebroso.

El diablo es su amo,

ellos, la simiente.

Se llaman terror,

dolor y exterminio sus apellidos,

pero no tiembles.

Son los hombres del saco, maléficos duendes.

No los escuches

no los mires

y si aparecen en tu camino

pregúntales quiénes son;

se marcharán huyendo,

arácnidos en sus telas,

que nunca te dejarán libre

y siempre estarán cerca.

Si notas miradas en el cogote

vuélvete y saca la lengua,

y que tu lengua sea una daga.

No dejes que carcoman tu psique

y abofeteen tu conciencia.

Llora lágrimas

expía condenas

no temas verlos

y sueña mientras puedas.

No importa que sea un once,

un siete o un trece:

son muerte.


©Anna Genovés
13/11/2015
Imagen tomada la de la red.

P.D. Dedicado a todas las víctimas del terrorismo.









«¡Lestat!» dijo en una susurro. «Ven.»

Los pensamientos fluían de ella sin sonido con las palabras que la vieja reina vampiro me había dirigido tantos años atrás, bajo el cementerio de les Innocents: 

Desde mi lecho de piedra, he tenido sueños sobre el mundo mortal de ahí arriba. He oído sus voces, sus nuevas músicas como canciones de cuna acompañándome en mi tumba. He imaginado sus fantásticos descubrimientos y he conocido su valentía en lo más recóndito de mi mente. Y, aunque ese mundo me excluye con sus formas deslumbrantes, añoro la existencia de alguien con la fuerza suficiente para deambular por él sin miedo, para recorrer la Senda del Diablo en su propio seno.

«¡Lestat!» volvió a susurrar, con una expresión trágica en su rostro de mármol. «¡Ven!»

—¡Ah, amada mía! —exclamé, notando el sabor amargo de la tierra entre mis labios—. ¡Si

Extracto de Lestat el vampiro
Anne Rice



Nada veremos

Las hojas cubren el suelo
las mañanas se hacen perezosas
y las tardes languidecen,
por las noches te acurrucas
y los sueños desfallecen
lunas tristes
y durmientes.


Despiertas animado
desayunas y vas al trabajo
personas en los semáforos
vehículos apoltronados
niñas con buñuelos;
se acabaron los helados
los baños de sol
los sudores empapados
beber agua continuamente
y dormir cubiertos de olas.



Asoma el otoño:
un día cálido y otro sin sol
un día lluvioso y otro claro,
la muerte
trabaja con tesón,
nos vamos uno a uno;
cuentas de collar
rosario impenitente
crucifijo y extremaunción
sacerdote que se apura
para verte.



Morimos sin aire
dejamos el mundo,
las noches de luna
y los días con sol,
las hojas de los órboles
y el amor,
nada veremos
bajo una lápida
que rezará nuestro nombre.



Nada veremos
en la caja de madera
que será nuestro lecho
in memoriam,
las cuencas estarán vacías
y llegará el adios,
nada veremos
aunque los pájaros aleteen
y el viento brame.



Estaremos bajo tierra
junto a otros cadáveres.



©Anna Genovés
Propiedad Intelectual V – 490 – 14

Sister of mercy – Marian




Nada veremos

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«¡Lestat!» dijo en una susurro. «Ven.» Los pensamientos fluían de ella sin sonido con las palabras que la vieja reina vampir...




Diálogo entre el Administrador de Un mundo feliz y un disidente. AH imaginó el control social moderno...

–La población óptima se hace sobre un modelo de Iceberg: ocho de nueve partes debajo de la línea de flotación, y una de nueve partes por encima.
–¿Y los que están por debajo de la línea de flotación son felices pese a realizar trabajos desagradables?
Ellos no los encuentran desagradables... Al contrario, les agradan. Son ligeros, y tienen una simplicidad infantil.
»Sin esfuerzo abusivo ni de espíritu ni muscular. Siete horas y media de un trabajo ligero, nada cansado, y enseguida la ración de soma, deportes, copulación sin restricción, y el Cine Sentido. ¿Qué más podrían pedir?
Shakespeare está prohibido...
Shakespeare está prohibido porque es antiguo. Aquí, no empleamos viejas cosas.
–¿Aunque sean hermosas?
Sobre todo si son hermosas. La belleza atrae; no queremos que nos atraigan las cosas antiguas. Queremos que se amen las nuevas.
Pero las nuevas son estúpidas, ¡horrorosas! En los espectáculos solo hay helicópteros volando, donde se prohíbe que las personas se abracen… ¡Parecen ovejas y simios!
Animales gentiles, no malos...
»Solo se puede pedir a un Épsilon de haga sacrificios de Épsilon, porque para ellos no son sacrificios: es la línea de la menor resistencia.
Su condicionamiento ha establecido rieles sobre los cuales tienen que avanzar. Están fatalmente predestinados.
El mundo actual es estable. Las personas son felices; obtienen todo cuanto desean, nunca quieren lo que no pueden obtener. (...) Están condicionadas de tal manera que, prácticamente, solo pueden portarse como se debe. Y si por casualidad algo no va bien, tenemos el soma.
»Tenemos que escoger entre la felicidad y lo que llamábamos antes el gran arte. Hemos sacrificado el gran arte. En su lugar tenemos el Cine Sentido y el órgano de perfumes...
–¡Pero no tienen ningún sentido!
Los actores representan sensaciones agradables. (...) Eso exige una gran habilidad.
Fabricamos coches con el mínimo de acero, y obras de arte con casi nada, solo con puras sensaciones...
No solo el arte es incompatible con la estabilidad. También está la ciencia. La verdad es una amenaza, y la ciencia es un peligro público. Estamos obligados a mantenerla encadenada y amordazada. (...) Ella nos ha dado el equilibrio más estable de la historia. Pero no podemos permitirle que deshaga lo que ha iniciado. He aquí el porqué limitamos cuidadosamente sus investigaciones. Le permitimos ocuparse solo de los problemas inmediatos. Las demás investigaciones se eliminan.

Extracto de Un mundo feliz 

Aldous Huxley






Deltas y épsilones


Charles es un solitario que platica con el ordenador como si este fuera a contestarle en cualquier momento; uno de esos millones de personas autosuficientes y a la vez pusilánimes que, por uno u otro, motivo han perdido hasta el último ápice de la sensibilidad que caracteriza a su raza: los humanos. Antaño conversaba con sus vecinos y participa en los festivales del barrio. Ahora, sólo colabora en reuniones cibernéticas, selfies telefónicos o grupetos de wasap. Sus sentidos han quedado mermados al mínimo esfuerzo: no ve, no oye, no huele, no escucha y no toca.

Si por una de aquellas sale de casa, ni Sigourney Weaver en Copycut. Da dos pasos y sólo ve bichejos amenazadores. Piernas violetas y cuerpo rectangulares. Un cuarto de hora más tarde, se sumerge en un vaivén de interminables preguntas con unos acúfenos grotescos que le persiguen; el pobre solo desea pillar el pastillero para tomar el soma que le permite continuar. Pasadas las horas, ni pegunta ni habla. Sus recuerdos se difuminan en el cerebelo, y, a medida que pasa el tiempo, se convierten en meros fotogramas, de los que pasa olímpicamente: es un muerto viviente sin gasolina, tumbado en una camilla de Urgencias y con un gotero de haloperidol inyectado en radial del brazo izquierdo. Llegado ese punto ¿qué importa la vida? Nada.

Charles desconoce cuándo dejó de sentir amistad, amor, concordia, pasión… pero tampoco le importa demasiado. No quiere por nada en el mundo, volver a percibir un poquito de esos pecados capitales tan deseables: lujuria, gula, avaricia, pereza, ira, envidia y soberbia. Esas emociones particulares que hacen tan humanos a los humanos. Esos excesos que sólo se purifican con rosarios y silicios imaginarios... porque los verdaderos pecadores nunca caminan por la Vía Crucis aunque digan lo contrario. Son impenitentes, cuya aureola maléfica los distingue –inevitablemente— del resto de congéneres ausentes; indigentes solitarios desnaturalizados por la sociedad consumista que los consume.

Anacoretas perturbados que han cruzado la línea de la realidad y no se atreven a poner fin a sus vidas: la verdad es demasiado dura para seguir existiendo. ¿O no? Y, de repente, entran a formar parte de ese submundo tan dilapidado en el que se aglutinan machos y hembras de distintos estamentos sociales y diferentes mierdas genéricas: discapacitados, matures, ancianos, parados, sin techo, enfermos, adictos a tutiplén, prostitutas, malhechores, fetichistas, descontentos, lisiados, pobres… Hay tantos en el saco, que si ascendieran de repente, a esa cúpula celeste que sobrevuela sus torturadas azoteas: el serial The leftovers parecería un cuentecito inocente.

Son la carga social. Los esbirros pordioseros y deformes que mendigan soma en Brave new world de Aldous Huxley: La pena, la angustia, la desazón, la amargura, el desamor, la indolencia... la nada. No todos son alfas, betas o gammas. También existen deltas y épsilones. Unos nacieron con esas amables taras. Otros, venidos a menos, se sumergieron en ese subgénero pulp por el devenir del tiempo. A mí me caen bien, ¿cómo no? Si soy una más de esos caníbales que pululan por la Tierra devorados por la Sociedad del Bienestar.

©Anna Genovés


Deltas y épsilones

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Diálogo entre el Administrador de Un mundo feliz y un disidente. AH imaginó el control social moderno... –La población ópt...




Bajo el balcón de Julieta. (Romeo entra sin ser visto en el palacio de los Capuleto. Julieta aparece en una ventana). 

Romeo:- ¡Silencio! ¿Qué resplandor se abre paso a través de aquella ventana? ¡Es el Oriente, y Julieta, el sol! ¡Surge, esplendente sol, y mata a la envidiosa luna, lánguida y pálida de sentimiento porque tú, su doncella, la has aventajado en hermosura! ¡No la sirvas, que es envidiosa! Su tocado de vestal es enfermizo y amarillento, y no son sino bufones los que lo usan, ¡Deséchalo! ¡Es mi vida, es mi amor el que aparece!… Habla… más nada se escucha; pero, ¿qué importa? ¡Hablan sus ojos; les responderé!…Soy demasiado atrevido. No es a mi a quien habla. Las más resplandecientes estrellas de todo el cielo, teniendo algún quehacer ruegan a sus ojos que brillen en sus esferas hasta su retorno. ¿Y si los ojos de ella estuvieran en el firmamento y las estrellas en su rostro? ¡El fulgor de sus mejillas avergonzaría a esos astros, como la luz del día a la de una lámpara! ¡Sus ojos lanzarían desde la bóveda celestial unos rayos tan claros a través de la región etérea, que cantarían las aves creyendo llegada la aurora!… ¡Mirad cómo apoya en su mano la mejilla! ¡Oh! ¡Mirad cómo apoya en su mano la mejilla! ¡Oh! ¡Quién fuera guante de esa mano para poder tocar esa mejilla!

Julieta:- ¡Ay de mí!

Romeo:- Habla. ¡Oh! ¡Habla otra vez ángel resplandeciente!… Porque esta noche apareces tan esplendorosa sobre mi cabeza como un alado mensajero celeste ante los ojos estáticos y maravillados de los mortales, que se inclinan hacia atrás para verle, cuando él cabalga sobre las tardas perezosas nubes y navega en el seno del aire.

Julieta:- ¡Oh Romeo, Romeo! ¿Por qué eres tú Romeo? Niega a tu padre y rehúsa tu nombre; o, si no quieres, júrame tan sólo que me amas, y dejaré yo de ser una Capuleto.

Romeo:- (Aparte) ¿Continuaré oyéndola, o le hablo ahora?

Julieta:- ¡Sólo tu nombre es mi enemigo! ¡Porque tú eres tú mismo, seas o no Montesco! ¿Qué es Montesco? No es ni mano, ni pie, ni brazo, ni rostro, ni parte alguna que pertenezca a un hombre. ¡Oh, sea otro nombre! ¿Qué hay en un nombre? ¡Lo que llamamos rosa exhalaría el mismo grato perfume con cualquiera otra denominación! De igual modo Romeo, aunque Romeo no se llamara, conservaría sin este título las raras perfecciones que atesora. ¡Romeo, rechaza tu nombre; y a cambio de ese nombre, que no forma parte de ti, tómame a mi toda entera!

Romeo:- Te tomo la palabra. Llámame sólo “amor mío” y seré nuevamente bautizado. ¡Desde ahora mismo dejaré de ser Romeo!

Julieta:- ¿Quién eres tú, que así, envuelto en la noche, sorprendes de tal modo mis secretos?

Romeo:- ¡No sé cómo expresarte con un nombre quien soy! Mi nombre, santa adorada, me es odioso, por ser para ti un enemigo. De tenerla escrita, rasgaría esa palabra.

Julieta:- Todavía no he escuchado cien palabras de esa lengua, y conozco ya el acento. ¿No eres tú Romeo y Montesco?

Romeo:- Ni uno ni otro, hermosa doncella, si los dos te desagradan.

Julieta:- Y dime, ¿cómo has llegado hasta aquí y para qué? Las tapias del jardín son altas y difíciles de escalar, y el sitio, de muerte, considerando quién eres, si alguno de mis parientes te descubriera.

Romeo:- Con ligeras alas de amor franquee estos muros, pues no hay cerca de piedra capaz de atajar el amor; y lo que el amor puede hacer, aquello el amor se atreve a intentar. Por tanto, tus parientes no me importan.

Julieta:- ¡Te asesinarán si te encuentran!

Romeo:- ¡Ay! ¡Más peligro hallo en tus ojos que en veinte espadas de ellos! Mírame tan sólo con agrado, y quedo a prueba de su enemistad.

Julieta:- ¡Por cuánto vale el mundo, no quisiera que te viesen aquí!

Romeo:- El manto de la noche me oculta a sus miradas; pero, si no me quieres, déjalos que me hallen aquí. ¡Es mejor que termine mi vida víctima de su odio, que se retrase mi muerte falto de tu amor.

Julieta:- ¿Quién fue tu guía para descubrir este sitio?

Romeo:- Amor, que fue el primero que me incitó a indagar; él me prestó consejo y yo le presté mis ojos. No soy piloto; sin embargo, aunque te hallaras tan lejos como la más extensa ribera que baña el más lejano mar, me aventuraría por mercancía semejante. 

Julieta:- Tú sabes que el velo de la noche cubre mi rostro; si así lo fuera, un rubor virginal verías teñir mis mejillas por lo que me oíste pronunciar esta noche. Gustosa quisiera guardar las formas, gustosa negar cuanto he hablado; pero, ¡adiós cumplimientos! ¿Me amas? Sé que dirás: sí, yo te creeré bajo tu palabra. Con todo, si lo jurases, podría resultar falso, y de los perjurios de los amantes dicen que se ríe Júpiter. ¡Oh gentil Romeo! Si de veras me quieres, decláralo con sinceridad; o, si piensas que soy demasiado ligera, me pondré desdeñosa y esquiva, y tanto mayor será tu empeño en galantearme. En verdad, arrogante Montesco, soy demasiado apasionada, y por ello tal vez tildes de liviana mi conducta; pero, créeme, hidalgo, daré pruebas de ser más sincera que las que tienen más destreza en disimular. Yo hubiera sido más reservada, lo confieso, de no haber tú sorprendido, sin que yo me apercibiese, mi verdadera pasión amorosa. ¡Perdóname, por tanto, y no atribuyas a liviano amor esta flaqueza mía, que de tal modo ha descubierto la oscura noche!

Extracto de Romeo y Julieta

William Shakespeare



Raíces

Mis ojos derraman agua fosilizada
mis cuencas están vacías
no existen pupilas
ni globos oculares
no existe chispa
sin embargo, veo lo que sucede
veo que todo es una mentira
que la vida es un sueño
y que el sueño no es vida.


Dame la mano y cruzamos  la calle
dame un abrazo y olvidemos el desastre
dame tu cuerpo y únelo al mío
hazme el amor
y después, vayamos al olvido
es mejor no pensar
no creer
no sentir
no vivir
si vivo es por ti
mi árbol de raíces en el suelo.


Tus brazos son ramas
y tus oídos, frutos secos
antes, caminabas con tus piernas
me mirabas y posabas tus caricias
en mi piel de terciopelo
en mi cuerpo terso
en mis caderas tiernas y mis pechos de amazona
en mi cuenco diminuto y mi corazón de poeta maldita
que maldita sesga la horca
y después vira.


No morí entre claveles
ni setos de amapolas,
no morí entre malvaviscos y rosas
lo hice a los pies de los caballos
rugiendo por un trozo de pan
por seguir existiendo
por el bien y el mal
rugiendo.


No me insultes con tu piel de arce
eres la nada
y formas parte de la tierra
del barro que cubrió tu cuerpo y tu entelequia
ahora, perteneces a otro mundo
tu organismo es mutante
tu corazón de titanio
tu alma, hiedra.

Mis ojos derraman agua fosilizada
mis cuencas están vacías
no existen pupilas
ni globos oculares
no existe chispa
sin embargo, veo lo que sucede
veo que todo es una mentira
que la vida es un sueño
y que el sueño no es vida.

©Anna Genovés
21/01/2013
Propiedad Intelectual V – 490 – 14


Kait Weston - Til Death Do Us Part (subtítulos)


Raíces

by on 21:12:00
Bajo el balcón de Julieta. (Romeo entra sin ser visto en el palacio de los Capuleto. Julieta aparece en una ventana).   Romeo:...

Entrevistas

by on 22:22:00
Entrevistas Diciembre 2015 - Entrevista por chat . Gracias a  Amparo,  Luisa, Mar, María,  Marilin,  Mercedes, Paqui,  ...
Del papel al ciberlibro

Hace bastantes años, en la universidad, tenía un profesor al que apodaban El Chiflado porque, entre otras cosas, no utilizaba maletín sino un portátil prehistórico en el que introducía sus libros y nuestros caretos, con pluses y reversos.

El hombre siempre nos repetía lo mismo: «Ustedes ríanse de mi computadora móvil que dentro de unos años todos tendrán uno como este y los libros engorrosos y pesados habrán desaparecido. Sí, sí… ya sé que dicen que estoy como una cabra, pero digo la verdad. Además, imagínense, que hubieran existido estos artefactos desde el inicio de la Humanidad… ahora, tendríamos los miles y miles de volúmenes que se quemaron en la Biblioteca de Alejandría. O los infinitos ejemplares que ardieron en las piras de los malditos inquisidores. ¡Es el futuro! Tiempo al tiempo...». Y, ciertamente, tenía parte de razón.

Se ha cambiado el sonido y la fragancia de los volúmenes carismáticos, sobre todo de esos que se apelotonan en las estanterías y, sin darte cuenta, soportan más años que tu esqueleto; por el tacto metálico y despersonalizado de los e-books. Si he de seros franca, hasta hace un par de años, no me terminaba de acostumbrar a la lectura en pantalla, y eso que soy proclive a los modernismos. No obstante, una vez metida en el ajo, a fecha de hoy, solo leo ejemplares electrónicos. Tengo una Samsung Tab III, de segunda mano, que intercambié en Cash Converters por una serie de artilugios obsoletos –no había para más—, y me funciona de maravilla. Además, como tiene acceso a Internet, puedo pasear por las redes o la blogosfera; algo imposible con los lectores habituales. Pero, cada cual tiene sus preferencias; mis amigas son acérrimas del Kindle. Del otro lado, muchos conocidos son fanáticos del papel. Tenemos suerte de poder elegir. Mientras pueda, para dar gusto a los dos bandos, seguiré autopublicándome en uno y otro formato...




Todo es cuestión de sopesar en una balanza, los pros y los contras de ambas propuestas. Tantear las preferencias como individuo. Se me ha ocurrido hacer una lista de ventajas y desventajas que pueden tener los libros electrónicos, ¿a ver qué os parecen?

Ventajas de los e-book
· No ocupan sitio y puedes llevarlos a cualquier lugar.
· Acceso ilimitado y rápido.
· Corrección de errores y actualización de información.
· Letras al tamaño que necesites; ideal si tienes problemas visuales.
· Tanto editores como lectores, tienen más obras a su alcance.
· Mediante el buscador, encuentras cualquier cita que recuerdes.
· Interacciones con los autores mediante las redes sociales.
· Diccionario para dudas e hyperlinks para información adicional.
· Son mucho más económicos.

Desventajas de los e-book
· Los equipos tienen un coste elevado inicial.
· Si no tienes ordenador y conexión a Internet, no puedes leerlos.
· Los dispositivos pueden averiarse o extraviarse con toda la información.
· Los lectores necesitan tener conocimientos básicos de informática.
· Desaparece la presentación tradicional del libro.
· Muere el tacto de las hojas, la perfume...
· Son más proclives al plagio y a la piratería.

Este último punto es el más escabroso para editores y escritores. Ayer, una colega, me dijo: «Mi chico se ha bajado una de tus novelas por la patilla». De entrada, me quedé patidifusa. Me pregunte a mí misma: ¿Cómo puede ser si soy una escribidora de chicha y nabo? Pero, hoy, he buscado mi nombre en Google… ¡he flipado en colores! Existen unos trescientos noventa mil ítems aproximados. Me ha picado la curiosidad y he averiguado que mi camarada no mentía... Hay varias páginas en las que se pueden descargar Tinta amarga y La caja pública | relatos, por the face. Pero ni pienso denunciarlos ni deciros cuáles son. Me queda la satisfacción de ser leída, aunque no gane más guita que para pipas. No obstante, sé que gusta lo que escribo; hasta me he sentido halagada leyendo los comentarios...


Eso sí, los dos últimos títulos: El Legado de la Rosa Negra y Las cicatrices mudas, no aparecen sin pasar por la pírrica taquilla de 2,99€. Y recordad: este mes, promoción de El Legado de la Rosa Negra a 0’99€. Está mal que lo diga, pero, superan a sus predecesores. Mi pluma está más afilada, y, también, más curtida.

Señores y señoras, amigos: «Aquel de vosotros que esté sin pecado, que arroje la primera piedra» (Juan: 8-1-7).


©Anna Genovés
07/10/2015


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