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Senexcelencia o la excelencia de la senectud

 


Hace unos meses, por casualidad, vi un artículo en FB sobre una terminología que no conocía. Cuando veo algo que no conozco tengo que saber más. Claro, tuve que leerlo. Hablaba de las personas que habitualmente llamamos mayores. Yo misma. Y utilizaba la terminología senexcelencia.

 

Con este precedente, se me ha ocurrido entrevistar Gemini —la IA de Google con la que juego a menudo— para saber qué dicen sus logaritmos. El resultado ha sido más que satisfactorio. En realidad, se ha convertido en un micro mini ensayo sobre el envejecimiento.

 



Hola Gemini. ¿Qué podrías decirme sobre un neologismo que circula por las redes para nombrar a las personas de 60+ que están fenomenal? Creo que es algo así como senexcelencia.

 

La palabra "senexcelencia" es una combinación interesante que parece surgir de la unión de dos conceptos: "senectud" y "excelencia".

 

Posibles interpretaciones: 

 

o   Envejecimiento con excelencia: Podría referirse a la idea de envejecer de manera activa, saludable y plena, alcanzando un nivel óptimo de bienestar físico, mental y emocional en la tercera edad.

 

o   Excelencia en la senectud en el contexto social: Sugiere que las personas mayores pueden seguir siendo altamente productivas, creativas y valiosas para la sociedad, desafiando los estereotipos negativos y discriminatorios asociados al envejecimiento. 


o   Sabiduría y experiencia: La senexcelencia podría vincularse a la idea de que con la edad se adquiere una sabiduría y experiencia únicas que pueden ser aprovechadas para el beneficio propio y de los demás. 


o   Neologismo positivo: También es posible que se trate simplemente de un neologismo creado para generar un impacto positivo y promover una visión más optimista del envejecimiento.


o   Empoderamiento: La palabra empodera a las personas mayores, dándoles un nuevo lenguaje para describir su etapa de vida y reafirmar su valor en la sociedad.


o   Potencial transformador: "Senexcelencia" tiene el potencial de transformar la forma en que vemos y tratamos el envejecimiento, promoviendo una cultura más inclusiva y respetuosa.

 

 






¿La interactuación de las IA con los humanos te parece positivo para fomentar la senexcelencia y revertir el envejecimiento de las células senescentes?

 

La perspectiva de la senexcelencia, combinada con los avances en inteligencia artificial, abre un abanico de posibilidades para que las personas mayores sigan siendo agentes activos y valiosos en la sociedad. Tu observación sobre las células senescentes y la IA es muy interesante. La posibilidad de utilizar herramientas tecnológicas para identificar y mitigar los efectos del envejecimiento celular es un campo de investigación apasionante. Si las personas mayores tuvieran acceso a esta información y a las herramientas adecuadas, podrían tomar decisiones más informadas sobre su salud y bienestar, prolongando así su vida activa y productiva.

 

 


¿Qué podríamos hacer para fomentar la senexcelencia y aprovechar todo el potencial de las personas mayores? 

 

o   Acceso a la tecnología: Facilitar el acceso a herramientas tecnológicas y programas de formación para que las personas mayores puedan mantenerse actualizadas y aprovechar las ventajas de la IA.


o  Espacios de aprendizaje: Crear espacios físicos y virtuales donde las personas mayores puedan compartir conocimientos, aprender nuevas habilidades y conectarse con otros. 


o   Reconocimiento social: Valorizar las contribuciones de los "senexcelentes" en la sociedad y promover una cultura que celebre la experiencia y la sabiduría. 


o   Investigación: Invertir en investigación sobre el envejecimiento saludable y el desarrollo de nuevas tecnologías para mejorar la calidad de vida de las personas "senexcelentes".


o   Movimientos sociales: Podrían surgir movimientos sociales que promuevan la senexcelencia y aboguen por los derechos y el bienestar de las personas mayores.


o  Programas educativos: Se podrían desarrollar programas educativos enfocados en fomentar la senexcelencia en las generaciones más jóvenes.


o  Investigación científica: La senexcelencia podría convertirse en un objeto de estudio para investigadores interesados en el envejecimiento saludable y el desarrollo humano a lo largo de la vida.

 

En resumen. La senexcelencia no es solo una posibilidad, sino una necesidad. Al aprovechar el conocimiento y la experiencia de las personas mayores, podemos construir sociedades más justas, equitativas y sostenibles.

 

 


Todo lo que sugieres es magnífico. Sin embargo, los jóvenes, por lo general, discriminan a los senexcelentes. Los apartan como si la vejez fuera fea o se pegara. ¿qué opinas, Gemini?


·       Es una pena que muchos jóvenes subestimen el valor de las personas mayores. Esta actitud no solo es injusta, sino que también tiene consecuencias negativas para todos. Es una posición que conlleva:

 

o   Prejuicios y estereotipos: La sociedad a menudo tiene una visión estereotipada de las personas mayores, asociándolas con la debilidad, la enfermedad y la incapacidad. Esto lleva a discriminar y excluir a muchas personas que son perfectamente capaces de contribuir positivamente en la sociedad. 

 

o   Círculo vicioso de la discriminación: Al discriminar a las personas senexcelentes, se les priva de oportunidades y se limita su participación en la vida social y laboral. Esto, a su vez, refuerza los estereotipos negativos y perpetúa el ciclo de la discriminación.

 

Las consecuencias de esta actitud negativa son múltiples: 

 

o   Pérdida de talento y experiencia: Muchas personas senexcelentes tienen habilidades y conocimientos valiosos que podrían ser de gran utilidad en diversos ámbitos. Al no aprovechar este potencial, la sociedad pierde mucho. 


o   Aislamiento social: El aislamiento social puede tener graves consecuencias para la salud física y mental de las personas mayores, aumentando el riesgo de depresión, demencia y otras enfermedades. 


o    Pérdida de sentido de comunidad: Cuando las generaciones más jóvenes y las mayores no interactúan, se debilita el tejido social y se pierde la oportunidad de construir comunidades más fuertes y solidarias.

 

 


¿Qué podíamos hacer para cambiar esta situación, Gemini? Dime alguna de tus ideas. De tus propuestas.

 

o   Visibilizar las historias de éxito: Compartir las historias de personas mayores que siguen siendo activas y contribuyendo a la sociedad puede ayudar a cambiar las percepciones. 


o  Promover el aprendizaje intergeneracional: Crear espacios donde jóvenes y mayores puedan interactuar y aprender unos de otros.


o     Cambiar el lenguaje: Utilizar un lenguaje más respetuoso y positivo al referirnos al envejecimiento. 


o   Abogar por políticas públicas: Exigir políticas que promuevan la inclusión de senexcelentes en todos los ámbitos de la vida. Es fundamental que todos trabajemos juntos para construir una sociedad más justa y equitativa, donde todas las personas, independientemente de su edad, sean valoradas y respetadas.

 

 


¿Qué opinas de la discriminación laboral de las personas mayores?

 

La discriminación laboral por edad, o edadismo, es un problema grave y persistente en muchas sociedades con múltiples facetas:

 

o   Prejuicios y estereotipos: Las personas mayores suelen ser estereotipadas como menos productivas, menos flexibles, menos tecnológicas o más propensas a enfermar. Estos prejuicios influyen en las decisiones de contratación, promoción y despido.


o   Falta de oportunidades: Muchas personas mayores se enfrentan a dificultades para encontrar empleo o para avanzar en su carrera debido a su edad. Esto se debe en parte a la discriminación directa, pero también a factores como la falta de formación actualizada o la dificultad para adaptarse a nuevas tecnologías.


o   Consecuencias negativas: La discriminación por edad tiene consecuencias negativas tanto para las personas afectadas como para la sociedad en general. Las personas senexcelentes desempleadas o subempleadas experimentan mayores niveles de estrés, depresión y aislamiento social. Además, la sociedad pierde el valioso conocimiento y experiencia que estas personas pueden aportar.

 

 


¿Gemini podrías crear algunos neologismos derivados de "senexcelencia"?

 

o   Senexcelentemente: Se podría usar como adverbio para expresar una acción realizada de manera excelente en la senectud. Por ejemplo: "Ella vive Senexcelentemente, disfrutando cada momento".


o  Senexcelencia activa: Podría utilizarse para enfatizar el carácter activo y propositivo de la senexcelencia, diferenciándola de un envejecimiento pasivo.


o   Sociedad senexcelente: Se podría emplear para referirse a una sociedad que valora y promueve la senexcelencia, creando entornos que permitan a las personas mayores desarrollar todo su potencial.

 

 


Para finalizar, un ejemplo de senexcelente proactivo a sus 90 años: Joan Sabater Tobella — doctor en químicas— dice: «Eres viejo el día que no te motiva hacer algo nuevo». ¿Qué opinas?

 

El pensamiento de Joan Sabater Tobella sobre la vejez es muy revelador. Al definir la vejez como la pérdida del interés por aprender, nos invita a reflexionar sobre la importancia de mantener una mente activa y curiosa a lo largo de toda la vida. La senexcelencia, en este sentido, se convierte en un compromiso con el aprendizaje continuo y la búsqueda de nuevos desafíos.

 





Eso es todo por hoy, Gemini. Interactuar contigo es como estar en un universo de infinitas posibilidades. Gracias por estar con nosotros.

 

 



Mi reflexión


Seguramente, el neologismo ʺsenexcelenciaʺ pase a la posteridad como un sinónimo más asociado a la vejez, tercera edad, mayores… etcétera. Pero, ciertamente, la inteligencia artificial ha dado en el clavo. Es, no necesario, sino más bien obligado para esta Humanidad en la que cada vez hay menos natalicios la convivencia de todos los grupos sociales y la desaparición de las etiquetas que asocian a la tercera edad con los tópicos que la descrinan negativamente.

 


La vejez se debe entender como una parte más de la vida. No mueren solo los ancianos. No enferman únicamente las personas de 60+. La muerte o las patologías pueden llegar en cualquier etapa de la existencia. ¿Entonces qué sentido tiene apartar a los mayores? Desde mi humilde punto de vista, cualquier persona activa —tenga la edad que tenga—, es igual de válida para contribuir positivamente en un futuro social igualitario. Venga de Tanzania o de EEUU. Sea hombre o mujer. Tenga veinte u ochenta años. Profese el cristianismo o el judaísmo.

 


Pero, hay más leña en la chimenea. Resulta que somos las personas las que excluimos a los humanos que nos parecen frágiles o tienen arrugas o canas. Cuántas veces oímos a jóvenes decir: «Esa yaya se viste con jeans porque quiere parecer joven». «Ese anciano en vez de ir a la oficina debería quedarse en casa y dejar su trabajo a los jóvenes». Por ejemplo. Aunque, los más crueles suelen ser los mayores pasivos que murmuran cuándo un/a 60+ sigue en un puesto relevante o cuando está de mejor ver que uno de treinta.

 


Señores y señoras de todos los lugares del universo conocido y de aquél que está por conocer, si trabajáramos con la tecnología y elimináramos las etiquetas, la civilización podría fortalecerse. Pero, si nuestros hábitos se estancan, estamos perdidos.

 


Por suerte, los senexcelentes estamos conectados de alguna forma y lo que antes se tachaba de locura, ahora es algo normal: podemos hacer lo que nuestro cuerpo y nuestro pensamiento, nos demande. El tópico: «De los cuarenta para arriba no te mojes la barriga». Es de los pocos proverbios del sabio refranero español, desacertado. Lo cambio por: «Mójate la barriga siempre que el cuerpo te lo pida y a cualquier edad».

 


©Anna Genovés con la IA Gemini 

Cinco de enero de 2025

 






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El retrato de Paulin

Basado en hechos reales

 

 

Mimbre sibarita

vendida por un puñado de dólares

no llores, la vida es la vida

 



A finales de los 80 las vidas de Zoé y Paulin se cruzaron para siempre. Nada tenían que ver la una con la otra. La primera, treintañera, trabajaba de dependienta en una perfumería. Tenía una imaginación desbordante y miles de escritos en los cajones. La segunda, había consumido medio siglo de vida. Era toda una señorona pija venida a menos; casada con un militar y madre tardía. Coincidencias de la vida: ambas veraneaban en un pueblecito turístico del Mediterráneo. Eran bastante reservadas y se habían hecho amigas.

 


***

 


Zoé y Paulin paseaban bajo un cielo índigo con destellos corales. La Luna estaba plena y habían caminado más que otras noches. Pero esa velada estaba llamada a ser especial. En la última cuesta de la caminata, Paulin le contó a su amiga, que había leído sus relatos.

 


—Zoé ¡escribes de maravilla! —exclamó Paulin—. Deberías emplearte a fondo: lo vales, niña.

—Paulin ¿te estás quedando conmigo?

—Pues… ¡va a ser que no! Y para que me creas, voy a contarte una historia.

—¿De verdad?

—Bueno… más que una historia, es mi autobiografía. Puedes hacer con ella lo que te plazca.

—Paulin no sé qué decirte —Zoé se mordió el labio inferior, insegura.

—¿Quieres o no…? Te prevengo que es bastante dura.

—¡Ufff!!!

—Venga Dña. Insegura. ¿Sí o no? —apremió Paulin.

—Está bien. Cuéntamela. Ahora, no tengo ni idea qué haré con ella. Tal vez, deberías enviársela a un editor o a un agente literario…

—Te la quiero contar a ti. No estás obligada a divulgarla. Si lo haces, puedes mezclar la realidad con la ficción, a tu gusto…

—¡Adelante! Soy toda oídos —terminó por decir la escribidora amateur con los ojos iluminados por una ráfaga de luz genuina.

—Sabes que soy canaria, ¿verdad? —dijo Paulin.

—Claro.

—Allí conocí a mi Salvador. Ahora está para pocas roscas. Pero entonces era un coronel del Ejército de Tierra muy guapetón. Tenía cuarenta y ocho años. Yo era una chavalilla de ná… y él, ¡tan apuesto! Tostado por el sol, y con esos ojazos verde mar y esa mata de cabello negra —recordó Paulin, mirando el cielo.

—Es un hombre atractivo —aseveró Zoé.

—Tú siempre dulcificando la realidad. Dirás, un anciano de buen ver.

—Bueno, yo no quería… —Zoé se puso roja.

—Gracias, pero… Al pan, pan. Y al vino, vino.

—Dejémoslo en un hombre con encanto.

—Eso también lo tenía: iba siempre de punta en blanco. A mí, que vivía en los suburbios de Las Palmas de Gran Canaria, me pareció el príncipe de todos los cuentos de hadas que había leído.

—Tú, ¿en los suburbios? No me lo puedo creer.

—Pues eso no es nada.

Zoé levantó una ceja y dijo:

—En fin, que fue amor a primera vista.

—Más o menos… —contestó Paulin moviendo la cabeza.

—¿Cómo os hicisteis novios? Disculpa, no quiero entrometerme.

 —Nada de disculparte. Necesito explayarme. Y esa Luna, que nos sigue a todas partes, me está animando a hablar.

Por unos instantes, el rostro de Paulin se llenó de lágrimas. Pero tras un respiro, continuó su relato.

—Era menor de edad y pobre. Tanto que, para estudiar bachillerato, me ganaba la vida haciendo favores a ciertos señores adinerados. Les gustaba a todos —Paulin miró a Zoé de reojo; a la chica se le había quedado cara de tonta. Pero salió del apuro.

—Paulin… 

—Confío en ti chiquilla —Zoé la abrazó.

—Gracias.

 —Verás, en Canarias hace treinta y tantos años, no se vivía igual que en la península. Todo era como un sucedáneo de la verdadera España. Con el boom del turismo, la mayoría de muchachitas que deseaban prosperar se dedicaban a vender su cuerpo para ahorrar unas perras y salir hacia la península.

 —No tenía ni idea —indicó Zoé.

 —La vida es injusta. El caso es que nos aliamos cinco jovencitas (entre ellas, yo) hambrientas y con ganas de salir del fango, decididas a trabajar en un… —Paulin se quedó pensativa—. En un burdel.

—Sí. La vida es injusta. Tienes razón. Cada cual hace lo que puede para sobrevivir.

—¡Ya te digo! Que decís ahora.

—Tómate un respiro.

—Necesito hablar…

 


La mirada de Paulin se perdió entre los abetos que las flanqueaban. Y allí se quedó mientras seguía confesándose.

 


—Mis amigas y yo —prosiguió Paulin con un respingo para no lloriquear— comprendimos que el negocio no estaba en brindarse a cualquiera que pasara. Teníamos que ser amable con los mandos: ellos si podían salvarnos. Trazamos un plan para movernos con asiduidad por los locales más refinados del sector. Al poco tiempo, la suerte hizo que un capitán se fijase en nosotras. Él nos presentó a otros oficiales, y uno de ellos, nos invitó a su apartamento en el barrio más chic de la capital canaria.

—Un pisito para los guateques.

—Exacto. Una casa de citas con mucho glamour.

—Mejor allí que a la intemperie.

—En poco tiempo, nos convertimos en las chicas de alterne de los próceres militares. Retiradas de las calles, vestimos con elegancia y contentamos a los caballeros que acudían a las fiestas privadas.

—Debió ser muy duro para vosotras —insinuó Zoé.

—Duro y lucrativo. Cincuenta por ciento para cada parte. Nadie nos obligó y nadie nos trató mal. Eso hay que tenerlo en cuenta.

—Me parece una postura muy inteligente.

—Sabía que me entenderías por eso quise que fueras mi cicerone —Paulin cogió del brazo a Zoé y prosiguieron su caminata.

—Ciertamente, me estás dando material para una novela —dijo Zoé.

—Apunta en tu memoria lo que escuches… ¿Quién sabe?

 


Paulin le contó a Zoé que, a partir de ese día, las cinco amigas llevaron una doble vida: por la mañana iban al instituto, y por la tarde a comprarse alguna que otra prenda asequible y refinada con la que vestirse por la noche. Las confesiones de Paulin fueron tan íntimas que Zoé se devanaba los sesos cavilando en los millones de niñas, que, por uno u otro motivo, ejercían el oficio más antiguo de la historia. Tanta información, le produjo una cierta ansiedad. Repasaba y escribía, una y otra vez, todo cuanto había oído. Amén, de dejar volar su imaginación con otras tantas apuestas. Días antes de finalizar las vacaciones, Paulin fue a enseñarle unas fotografías a media tarde.


 

—Hola Paulin. ¡Vaya sorpresa me has dado!

—Hola querida —Paulin le dio un beso en la mejilla—. Como te he contado tantas cosas quiero enseñarte unas fotografías.

—¡Qué bien! —contestó Zoé animada. Paulin sacó un álbum de piel marrón y lo dejó sobre la mesa. Lo abrió.

—A ver. A ver… —dijo Zoé.

—Mira, esta es la primera foto que nos hicimos Salvador y yo juntos. Estábamos en el paseo de la Playa de las Canteras —Paulin, esbozó una sonrisa—. Pero antes, te contaré qué sucedió la primera vez que nos vimos. ¿Qué te parece?

—¡Total!

—Fue en una party. Salvador estaba observándome. Y, ¡cómo me miraba! Fíjate que hasta me ruboricé —señaló Paulin. Zoé abrió los ojos como platos—. Minutos más tarde, el anfitrión hizo que me reuniera con él. Don Salvador (así me indicaron que le llamara) me invitó a una copa y después pasamos a una habitación especial. Hablamos de nuestras vidas. La mía sólo tenía escritas unas cuantas páginas. Pero el flamante coronel, llevaba varios libros. Lo habían destinado a las Palmas de Gran Canaria desde Indochina, donde se había adiestrado con tropas francesas y americanas. 

—¿Qué me dices?

—Lo que oyes Zoé. Te has quedado muerta, ¿eh?

—No es para menos.

—¡Qué poco sabes de la vida! A mí no me extrañó porque estaba acostumbrada a que los altos mandos me contaran sus hazañas.

—Lógico.

—La primera cita acabó tal cual. D. Salvador pagó por mi compañía y añadió un extra más que razonable. Desde esa tarde, acudió a todas las reuniones. Estuvimos muchos meses conociéndonos. Mi esposo, por aquel entonces, necesitaba a una confidente más que a una señorita de alterne.

—Has tenido una vida muy intensa, querida amiga.

—No puedo quejarme. En esta fotografía estábamos con unos amigos…

 


Las confidentes pasaron la tarde observando imágenes de un pasado fascinante y desconocido para Zoé. Paulin resplandecía cuando las mostraba. Era una mujer madura muy atractiva; pero de joven había sido un ángel. Alta y esbelta, de caderas redondeadas y pechos bondadosos. Ojos grises, melena dorada y labios carnosos. Un bombón. Su esposo, un apuesto caballero de porte gallardo e impecable apariencia. A Zoé, el hecho que D. Salvador hubiera llegado a Indochina en 1946 como un flamante comandante amigo íntimo de Serrano Suñer, del General Valera y del General Franco, al mando de parte del ejército Nacional: le pareció un filón novelesco de 24 quilates, aunque era contraria al universo fascista en el que estaba sumergida la historia. Por la noche, siguieron hablando bajo un firmamento cristalino con pinceladas albas. 



—Conoces casi toda mi vida —dijo Paulin—. Pero, tengo que contarte cómo un militar brillante pasó a casarse con una mujer de la calle.

—No digas eso Paulin.

—No me avergüenzo. He tenido demasiados años para hacerlo. Y eso es lo que era.

—Tú mandas.

—Pasado un tiempo, Salvador y yo intimidamos.

—Es obvio.

—La cosa comenzó como quien no quiere nada. Sin embargo, un día, Salvador, consintió que le tuteara en el pisito. Y poco después, me sacó a pasear. Me convertí en su amante. Con ello gané mayor solvencia económica, y, lo que es más importante, dejé de estar con otros hombres. Diez años más tarde, se convirtió en General de Brigada de la región militar de Baleares. Yo me había refinado mucho. Chapurreaba inglés, francés y alemán. Finalmente, entré en la Universidad de adultos y me licencié en filología inglesa.

—Vaya… nunca dejarás de sorprenderme.

—Puede ser. Salvador quiso que me fuera con él. En un principio, le di calabazas. Él era muy tenaz e iba a verme siempre que podía. Me regalaba joyas; me invitaba a los mejores restaurantes. Al final, me trasladé a las Baleares.

—Pero… —intervino Zoé.

—Llegado ese punto, quise más. Fue una temporada maravillosa, nos codeábamos con la jet de medio mundo. Mallorca es la residencia de verano de muchos aristócratas

—Y de la realeza —dijo Zoé.

—Por supuesto. Con ellos también coincidimos en varias recepciones. El caso es que Salvador siguió ascendiendo y cuando lo trasladaron a Valencia como General de División de la tercera región militar, me pidió matrimonio. Yo ya tenía mis añitos…

—Pero tu docilidad había dado sus frutos.

—¡Y tanto! Me compró un piso de más de doscientos metros en la Plaza de Cánovas del Castillo. Tenía tres empleadas del hogar. Y cuando nacieron los niños, no les faltaron tatas.

—¿Un cuento de hadas?

—Aparentemente…

—¿Cómo?

—Salvador perdió el interés. Se pasaba el día en Capitanía General. Regresaba a casa, con el buche lleno y el cuerpo impregnado de Coco Chanel…

—Paulin…

—Hija mía, siempre pasa lo mismo. Los hombres son polígamos. Recuérdalo toda la vida y no fantasees con príncipes azules: no existen

—¿Seguro?

—¿Quién mejor que yo podría saberlo? Disfruta todo lo que puedas.

—¿Puedo hacerte una pregunta?

—Lo que quieras.

—¿Y qué pasó con tanta bonanza?

—No tiene que ver con lo que te he contado; quizá sea demasiado íntimo. Bueno, ¡qué más da! Lo comprenderás enseguida. Cuando falleció el Generalísimo, Salvador se opuso a la política que emprendió el Rey Juan Carlos. De inmediato, lo degradaron a comandante de la Reserva –una escala muy inferior—. Chiquilla, todo se vino abajo. La rumorología apuntó a mis orígenes y los amigos nos dieron de lado. Tuvimos que vender el piso, despedir al servicio… Y aquí estoy.

—Con trabajadores de clase media.

—Aún tengo demasiado. Nací en la calle y los orígenes nunca hay que olvidarlos.

—Tienes razón.

—Puertas que se abren y se cierran. Pero, ¿sabes qué?

—Tú dirás.

—¡Que me quiten lo bailao! —sentenció Paulin con alegría.

Esa fue la última noche que Zoé y Paulin se vieron. Finalizaron las vacaciones. Y días más tarde, el chalé de Paulin se vendió.

 


***

 


En 2015 Zoé se había convertido en una escritora afamada. Una mujer elegante e independiente. Su novela, El retrato de Paulin, había ganado un concurso literario de prestigio. La flamante escritora estaba en pleno periplo publicitario. Llenaba librerías, grandes almacenes, Ferias del Libro. Estaba firmando volúmenes con una cola interminable de fans cuando se acercó una lectora en silla de ruedas. Ella se dispuso a dedicarle el ejemplar. Cariñosa.

 


—¿Cómo se llama, por favor? —preguntó con una sonrisa.

—Paulin. Me llamo Paulin —contestó la anciana.

 


Sus miradas se abrazaron en el aire denso que las rodeaba; nunca volvieron a separase.

 


© Anna Genovés

Revisado el 28 de noviembre de 2022

Imagen tomada de la red

Dedicado a una amiga muy querida


 *Relato incluido en el libro de relatos La caja pública. Asiento propiedad intelectual 09/2015/427. Disponible en formato papel en Amazon. ISBN-10‏: ‎ 1502468433 ISBN-13‏: ‎ 978-1502468437

 

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El retrato de Paulin

by on 18:18:00
El retrato de Paulin Basado en hechos reales     Mimbre sibarita vendida por un puñado de dólares no llores, la vida es la vida   A finales ...




Entrevista en Radio Voces Unidas

Esta es la primera entrevista radiofónica que me han hecho. Estoy realmente agradecida a Divin@s Lectoras FB y a sus administradoras. Igualmente a todo el equipo de Radio Voces Unidas, y, por supuesto, a  la conductora del programa La hora romántica: Cecilia Pérez.



Estaba muy nerviosa; atacada como una quinceañera cuando ve a su príncipe. Por casi no digo nada sustancial. Natural como la vida misma: Genovés es así.


Ciertamente se me han olvidado muchas cosas… Por ejemplo, cuando digo que escribo desde la infancia es cierto. Pero debería añadir que lo hago de forma algo más profesional desde hace tan solo tres años.

El mes pasado, sin ir más lejos, me sucedió algo muy hermoso que corrobora lo primero. Veréis, se puso en contacto conmigo una amiga de la infancia, una vecina. Nacimos con unos meses de diferencia en la misma calle. Entre otras cosas, me dijo lo siguiente:

–Hola Anna, soy Mª Amparo. ¿Te acuerdas de mí?

–¿Cómo no, Mª Amparo? Eras una de mis mejores amigas.

–Verás, he encontrado tus libros en Amazon. ¡Menuda sorpresa!

–Muchas gracias. Ahora, están de 'promo'. Puedes descargártelos completamente gratis. Si te apetece, claro.

–Ya he leído uno. No es el estilo que acostumbro a leer: para mí es muy atrevido. Pero me ha gustado. Desde luego, sigues con la misma imaginación que cuando éramos niñas. Recuerdo que de muy chiquitas, siempre ibas con una libretita y un lápiz apuntando las historias que te inventabas. Años después, el lapicero se convirtió en un bolígrafo Bic de punta fina, y seguiste haciendo lo mismo. Llevabas tu libreta allá donde ibas...

Fue tan entrañable como emotivo.

Gracias a todos.

©Anna Genovés








Amy Winehouse - Love is a Losing Game (Subtitulos al español)

 






This is a true story

Entrevista por chat

Estoy en un grupo de wasap con diferentes amigas y/o conocidas, algunas tan solo de vista... Y a razón de la última entrevista que me hizo el diario El cotidiano me sugirieron hacerme algunas preguntas por chat; contesté que me parecía una buena idea. Aquí tenéis el resultado y a mis chicas: ellas son las protagonistas. Gracias a todas.



Sofía (fisioterapeuta) pregunta: Has insinuado que tu novela preferida es Las cicatrices mudas. ¿Se trata de una estrategia de promoción?
Nada de eso. Soy consciente de lo que escribo y conozco los errores de mis novelas... Puedo asegurarte que la trama más envolvente pertenece a Las cicatrices mudas. Amén, que una se ha curtido y, tanto diálogos como descripciones de los lugares que visita su protagonista Vera Carmona están escritos a conciencia. Creo que los datos de los personajes en la ‘previus’ enganchan de lleno. Por otro lado, las tramas están perfectamente trenzadas con diversos flashback que te mantienen alerta en todo momento y disfruta de un colofón totalmente inesperado. Dicho de otro modo: el broche final es genuino.

Luisa (ama de casa) pregunta: Voy a serte sincera, todavía no he leído nada tuyo, aunque me pica la curiosidad... ¿te atreverías a recitarnos alguno de tus poemas o quizás a leernos algunas páginas de tus novelas?
Me has pillado, Luisa. Creo que si lo hiciera nunca me leerías... Soy, muy, pero que muy mala leyendo en público. Es cuestión de timidez. No lo descarto. La presentación de la novela corta que publiqué en una editorial salió a pedir de boca. Solo tengo que prepararme, anímicamente, a conciencia. Vosotras pedir que, yo tomo nota, y un día de estos quedamos. Y, ¿por qué no? Leo todo lo que haga falta para tenerte entre mis filas.


Mar (personal shopper) pregunta: Tus libros únicamente se venden por Amazon y es un poco incómodo comprarlos. ¿No te has planteado volver a una editorial...?
Pues… ¿qué quieres que te diga? Entiendo que para las personas acostumbradas a ir a una librería les suceda lo que me comentas... En mi caso, lo de la editorial, no funcionó. No repetiría. Tampoco quiero desanimar a nadie. A la mayoría de autores les va de maravilla. Debo ser una rara avis.

El principio con Amazon fue bastante duro. Sobre todo a la hora de cumplimentar los documentos necesarios para poder ‘autopublicarme’ en la plataforma. Gracias a la blogosfera y a diversos vídeos de Youtube pude hacerlo. Ahora estoy encantada pese a lo duro que es hacértelo todo sin ayuda de nadie y con unos beneficios paupérrimos. Creo que ‘autopublicarse’ en esta mega plataforma es una inversión a largo plazo. Si estás interesado en alguno de mis títulos y no tienes acceso a Internet o careces de cuenta en Amazon, te lo pongo fácil: me ofrezco como mediadora; ponte en contacto conmigo, y hablamos. 



María (modista) pregunta: Tengo entendido que Amazon tiene servicios editoriales profesionales. ¿Los utilizas?
Amazon dispone de servicios editoriales, diseñadores, publicistas expertos y un largo etc... Los diviso a menudo porque me los envían por email. Personalmente, no puedo decirte ni la calidad ni el coste de los mismos: nunca los he usado. Conociéndolos, seguro que son muy eficientes.

Si en algún momento de mi vida aumentaran las finanzas, posiblemente, preguntaría por los mismos. Y los emplearía una vez evaluados. Ciertamente, escribir, releer, modificar, maquetar, diseñar portadas y promocionar, a menudo, me supera. A fecha de hoy es lo que hay.

Paqui (auxiliar de clínica) pregunta: ¿Has estado en algún certamen literario de novela negra?
Jamás. Nunca he presentado una novela negra a concurso y tampoco me han invitado como autora. He de confesarte que mantuve varios correos con los organizadores de Valencia Negra. Al final, todo quedó en aguas de borrajas... Soy una escribidora del montón. Además, no escribo solamente Noir. ¿Qué puedo esperar? Eso sí. Me gustaría descubrir en primera persona, si los escritores del género son tan guais como dicen.


Mercedes (encargada) pregunta: He visto que estás al día con la era digital. ¿Qué opinas de la red?
Creo que Internet es el arma más poderosa que existe. ¿Quieres conocer a alguien o darte a conocer…? Ábrete un perfil en las redes sociales más importantes y riega las plantas a diario. La red es lo más parecido a los ídolos de tiempos pretéritos: logra divinizarte o destruirte. Asimismo puedes conocer o incluso hacer amistad con personas interesantes.

He de confesarte, que me gustaría, que los días fueran más largos para dedicarle más tiempo a las redes sociales. Hago lo que buenamente puedo... de verdad.

Amparo (monitora de gimnasia) pregunta: ¿Estás de acuerdo con la piratería? ¿Opinas que es una manera de que la cultura llegue a más personas?
Debería decir que estoy totalmente en desacuerdo. No obstante, una sabe, lo que es llevar la ropa interior agujereada. Por lo tanto, no puedo juzgar a quien busca en la red lo que necesita y no puede comprar físicamente. Sobre todo cuando se trata de cultura.

Creo que es una forma de acercar la cultura a lugares de difícil acceso y a personas de economía paupérrima. Por desgracia, en ocasiones hay grupos sociales que apenas poseen dinero para alimentos, y sin embargo tienen a su alcance una conexión de Internet. Todo tiene partes positivas y negativas. ¿Qué se le va a hacer? Ya lo dice el refrán: «Para ganar, primero hay que perder». He localizado algunos de mis trabajos en descargas gratuitas, y lo comprendo... Hay una serie: Mr. Robot –que habla de la piratería en general—, que me dejó muy buen sabor de boca. La recomiendo.


Marilín (directora de eventos) pregunta: ¿Qué opinas de la telebasura?
Si te digo que nunca he visto Gran Hermano, por ejemplo. ¿Te lo creerías? Pues es cierto. No soy contraria a que millones de personas sean consumidores de esa propuesta: cada uno, con su vida puede hacer lo que le venga en gana, siempre que no perjudique al vecino. Pienso que debe entretenerles, nada más. Ahora, yo no los veo.


Vanesa (arquitecto) pregunta: Anna soy una de tus fans. Después de leer Tinta amarga y Las cicatrices mudas me gustaría que la historia continuara... ¿Tienes pensado una tercera entrega de thriller neo-noir con Vera Carmona a la cabeza?
Ciertamente le he cogido un cariño especial, a esa femme fatale sevillana con corazón de titanio y alma intrépida llamada, Vera Carmona. Pero, en realidad, no tengo claro si darle más cuerda o dejar de saltar con ella. Estoy en un momento vital en el que no sé hacia dónde tirar. Desconozco si seguiré escribiendo thriller policíaco o novela histórica. Quizás combine los géneros... O me dedique en cuerpo y alma, a la poesía. También existe otra opción: que lo deje todo.

Cuando dije estas palabras, mis amigas enmudecieron.


Detalles del thriller neo-noir Las cicatrices mudas
Versión eBook y papel: 310 páginas llenas de adrenalina
Editor: C.S. I. Publishi Platform; Edición: 1 (31/08/2015)                  
Colección: Thriller neonoir
Idioma: Español
ISBN-10: 1517129850
ISBN-13: 978-1517129859
ASIN: B014OGOI3K

Enlace e-book (lectura gratuita de los primeros capítulos) Las cicatrices mudas

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©Anna Genovés
22/11/2015

P.D. Si te apetece hacerme alguna pregunta sobre el tema, los comentarios están abiertos. Contestaré. Gracias.

Jeff Buckley - Forget Her (Subtitulada)


Entrevista por chat

by on 14:41:00
This is a true story Entrevista por chat Estoy en un grupo de wasap con diferentes amigas y/o conocidas, algunas tan solo...