La Venus cibernética
Perfecta, armónica
sin defectos ni virtudes
sin alma que la cobije
ni fe amatoria
—¡Oh ¡¿Ya tengo qué levantarme?
Si acabo de acostarme —dice Venus desperezándose.
—Hace once horas que llegaste a
casa. Tras inyectarte the synthetic drug que elegiste, caíste en un sueño
profundo —contesta una voz estática.
—Ya sabes que ayer tuve un
congreso de ciber-genética que duró más de cinco horas. Después, no pude eludir
la cena de gala y la posterior fiesta; estaban todas las personalidades
relevantes del Universo: los ancianos de Marte, los tricéfalos de Mercurio, los
labios eternos de Plutón… En fin, todos. Hasta el faraón de la Galaxia más
alejada del sistema solar. No podía escabullirme. Por eso estoy tan cansada.
Tenías que haberme dejado dormir más tiempo. Sabes que no soy persona si no
duermo doce horas de un tirón.
—Los siento, Venus. Conozco tus
necesidades. Pero han llamado del centro de control Criogenético: hay un
problema en el tanque H2030-443J.
—Vaya, vaya, vaya… No sé qué
sucedió ese año con el nitrógeno líquido utilizado para el sueño eterno. Todos
están dando problemas. En fin. ¿Cuánto tiempo tengo?
—Un monolicóctero teledirigido
vendrá a recogerte en treinta y cinco minutos.
—Bien. Pues manos a la obra. Lo
primero es quítame esta resaca de LSD3001 químico que introduje en mi organismo
para llegar a una complacencia extrema. Por cierto, gracias por tu
recomendación. Es buenísimo.
—De nada, sólo cumplo con mi
trabajo. Como te dije el LSD3301 químico es extraordinario: la mejor droga
sintetizada hasta la fecha porque…
—Computadora Q3003 no me repitas
sus cualidades que ya me las explicaste anoche; sé que he llegado a la fase REM
del sueño un segundo después de cerrar los ojos y que mis fantasías han sido
tan gozosas como cuando estaba en el útero biónico del laboratorio.
—Disculpa, Venus. ¿Qué necesitas?
—Te pediría que preparases a
alguno de mis clones, pero… esta vez iré yo y necesito la perfección.
—Puedo oxigenarte aquí mismo,
aunque preferiría que pasaras por el ionizador catódico.
—Traslada a mi dormitorio un
holograma programado, no tengo ganas de levantarme. Así realizaremos todas las
funciones en una sola sesión.
La estancia se impregna de una
nebulosa con diminutos brillantes que cristalizan en el habitáculo adaptándose
a su perímetro. Venus ordena la operación de regeneración celular completa.
—Cápsula hiperbárica en función absolute
perfection.
Un sonido aerostático y sedoso,
atraviesa la estancia cibernética en la que Venus se encuentra descansando. Un
minuto más tarde, un tubular flexible se acopla a sus voluptuosos labios fresados;
el recinto se llena de un líquido acuoso transparente que rehace la totalidad
de su organismo.
En un instante onírico, su organismo
recubierto adquiere la belleza natural de un cuerpo modelado en el Olimpo de la
perfección droide.
Media hora después, un monolicóctero
teledirigido desde la central de clones Eternitys, la espera en el dintel del
tejado acrílico de su cueva de titanio. Venus entra cual flor recién nacida
entre diamantes.
No utilizar a sus clones ha sido
un acierto porque cuando llega a la central los trabajadores no imaginan que,
en realidad, es la jefa. Piensan que, en su egocentrismo inmaculado, ha creado un
nuevo clon y se muestran relajados y sinceros. Ella les sigue el juego y, a los
pocos minutos comprende que el error no ha sido de las cápsulas criogénicas,
sino de la incompetencia de alguno de los humanos que trabajan para ella.
Cuando lo descubre, no se lo piensa dos veces y los ejecuta con los láseres de
última generación que expulsan sus índices.
Venus es tan hermosa como letal. El
primer droide nacido en un útero biónico con facultades clónicas. Engendrada sin
sentimientos ni remordimientos. Los clones humanos resultaron tan infantiles como
sus originales y por eso la crearon a ella.
Nada de… Amando, dando y
perdonando –que, además tiene demasiados gerundios—. El que la hace, la paga. Se
dice a sí misma cuando aplica su ley.
© Anna Genovés
Revisado el tres de octubre de 2023
Imagen tomada de la red
*Relato incluido en el
libro de relatos La caja pública. Asiento propiedad intelectual 09/2015/427.
Disponible en formato papel en Amazon. ISBN-10: 1502468433 ISBN-13: 978-1502468437
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La Venus cibernética
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Siah es una jumper que viaja a
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SIAH.
El ojo de Dios
Anna Genovés
Derechos de autor ©
2020 Anna Genovés
Todos los derechos
reservados a su autora
Ninguna parte de este
libro puede ser reproducida ni almacenada en un
sistema de
recuperación, ni transmitida de cualquier forma o por cualquier
medio, electrónico, o
de fotocopia, grabación o de cualquier otro modo, sin
el permiso expreso
del editor.
Diseño portado: Anna
Genovés mediante Cover Creator
Imagen de fondo
cedida por el profesor Simon Williamson
INTRODUCCIÓN
Posterior al fenómeno
meteorológico que cubrió Israel en febrero de 2020, el satélite SPOT almacenó
varias imágenes peculiares sobre el montículo arqueológico de la mítica ciudad
de Jericó: una huella gigantesca con forma de laberinto unicursal y un ojo
central. El mismo rastro se recogió en siete puntos diferentes del planeta.
LIBRO PRIMERO
Origen
San Benito 1988 d.C.
Frente al humilde altar de la
iglesia de San Benito de Carabanchel, una pareja de jóvenes se une en
matrimonio. Los rayos de sol irrumpen por la cúpula acristalada. En el momento
de la Comunión un coro ataviado con togas largas, canta el Ave María de J. S.
Bach acompañado por las suaves notas de un órgano de pared.
La parroquia está casi vacía. En
la parte derecha, un grupo de mujeres acicaladas con prendas foscas y acusada fisonomía
calé escucha la homilía. Detrás, tres bancadas llenas de hombres agitanados con
algunos mozalbetes; llevan trajes desparejados y excesivamente usados. Al otro
lado, un quinteto de parejas jóvenes con críos pequeños. En el último asiento,
una dama de mediana edad y cabello blondo –recogido en un rodete italiano— con
un Chanel tostado y un collar de perlas finas, observa desde la lejanía. Su
rostro está rígido y su silueta estilizada como las bailarinas, envarada:
barbilla alta y boca apretada. Se nota que está en la ceremonia por obligación.
Resignada a ver aquello que detesta.
Un bebé irrumpe a llorar justo
cuando el sacerdote se dirige a los novios, copón bendito en las manos para
darles la Hostia Consagrada. El hombre mira hacia el banco, pero en vez de reprochar
los chillidos del pequeño, sonríe.
–Sus sollozos son vida, hijos
míos. No le hagas callar Mari Luz –sugiere mirando a la mamá—. Dios habita en
su inocencia.
–Como usted mande padre Manuel
–contesta la jovencísima madre de tez oscura y apariencia romaní.
La liturgia prosigue ante la
congregación del distrito más pobre de Carabanchel –Pan Bendito— tutelada por
el padre Manuel; un hombre consagrado al sacerdocio y a sus feligreses.
La iglesia, ubicada en la Calle
Besolla 7, es el enclave de evangelización desde que abrió sus puertas en 1963.
Diez años después de que la familia de Lourdes Green –la novia— se instalara en
uno de los barracones prefabricados desde su antigua chabola. Un lustro más
tarde, la familia adquirió una de las 656 viviendas cercanas al templo. Calés
que convivían con los gitanos de forma respetuosa y afectiva.
Los Green provenían de un clan sefardí anclado en Castilla que llegaron al extrarradio de la capital en la segunda oleada migratoria de agricultores que marcharon de los campos a las ciudades tras la Guerra Civil y la Posguerra. El cabeza de familia se empleó como albañil y su mujer se dedicó a las composturas. Por extraño que parezca para la época, solo tuvieron una hija. Su llegada fue tan esperada que la bautizaron con el nombre de Lourdes. Una niña que creció entre agujas, hilos y telas. Era lógico que su madre le enseñara todos los secretos de las buenas modistas. Pero, por mucho que le pusieran un nombre milagroso, su sino estaba marcado por la fatalidad. Recién cumplida la mayoría de edad, sus padres perecieron en un accidente ferroviario. Aunque le llevó varios meses aclimatarse a su nueva vida, por suerte, tuvo al padre Manuel a su lado. Él llevó a cabo los trámites necesarios para que la herencia beneficiara a su protegida. Visitó las casas en las que su madre cosía e hizo que la joven se hiciera cargo de toda la clientela. Familias adineradas que la acogieron con agrado; confiaron en esa pobre huérfana que zurcía como los ángeles y era educada. La muchacha tenía un futuro prometedor, había heredado el piso de Carabanchel y recogido los clientes de su madre.
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Dice el refrán que… «Renovarse
o morir».
Amigos, he cambiado las portadas de todos los libros que tengo publicados hasta
ahora en Amazon –a excepción de SIAH que acaba de salir.
Os animo a que echéis un vistazo,
os he dejado las sinopsis y los enlaces directos de Amazon donde están disponibles
tanto en formato Kindle como en papel. Incluyo los booktrailers de algunos. Espero
que los cambios os motiven a leer las primeras página de lectura gratuita.
El listado aparece desde la publicación más moderna hasta Tinta amarga, la primera novela que apareció en la plataforma en 2014.
Sinopsis
Dioses antiguos, enigmas del pasado, héroes y villanos del Antiguo Testamento y personajes ficticios se dan cita en esta narración estructurada en tres libros: Origen, conocimiento y trasposición, donde la historia se torna ciencia ficción y convierte el presente en el escenario central de un multiverso cuántico.
Siah es una niña de ascendencia hebrea que vive en Carabanchel y crece rodeada de delincuencia. Precoz, inteligente y descreída, posee un sixth sense que la perturba y la arrastra a la drogadicción. Convertida en politóxica sus visiones se transforman en pesadillas enigmáticas que la empujarán al precipicio. Su vida dará un giro radical gracias a la ayuda económica de su familia. En su nuevo hogar emprenderá una vida completamente distinta en la que retoma los estudios y se inhibe de los perjuicios que conlleva ser lesbiana.
Tras una década de lucha, logra licenciarse en filología hebrea y se desplaza a Israel para terminar su tesis doctoral. En Tel-Aviv, Doron Leví –hermano de su tutora y jefe de la mayoría de excavaciones del país—, le propone trasladarse a Jerusalén para trabajar a su lado como traductora de lenguas muertas. Los primeros manuscritos que caen en sus manos, despiertan su yo interno. Hecho que desarrolla sus capacidades perceptivas y la trasportan a las escenas que visualiza.
A medida que se adentra en su trabajo asimilará su condición de jumper. Desde ese instante, descifrará papiros antiquísimos y vivirá en primera persona distintos pasajes del AT en el que personajes del linaje davídico le revelarán diferentes enigmas del pasado. Su existencia se convertirá en una duplicidad simultánea en el que el tiempo desaparece y cuya finalidad será conocer la verdadera naturaleza de Dios y el porqué de su existencia.
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Libros publicados
Me dijeron
Me dijeron que la vida era rosa,
eso me dijeron.
Que la luna brillaba en el cielo,
eso me dijeron.
Que sol calentaba, eso me dijeron.
Que la lluvia era agua, eso me
dijeron.
Pero, no. Se equivocaban.
Es un sueño dentro de una botella
plana. La vida es un caracol que se arrastra. A su paso deja baba, y sigue su camino,
sin prisa ni pausa. Sin habla.
La montaña se evapora y
solidifica el agua. Un pañuelo con una gota de sangre. Una manzana gacha. Un
árbol que crece hacia abajo. Y, entre las ramas, las piernas de los ahorcados,
bailan.
El tiempo ha pasado, los ojos
están huecos. No hay almas. El cinturón queda en el aire, denso, hecho jirones,
y los jirones matan.
No me olvides. No me ames. No
sigas a mi lado porque nunca ganas. Estoy un precipicio del que nadie se salva.
Estoy en la noche blanca. Mi cuerpo llora sangre. Mis venas son de hojalata.
Me dijeron que la vida era rosa,
eso me dijeron.
Que la luna brillaba en el cielo,
eso me dijeron.
Que sol calentaba, eso me
dijeron.
Que la lluvia era agua, eso me
dijeron.
Pero, no. Se equivocaban.
@Anna Genovés
Quince de agosto de 2020