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Reseña de Peores maneras de morir






Reseña de Peores maneras de morir, de Francisco González Ledesma




Conocer al autor









Francisco González Ledesma, nació en Barcelona, en 1927. La primera novela que escribió de la serie negra fue La ciudad sin tiempo, publicada en diez países y con más de 100.000 lectores.
 

En varias obras firma como Enrique Moriel: escritor y protagonista de la novela Sombras viejas, prohibida por el franquismo y recuperada recientemente por la editorial Destino.


Francisco González Ledesma se dedicó primero a la abogacía y después, al periodismo; fue redactor jefe de La Vanguardia.


También escribió bajo los seudónimos de Silver Kane, Taylor Nummy, Silvia Valdemar, Rosa Alcázar, Fernando Robles y Enrique Moriel.


Recibió el Premio Planeta 1984 por Crónica sentimental en rojo, protagonizada por el desengañado policía Méndez, hijo de los barrios bajos barceloneses y conocedor impío de los altos. La serie policiaca de Méndez, de éxito internacional, incluye El expediente Barcelona, Las calles de nuestros padres, La dama de Cachemira, Historia de Dios en una esquina, El pecado o algo parecido (Premio Dashiell Hammett 2003), Cinco mujeres y media y Una novela de barrio (Premio RBA 2007).


El Premio Pepe Carvalho 2005 reconoció su trayectoria como autor de novela negra. Asimismo, recibió el Premio Ciudad de Barcelona de Cine y el Premio Roda Ventura del Colegio de Abogados.



Resumen y sinopsis de Peores maneras de morir de Francisco González Ledesma








El asesinato de dos mujeres jóvenes, en un edificio a punto de ser derruido en el distrito barcelonés del Raval, alarma al inspector Méndez, que acude a lugar del siniestro antes que sus compañeros. Su olfato de perro viejo le hace descubrir el quid de la cuestión: una organización internacional de prostitución que trafica con mujeres de Europa del Este. Para ello, usará métodos poco ortodoxos. Barcelona ha cambiado y, por ende, sus formas de vida; sin embargo, este policía conocedor de personajes y personajillos de la misma, reniega de la modernez y sigue su camino sin pasar página.


Autor: Francisco González Ledesma


Título: Peores maneras de morir
Género: novela negra, intriga, terror
Editorial: Planeta
Año de edición: 2013
ISBN: 9788408034919
ISBN digital: 9788408051817
Idioma: español



Las novelas de Francisco González Ledesma son de las que dejan huella; quizá porque su escritura es purista; con esos puntos, esas comas o esos punto y coma que actualmente están en desuso y que son tan indispensables para los que, como yo, necesitamos aprender. Leer a este autor te deja un sabor a ese buen café que tanto apetece por las mañanas. Sobre todo, cuando describe a la Barcelona decadente que se resiste al cambio: castiza y única, donde la tradición se eterniza sin motivo aparente. Es el último volumen en el que aparece el inspector Méndez, conocido del género negro nacional como otros tantos personajes novelescos cotidianos.


Peores maneras de morir es una novela cruda, directa y reflexiva, donde autor/personaje coexisten como uno solo intérprete, como el tiempo que se esfuma en un reloj de arena imparable y esquizofrénico que habla con los muertos de todos los lugares que frecuenta… Méndez es un tipo mayor, amante de los vinos y de las mujeres de mal vivir. Solitario, chapado a la antigua, asiduo de tugurio y de barrios populares, con una cháchara invalida a la que pocos recurren. Pero él sigue con sus maneras huyendo de ese futuro incierto que le rodea.




Fragmento de la novela


«Y la niña de Hiroshima murió abrasada por la explosión de mil soles mientras hacía mariposas de papel, o intentaba hacerlas. Murió creyendo en una mentira, como al fin y al cabo nos han enseñado a creer a todos. Sépalo, Méndez, cada día inventamos muertes más horribles y al mismo tiempo más palabras de piedad, como si aún quisiéramos creer en algo que no fuese nuestra propia mentira. Yo sigo viviendo porque aún creo en ellas. No sé si lo ha pensado, Méndez, pero cuanto más cruel es la humanidad más falta hace la mentira de un poeta...»



El escritor, ducho en la materia, es capaz de crear una trama social amena y viva, con una pizca de ese gracejo que atrapa al lector. Pero a la vez, deja al descubierto una crítica social palpable en la humanidad de los protagonistas.  




Fragmento de la novela

«…Méndez entró en un bar de aspecto siniestro al que solo se atrevían a acceder los clientes con instinto suicida. Se sentó en la barra y pidió algo con el suficiente alcohol para neutralizar el universo protozoario del vaso. Charló con algunos habituales del local y sacó algunas conclusiones de gran calado cultural: que las prostitutas que ejercían en la zona lucían cada vez las caderas más anchas, que sus clientes tenían hombros más estrechos y que la relación puta-cliente había perdido el encanto de otras épocas, convirtiéndose en algo similar a pedir un menú en un McDonald´s...»



La trama de Peores maneras de morir gira alrededor de una banda de criminales que prostituyen a chicas eslavas a las que atraen con mentiras: captadas como futuras actrices, bailarinas o cantantes. La cruel realidad se ciñe una vez llegan a España; más concretamente a Barcelona. ¿Y qué hacen para iniciarlas en la prostitución? ¡Horror! Primero son violadas reiteradamente –hasta convertirlas en sumisas— por un elemento ciclópeo con unos atributos sexuales descomunales. Debo reconocer que cuando leía estas páginas sentía verdadero dolor. Sin embargo, también debo decir que, como reza el refrán: “Quien a hierro mata a hierro termina”. Sí. El autor, describe estas y otras secuencias minuciosamente. Del mismo modo, los criminales pagan por sus actos como gorrinos en la piara: de ahí el nombre de la historia. ¡Qué maneras tan horrendas de morir! ¡Por Dios! Por suerte, no todas las chicas son domadas.
 

El personaje principal es el inspector Méndez, un policía bastante especial a quien no se le confían casos importantes por pecar de ‘tomarse la justicia por su mano’. Y es que, este personaje casposo y entrañable, sabe al dedillo que La justicia es despótica en muchas ocasiones. Por este motivo, sabe ponerse en el lugar de las víctimas, y si se tercia, actuar como ellas lo harían si pudieran. Sus razonamientos están llenos de un realismo arrebatador



Fragmento de la novela


«Nunca he aspirado a un cargo y encima soy un policía que no cumple los reglamentos ni cree en las leyes. Si alguien ha violado a una mujer y la ha martirizado, o si alguien ha matado a un niño, yo no tengo piedad e incumplo la ley si es necesario. En los tribunales pasan tantas cosas que yo he llegado a creer en la norma de la calle, o sea, la justicia directa. No es el buen camino, desde luego, como tampoco es buen camino sentir piedad de un delincuente que empieza, mientras los grandes estafadores salen de la cárcel y encima conservan el dinero estafado. Bien… Por eso soy un policía con pasado, pero sin futuro...»


Las coprotagonistas de Peores maneras de morir son dos mujeres completamente opuestas: de un lado, Mónica Arrabal, una viuda de la clase alta barcelonesa. Y por el otro, Eva Ostrova, una joven ucraniana que logra fugarse de la organización criminal que la había persuadido para viajar a España, y que acabará con una vieja conocida del comisario –una mujer de la calle, retirada— que la recoge en su hogar. La vida de estas mujeres tan diferentes, se entrelazan desde el momento en que Méndez investiga a su manera...



Fragmento de la novela


«Las piernas que se juntan en el borde de la silla, las piernas que de repente cambian el color de la habitación con el tenue brillo de sus medias. Las piernas que se cruzan con elegancia, que tienen un relieve suave, que por sí solas trazan en el aire toda una teoría de la curva. Las piernas de una mujer que sabe sentarse, mostrar sus formas compactas, adivinar el borde de la falda, intuir un final donde hasta el aire se hace secreto. Méndez habría reconocido aquellas piernas por la suave línea de las rodillas, la longitud certera de los tobillos o el exceso tenso que se insinuaba en el nacimiento de los muslos, pero las habría reconocido sobre todo porque estaban grabadas en su imaginación de hombre solitario...»


Leer Peores maneras de morir de Ledesma es introducirse en el realismo sucio y casposo de la España postfranquista, en la que, si bien, no es bueno regocijarse, si es necesario conocer para saber el porqué de nuestro presente. El autor habla de bofetadas en los rostros de las mujeres, de putas que por vocación hacen la calle, de sintecho que deciden morir en el banco del parque, de bares llenos de humo, de eslavas sodomizada, de señoras bien –con tacones de aguja y medias de costura— espectaculares, y de crápulas despiadados.


Que nadie piense que el comisario Méndez es machista porque estará completamente equivocado; este policía cansado de la vida y con maneras de otros tiempos… Es un defensor a ultranza de las mujeres: un completo feminista. Las defiende, las protege, las ayuda o se deja ayudar por las mismas; de igual modo, no le importa trabajar con ellas de tú a tú. Puede tener pensamientos sensuales si está cerca de una hermosa dama, es lógico. Pero las respeta de los pies a la cabeza y se pondrá de su lado siempre que pueda, por encima de la ley.


En conclusión, recomiendo la lectura de esta u otra novela de este fructífero autor de pluma ágil y pulcra: un maestro de las letras sin lugar a dudas.




Fragmento de la novela



«Miró las dos casas en el silencio sideral de la noche. Antes, a aquella hora, siempre había bares abiertos que vendían una copa y mujeres de piernas largas que vendían a la vez una ilusión y una mentira, pero ahora no había más que sombras. Seguramente la izquierda había dado grandes libertades, pero había quitado todas las pequeñas libertades, incluso la de fumar. Sin mujeres y sin tabaco se vive más años, según el Boletín Oficial...»




Bibliografía relevante del autor



Como Francisco González Ledesma






Sombras viejas (1948), Premio Internacional de Novela
El mosquetero azul (1962)
Los Napoleones (1977)
Soldados (1985)
42 kilómetros de Compasión (1986)
Los símbolos (1987)
Cine Soledad (1993)
El adoquín azul (2002)
Tiempo de venganza (2003)
Historia de mis calles (2006)

Serie Méndez





Expediente Barcelona (1983)
Las calles de nuestros padres (1984)
Crónica sentimental en rojo (1984), Premio Planeta de Novela
La Dama de Cachemira (1986), Premio Mystère
Historia de Dios en una esquina (1991)
El pecado o algo parecido (2002), Premio Hammett
Cinco mujeres y media (2005), Premio Mystère
Méndez (2006)
Una novela de barrio (2007), Premio RBA de Novela Policiaca
No hay que morir dos veces (2009)
Peores maneras de morir (2013)




Como Rosa Alcázar






Dueña y señora (1957)
El lago de las vírgenes (1957)
Nuestra última noche (1957)
Prisión para corazones (1957)
Tan sólo una mujer (1957)
Tres pasos por el cielo (1957)
Un beso por compasión (1957)
Crecemos en nuestro amor (1958)
Desde que nos vimos (1958)
La segunda mujer (1958)
La vida de una mujer (1958)
Mi segundo amor (1958)
Nuestra tía Maribel (1958)
Un mundo para ti (1958)
La fugitiva (1959)
Las almas también lloran (1959)
Mi novio, el Marqués (1959)
Su último adiós (1959)
Vida (1959)
La chica del coche rojo (1960)
Las olvidadas (1960)
Tres hombres en la noche (1960)
Un hombre sin piedad (1960)
Un día para amar (1961)
Bonita y nada más (1963)
Enamorados sin amor   (1963)
Los tres destinos de Ketty (1963)
Prohibido enamorarse (1963)
Estrella del sur (1965)



Como Silver Kane






Rancho Drácula (1960)
Doscientos millones de muertos (1968)
Recuérdame al morir (2007)
La dama y el recuerdo (2010)



Como Enrique Moriel






La ciudad sin tiempo (2007)
El candidato de Dios (2008)


©Anna genovés

Revisado el catorce de junio de 2025

*En reconocimiento a este gran escritor español que tantas alegrías dejó a nuestros mayores y nosotros mismos.





 


Te lo prometí mamuchi

 

Las promesas se las lleva el viento

el corazón permanece alerta

 

Mi madre era una ávida lectora. Su escritora preferida era Agatha Christie: tenía la colección completa. Pasados los 75 años, le enseñé a manejar el ordenador. Un día le abrí uno de mis manuscritos –un tocho bien grueso que había escaneado página a página para tenerlo a buen recaudo dentro del PC—. Una de las muchas novelas que rulan por mis cajones. Estaba absorta leyendo mientras yo la controlaba de lejos, observando sus reacciones…

 

― ¿No te cansas mami? ―pregunté.

―No hija. Es muy interesante ―contestó.

 

Cuando acabó el primer capítulo, le dije que era mío.

 

― ¡No puedes ser! Me estás engañando ―insinuó moviendo la cabeza y con los ojos brillantes.

― ¿Por qué dices eso?

―Porque me ha gustado mucho y es muy entretenida. ¿Cómo puede ser tuya?

― ¿Tan poco crees en mí?

―Siempre he creído en todo lo que te hacías. Está mal que lo diga, pero es una gran novela.

―Tengo algunos secretillos… ―sugerí con una mueca.

 

Ella ignoraba que escribía desde que tenía uso de razón. Primero en la memoria. Y cuando aprendí el abecedario, en cualquier sitio.

 

― ¿Y por qué no me lo has dicho antes?

― ¿Para qué?

―Te hubiera ayudado. Ahora, poco puedo hacer.

 

Me encogí de hombros y la besé.

 

―Prométeme que nunca dejarás de escribir ―me dijo.

―Te lo prometo mamuchi ―aseveré reprimiendo mis lágrimas.

 

Para mí fue como ganar el Nobel de Literatura. Desconocía que sus palabras eran premonitorias: se estaba despidiendo de mí. Cuando deseo tirar la toalla y dejar de escribir, escucho sus palabras como si la tuviera al lado. Eso, me ayuda a seguir. Gracias mamá.

 

©Anna Genovés

Relato incluido en el libro La caja pública. Publicado en Amazon. 2014.

 

*Dedicado a mi mamuchi.

 

#microrrelato #emociones #relatosdelavida #amordemadre #madresehijas #autorasespañolas #annagenoves

 


Te lo prometí mamuchi

by on 18:18:00
  Te lo prometí mamuchi   Las promesas se las lleva el viento el corazón permanece alerta   Mi madre era una ávida lectora. Su esc...



No es país para viejos: Cormac McCarthy

Datos de la novela
Título: No es país para viejos.
Autor: Cormac McCarthy. (Traductor: Luis Murillo)
Editorial: Debolsillo.
ISBN: 9788483464939.
Año de publicación: 2005.
Número de páginas: 256.
Género: Misterio, Thriller

Sinopsis

Llewelyn Moss, cazador y héroe de Vietnam, descubre por accidente una matanza entre narcotraficantes; de por medio, cadáveres, armas, drogas y una bolsa con más de dos millones de dólares de la que se apropia.



Por este motivo, Anton Chigurh –un sicario cuya arma ejecutora es una pistola cruzada con martillo neumático o pistola de perno cautivo penetrante —, entra en acción como un sabueso al acecho. Hombre despiadado cuyo lema es no dejar testigos, mata a cualquiera que se interpone en su camino a sangre fría.


Entre ellos, Ed Tom Bell –sheriff y veterano de la Segunda Guerra Mundial—, que vive entre dos mundos: la realidad y el pasado que constriñe sus entrañas y lo devora poco a poco.



Como personajes secundarios aparecen la esposa del protagonista y la del sheriff: ambas fieles amantes de sus cónyuges hasta la muerte.

Un personaje invitado a esta cacería humana que aparece en momentos puntuales, es el exagente de las Fuerzas Especiales, Carson Wells –transformado en cazarrecompensas al margen de la ley—, contratado por un poderoso cartel.

Opinión personal

Si bien al principio me parecía un tanto extraño el uso exagerado de la conjunción ‘y’ que extendía las frases hasta el infinito. Poco después comprobé que esta característica del autor dinamizaba el texto.

La novela presenta unos escenarios realistas y activos con descripciones exhaustivas que te introducen en la temática y, sin lugar a dudas, te enganchan. Ciertamente, no puedes dejar de leer pese a que las situaciones presentan narradores múltiples que te pueden desconcertar y hasta perder el hilo.

Recorte de una escena


En mi opinión, es un thriller lineal con un poso denso a neowestern en el que los acontecimientos suceden, mayormente, en las carreteras y sus moteles.

Uno de los rasgos singulares de la obra es presentar figuras difusas…, a excepción del psicópata Anton Chigurh –cuya personalidad lo convierte, en cierto modo, en un antagonista que le arrebata a Moss parte de su relevancia—. Ya que Llewelyn Moss, aunque sea un personaje desdibujado que conocemos a lo largo de la aventura, es el protagonista. Por el contrario, los contextos son precisos: agobiantes, violentos, inhóspitos y muy, muy desagradables. Como si el verdadero propósito de McCarthy fuera la personificación de los ambientes que nos muestra poco a poco a medida que avanzas en la lectura.

Por otro lado, hay episodios en los que la novela nos sumerge en reflexiones densas donde los personajes rememoran situaciones de su pasado reciente o pretérito, que denotan el conocimiento de la naturaleza humana del autor. De igual modo, de repente, podemos vernos inmersos en una reyerta sangrienta en el que solo el sicario parece inhumano y carente de sentimientos: una máquina de matar. Un verdadero cyborg. McCarthy nos deja migas de pan, como a Pulgarcito, con las que deducimos de antemano lo que puede suceder.

No es país para viejos es una novela abierta que descubres sobre la marcha… A medida que avanzas en la lectura perfilas a los personajes. Tiene una prosa ágil, descriptiva y lúcida con reflexiones largas y diálogos cortos y precisos. Amén de estar dotada de unos monólogos soberbios –escritos en cursiva, al inicio de los apartados, para diferenciarlos del resto de prosa— del sheriff Bell que, en ocasiones hace las veces de narrador; uno de ellos aparece como colofón de la obra. Y, en él, por uno u otro motivo, es difícil no vernos reflejados.

Recorte de la reflexión final

Tiene pues un estilo veloz propio de las novelas Pulp que seguro agradará a los amantes de la novela negra y de los thrillers contemporáneos. Algo tendrá cuando dos años después de su publicación, the Coen brothers, adaptaron el guion a la pantalla grande. Y qué bien lo hicieron. La recomiendo, aunque se haya visto de antemano el film.



El reparto fue estelar: Josh Brolin/Llewelyn Moss, Tommy Lee Jones/Sheriff Bell, Woody Harrelson/Wells, Javier Bardem/Anton Chigurh. La película ganó numerosos premios entre los destacan: 4 Óscar (Mejor película, Mejor Director, Mejor Actor secundario (Bardem) y Mejor Guión adaptado), 2 Globos de Oro (Mejor Película, Mejor Actor secundario), 3 Bafta y 2 Screen Actors Guild Awards.

Rasgos genuinos del autor




No es país para viejos de Cormac McCarthy, se publicó en 2005 con el nombre de No country for old men.

El autor es un dramaturgo, novelista y guionista; está considerado uno de los escritores vivos más importantes de EEUU. En la vida privada parece ser un hombre sui géneris que vive al margen del mundo editorial, que no suele conceder entrevistas y que apenas se relaciona con otros escritores.

Obra (datos tomados de Wikipedia

Novelas
El guardián del vergel (The Orchard Keeper, 1965)
La oscuridad exterior (Outer Dark, 1968)
Hijo de Dios (Child of God, 1973)
Suttree (Suttree, 1979)
Meridiano de sangre (Blood Meridian or the Evening Redness in the West, 1985)
Trilogía de la Frontera (1992-1998):
I - Todos los hermosos caballos (All the Pretty Horses, 1992), ganadora del National Book Award.
II - En la frontera (The Crossing, 1994)
III - Ciudades de la llanura (Cities of the Plain, 1998)
No es país para viejos (No Country for Old Men, 2005)
La carretera (The Road, 2006), ganadora del Premio Pulitzer de ficción.
The Passenger (próximamente)

Historias cortas
Wake for Susan (1959)
A Drowning Incident (1960)
Dark Waters (1965)

Guiones
El hijo del jardinero (The Gardener's Son, 1976), película
The Sunset Limited (The Sunset Limited, 2011), telefilme
El consejero (The Counselor, 2013), película

Obras de teatro
The Stonemason (1995)
The Sunset Limited (2006)

Adaptaciones cinematográficas
The Gardener's Son (El hijo del jardinero), película para la televisión realizado por Richard Pearce en el año 1977.
All the Pretty Horses (Todos los caballos bellos), ha sido llevada al cine por Billy Bob Thornton en el año 2000, protagonizada por Matt Damon y Penélope Cruz.
No Country for Old Men (No es país para viejos), ha sido llevada al cine por Joel e Ethan Coen en el año 2007, protagonizada por Josh Brolin, Tommy Lee Jones, Javier Bardem y Woody Harrelson.
The Road (La carretera), ha sido llevada al cine por John Hillcoat, protagonizada por Viggo Mortensen, Kodi Smit-McPhee, y Charlize Theron.
The Sunset Limited, basada en la obra de teatro del mismo título, adaptada por el propio Cormac McCarthy y dirigida por Tommy Lee Jones en 2011, con Jones y Samuel L. Jackson como protagonistas.
Outer Dark (La oscuridad exterior), ha sido grabada como cortometraje por Stephen Imwalle en el año 2008.
Child of God (Hijo de Dios), ha sido llevada al cine por James Franco en el año 2013, protagonizada por Scott Haze, Tim Blake Nelson y James Franco.



 


David González: kinki, dandi y poeta

 

Según la Biblia, David, fue un ilustre gobernante del Antiguo Israel y, por tanto, una figura histórica.


De todos es conocida su leyenda; el menor de ocho hermanos. Pastor que tocaba el arpa de manera primorosa y que protegía a los rebaños de las fieras. Por su condición de músico, el profeta Samuel lo llevó junto al rey Saúl para apaciguar sus inquietudes.


Israel estaba en guerra con los filisteos, donde le gigante Goliat aterrorizaba a los guerreros. Pero el joven pastor se ofreció a dominarlo con una honda. Pese a las burlas del ejército, lo venció con una piedra pequeña que incrustó en su frente. El gigante cayó y, él, aprovecho el momento para cortarle la cabeza con su propia espada. Más tarde, fue rey. No obstante, como todo hijo de vecino, de adulto, pecó.


¿Acaso David González no es otro David bíblico? Pocos le hicieron caso mientras vivía; su personalidad anulaba sus letras, como si el vestir de una persona o las maneras aniquilen el buen hacer. En una sociedad donde se etiqueta por pestañear sin rímel –sin obligaciones, claro. Uno o una se maquilla porque le sale del orto y punto—. Es difícil encajar con unas botas de serpiente, andares genuinos de kinki dandi y tatuajes del talego.


A David los meritorios y los encumbrados lo miraban de reojo; como un pedigüeño que lloraba por editar un poemario, una novela… –como a muchos de nosotros—. Vencido por el ejército que solo acoge con santo y seña, a veces, deseaba morir. Algo opuesto a los conocidos de… a los lameculos de… a las presentadoras de… o a las que, en vez de mostrar literatura, presentan sus atributos porque les sale de los ovarios. Después, su poesía, ía, ía, ía… o su prosa, osa, osa, osa… va directa a los palcos VIP. Buenas o malas, nadie las patea.

 

En fin, él iba de "hago lo que me da la gana" y no me junto con aquellos snobs estirados y opositores a la pajarita de Wolfe; prefería emborracharse, fumar mota y esnifarse la costa astur... Malvivir arropado por versos escritos en papel higiénico de algún after solitario. ¡Ay! Te distinguieron los tuyos, pero nadie luchó por ti.


David quiso ser un poeta maldito y así lo bautizaron. Ahora que el cáncer de esófago lo ha destruido en menos de cuatro rimas, igual le colocan el Loewe de Poesía, póstumo. ¿Quién sabe? Todo es posible en un mundo hipócrita donde importa más la pose que ser tú mismo. Se lo llevó una enfermedad terminal y su muerte ha podido con el gigante que, ahora, loa sus pies.


Chatee con él una o dos veces y apenas conozco su obra. Era uno más de los que intentamos ser y no somos. Uno más del grupo impío que se ahoga entre prosa invisible y versos condenados.


Tal vez, tengamos que morir para ser reconocidos.

 

©Anna Genovés

Seis de enero de 2023

 

 

David

 

David tu cuerpo nos dejó

 

Tu cuerpo lleno de aflicción y dolor por no ser viento

 

Tu cuerpo lleno de pústulas que crecieron desde pequeño

 

Organismo que se debatió entre la vida y la muerte, un millón de veces

 

Amigo desconocido que fuiste, serás y eres, un​o​ más de la rueda del infortunio

 

Nadie nos protege

 

Nadie nos alumbra

 

Nadie nos quiere

 

Somos hijos de la calle

 

Hijos que nunca duermen

 

Donde estés, aquí tienes tu hueco

 

 

©Anna Genovés

Obituario a David González

Lunes 6 de febrero de 2023​

RIP amigo







 

#DavidGonzalez #Obituario #poesía #poesiaespañol #adios

 

Obituarios


La nueva España. Fallece el poeta gijonés David González


El comercio. Muere el poeta gijonés David González


El español. Muere David González, el poeta maldito que se hizo escritor en la cárcel gracias a Bukowski, a los 59 años


El país. Macarra y genuino: David González, la muerte del poeta maldito que descubrió la escritura en la cárcel


Tam-tam press. Muere el poeta David Gonzáles dejando enlas librerías su último poemario, La canción de la luciérnaga


 

Wikipedia

David González (poeta)


 


 





El club del ganchillo


 

La aguja entra y sale

en el ovillo

la mujer satisfecha ríe

hoy y mañana

 


Bárbara era una joven espectacular. Veintidós años, pelirroja natural, ojos índigos. Hoyuelo surcando el mentón, lunar sobre la parte derecha de la boca y curvas tan insinuantes como Marilyn Monroe en La tentación vive arriba. Desde los dieciséis, estaba envuelta en una nube simbiótica que no llegaba a comprender. Sabía que era el centro de atención de todo macho con la testosterona pletórica. Pero a ella la habían educado con vara dura y no estaba por la labor de dejarse manosear.


Tal vez, que su padrino le hubiera dicho una tarde de primavera –cuando comprobó sus atributos con un hot pants que dejaba entrever la parte inferior de los cachetes perfectos de sus nalgas y top enseñando el ombligo piercingneado —, que podía tontear con los chicos, siempre de cintura para arriba, por supuesto. El resto de su hechura era un templo; y sus partes púdicas, el Sanctum Sanctorum del mismísimo tabernáculo israelita. Inviolable hasta pasar por el altar. Le habían conferido un carácter de Lolita espabilada que soliviantaba sin dar. O sea, una calientabraguetas.


Y tanto fue el cántaro a la fuente, que un día explotó. Caminaba la criatura por unas manzanas de edificios algo solitarias una tarde bochornosa, con sus carnes prietas y sus balanceos pélvicos; dispensando ese aroma a fémina sudorosa de piel brillante y labios jugosos, cuando un desalmado la atacó. Pero había nacido con buena estrella. No se convirtió en una víctima como muchos agoreros preconizarían en situaciones similares. Sino en la esposa del comisario (cuarentón largo, deportista acérrimo y perfecto sobrero), que paseaba por los arrabales con su bicicleta. Claro, ejerció su autoridad y se hizo cargo del caso. Una cosa, llevó a la otra.


El discurso de su parentela, cambió rotundamente: «Querida, ahora serás la esposa de un jefazo de la Policía Nacional. Tienes que cumplir con todo lo que te diga. Qué quiere tus servicios maritales antes de trabajar: se los das. Cuando llegue del trabajo: lo mismo. Siempre sonriente y complaciente. Que D. Enrique está enamorado y tiene mucho dinero. Vivirás como una reina» —le dijeron.


Bárbara probó el manjar y no quiso soltarlo. Cada día le pedía más. Unos meses más tarde, dio a luz a un bebé rollizo que ella misma amamantó. Once meses después, a la niña de la casa. Y al año siguiente, a los mellizos de cabello zanahoria. El jefazo estaba harto de lloriqueos infantiles y pañales. Cambió de parecer: ni la tocaba. Su dulce esposa era una verdadera conejita. Volvió con los amigotes, el fútbol y las pistolas. La moza exultante, entró en una fase depresiva. Pese a ello, ni a la madre ni a los retoños, les faltaba de nada; el dinero bullía a tutiplén. D. Enrique, en un alarde de generosidad, habló con ella:


—Barbi tienes que ir al Club del ganchillo —le dijo en tono cariñoso.


—Enrique ya sabes que no me van los temitas de marujas. Ni las ropas de señora o las esposas de tus compañeros. Todavía soy muy joven —protestó malhumorada.


—Este club es muy diferente... Hablan, cosen, tejen, leen novelas para mujeres... Estás demasiado sola. Allí, harás buenas amigas. Ya lo verás —Barbi torció el morro.


Cuando Joan —la esposa del Inspector jefe— le suplicó que fuera al dichoso club, no pudo rechazar la invitación. Sin embargo, una vez tomó la aguja nunca la dejó.


—Querida siéntate. Te presentaré a las chicas... —le dijo, Joan, cuando entraron en el salón del pisito. Bárbara obedeció.


—Como tú digas —contestó.


—Ahora, abre ligeramente las piernas —Barbi puso cara de sorpresa. Pero las abrió.


—¡Perfecto!... —susurró Joan guiñándole un ojo.


Bárbara seguía las instrucciones de su amiga entre agujas y ovillos de lana. La sugerente posición, dejaba entrever las medias sujetas a una braguita vintage con ligueros en tonos marfil. Todo muy virginal. La chica comenzaba a aburrirse, cuando sonó una campanita:


—Queridas, hora de la merienda —indicó Joan, alegre.


—Estupendo —aplaudió Marlene, otra de las esposas.


Tomaron té con pastas y después prosiguieron sus labores... Sólo que esta vez, una de las congregadas descalzaba a Barbi con suavidad. Acariciaba sus pantorrillas y sus muslos hasta llegar al borde de las medias. Las deslizaba lentamente, a la par que una pluma acariciaba sus carnes turgentes. El bello del cuerpo se erizó. Hizo un ademán de cerrarlas. Pero Joan, tomó su rostro y la miró, relamiéndose los labios:


—Cielo, te gustará. Sabemos lo que necesitas. Estar casada con un poli, es muy duro. Nunca están cuando los necesitas. Se aficionan a las armas, a la del cuello largo y a las putas, que no les cobran con tal de seguir ejerciendo el oficio más antiguo de la historia. Y a nosotras, ¡qué nos zurzan! Pues eso hacemos.


—Joan no sé si quiero... —dijo Barbi, al notar que toda ella se humedecía.


—Shhh... Ten un poquito de paciencia. Luego, me lo cuentas —contestó Joan rozando su esbelta nuca con las uñas de porcelana.


Bárbara continuó sacando y metiendo el ganchillo entre el algodón esponjoso que tejía. Obviando la melena elástica y azabache de Marlene, que se alojaba entre sus piernas y mordisqueaba sus braguitas. Lamía los pliegues de sus ingles e introducía la lengua en esa oquedad juvenal sedienta de un buen instrumento. Y siguió hilando cuando las convulsiones vulvares fueron más que evidentes. Emitió unos sonoros chillidos empapada en sudor. Oteó la sala y vio, que en cada butaca había una mujer ovillando —perniabierta— y otra arrodillada; enrolada entre las faldas. Jadeantes. Después, las posiciones cambiaron... Al acabar la velada, el rostro de Bárbara resplandecía:


—Joan nunca hubiera imaginado que hacer ganchillo se me daría tan bien —dijo con la boca empapada de flujo vaginal.


—Barbi esto es tan atractivo como el mítico Círculo de costura hollywoodiense —contestó Joan.


—¿Eh???...  —protestó Bárbara, ajena a sus palabras.


—Preciosa, El círculo de costura era un lugar frecuentado por las estrellas más famosas del celuloide. Todas lesbianas o bisexuales en petit comité... Greta Garbo o Marlene Dietrich, entre otras. —contestó Joan antes de pellizcar su trasero.

 

Barbi pegó un saltito. Los hocicos se unieron, acuosos. Sus lenguas se encontraron en la profundidad espumosa. Barbi volvió a casa feliz. El comisario no preguntó.


 

©Anna Genovés

 

Revisado el veintidós de septiembre de 2022

Imagen tomada de la red

 

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*Relato incluido en el libro de relatos La caja pública, Asiento propiedad intelectual 09/2015/427. disponible en formato papel en Amazon. ISBN-10‏: ‎ 1502468433 ISBN-13‏: ‎ 978-1502468437

 

Dedicado a mi amigo José Luis Moreno-Ruíz allí donde se encuentre en este universo tan dilatado y confuso.


 

 



El club del ganchillo

by on 20:20:00
  El club del ganchillo   La aguja entra y sale en el ovillo la mujer satisfecha ríe hoy y mañana   Bárbara era una joven espe...